Usted está aquí: lunes 24 de abril de 2006 Opinión MEXICO SA

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Carlos Fernández-Vega

Empresarios del salinismo, ahora cobijados por el cambio

Los Villarreal Guajuardo, de Villacero, quebraron Banpaís y se sumaron al Fobaproa

Ampliar la imagen Instalaciones de Sicartsa, vendida por 170 millones de dólares a los Villarreal Guajardo, cuando valía más de 2 mil 500 millones de dólares FOTOCarlosParada

ARROPADO POR EL gobierno del "cambio", el Grupo Villacero se envalentona y amenaza: "seguirán las demandas penales hasta el final, porque los mineros incurrieron en el delito de terrorismo, al incitar a la gente a rebelarse contra la autoridad".

PRIMERO LOS LARREA y su Minera México; ahora los Villarreal Guajardo y su Grupo Villacero. Ambos -dueños y consorcios- cortados con la misma tijera, confeccionados por el mismo sastre y protegidos por idéntico gendarme, aunque ahora de uniforme bicolor, según dice.

EN PASTA DE CONCHOS, Coahuila, los 65 mineros que por falta de seguridad empresarial perdieron la vida permanecen bajo los escombros, y a estas alturas no hay más culpables que los "mineros marihuanos" (según sentencia del secretario del Trabajo Francisco J. Salazar Sáenz); en Lázaro Cárdenas, Michoacán, dos trabajadores de Sicartsa fueron asesinados, y ellos resultaron ser los culpables directos de su fallecimiento (iluminada revelación del vocero presidencial Rubén Aguilar). Demasiadas coincidencias para suponer que el gobierno del "cambio" es imparcial en esta "democracia de, para y por los empresarios" (Fox dixit).

Y LOS PATRONES siguen tan campantes. Como los Larrea y su Minera México, los Villarreal Guajardo y su Grupo Villacero trascendieron la medianía empresarial gracias a la venta de garage del salinismo: los primeros se embolsaron -saneadas financieramente- la Compañía Minera de Cananea y Mexicana de Cobre por 500 millones de dólares; los segundos hicieron lo propio con Sicartsa, mediante el pago de 170 millones de dólares por una empresa del Estado que valía más de 2 mil 500 millones de billetes verdes; ambos compraron su monarquía: unos son reyes del cobre, otros de la varilla y el alambrón.

COMO EN EL CASO de Minera México, que encabeza Germán Larrea, el gobierno foxista interviene en el conflicto de Sicartsa para inclinar la balanza a favor del Grupo Villacero, que preside Julio César Villarreal Guajardo, ex presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero.

EL CAPO DE TUTTI capi de la familia, Jorge Larrea Ortega (alias El Azote) apareció (1994) relacionado por Forbes entre los multimillonarios mexicanos, con mil 100 millones de dólares. Julio César Villarreal Guajuardo, cabeza visible del Grupo Villacero, aún no alcanza ese privilegio, pero tiene otras gracias que presumir, siempre asociadas al mundo maravilloso del sexenio salinista.

ASI COMO JORGE Larrea fue accionista del Grupo Financiero Banamex-Accival -el de Roberto Hernández y su paraíso fiscal- gracias a la reprivatización salinista, Julio César Villarreal Guajuardo (un accionista de la casa de bolsa Inverlat e integrante del Grupo Financiero Mexival) se esforzó por colgarse la medalla de banquero, y no encontró mejor socio que Angel Isidoro Rodríguez, El Divino, y mejor banco que Banpaís para sumarse a la camada de "neo banqueros" del salinismo, la mayoría de ellos simples especuladores bursátiles, pero, eso sí, con excelentes amigos. Los nuevos dueños de la institución financiera se sumaron al festín del saqueo, para poco después quebrarla aparatosamente y pasar la factura al Fobaproa ("un asunto resuelto", como asegura Gil Díaz), la cual, a estas alturas, los mexicanos todos siguen pagando, y lo seguirán haciendo por obra y gracia de priístas y panistas.

POR BANPAIS, EL segundo banco reprivatizado en el salinismo, El Divino y socios habrían pagado cerca de 545 millones de pesos. Su "rescate" superó con creces esa cantidad, más el regalito de 2 mil 200 millones de pesos. A salvo, ninguno de los responsables de la quiebra de la institución pisó los tribunales, ya no se diga la cárcel, salvo Angel Isidoro Rodríguez que fue detenido en España y llegando a México se fue a su casa, sin más.

MAS ALLA DE LO que al erario le costó, le cuesta y le costará el "rescate" de Banpaís -con El Divino a la cabeza, y Julio César Villarreal Guajardo en el consejo de administración- sus ex propietarios "heredaron" al Fobaproa más de 2 mil 200 millones de pesos (a precios de 1998) en créditos relacionados, es decir, "préstamos" para los propios dueños, sus empresas, sus familiares y demás seres queridos, que hoy todos los mexicanos siguen pagando, mientras Angel Isidoro Rodríguez financia películas de ínfima calidad.

NO OBSTANTE LA desastrosa y costosísima (para el país, desde luego) experiencia de la reprivatización bancaria, en general, y de Banpaís, en particular, la Secretaría de Hacienda no tuvo empacho en autorizar una nueva aventura financiera de uno de los miembros distinguidos del equipo de El Divino, a la vez que integrante del consejo de administración del banco saqueado.

SIN TRABA ALGUNA, Hacienda autorizó a Julio César Villarreal Guajardo la creación del Grupo Financiero Afirme, con sede en Monterrey, del cual es presidente y director general ejecutivo. En esta institución el director general adjunto de Tesorería se llama Alberto Sojo Garza.

GENEROSO FUE EL salinismo con Villarreal Guajardo, como lo fue el zedillismo. Ahora el "cambio" lo arropa, porque con "los terroristas" (esos que se suicidan de ocho machetazos en la espalada, de acuerdo con la versión de Los Pinos) pueden correr peligro sus negocios.

EN NOVIEMBRE PASADO, Julio César Villarreal Guajardo declaró a El Norte que en un movimiento de huelga -como el que vivió Sicartsa por aquellas fechas- "desgraciadamente dejamos de ganar, como también nuestros trabajadores... El efecto de las huelgas es que todo el mundo pierde, pero desgraciadamente a veces tiene que ser así y ni modo".

PARECE QUE CAMBIO de parecer, y va con todo en contra de los "terroristas", que mucho se parecen a los "marihuanos" de Pasta de Conchos. Para ello cuenta con el gendarme bicolor.

Las rebanadas del pastel:

NO HAY QUE SER: casi seis años de discurso presidencial (con "cambio", "datos duros" -que siempre son blandos-, "éxitos rotundos", "cifras históricas" y muchos más) fueron tirados al bote de basura por dos instituciones que el gobierno foxista consideraba más que amigos: el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Salvo contadas excepciones, resulta que los mexicanos son tan pobres como lo son en Botswuana, y Fox diciendo exactamente lo contrario.

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