Usted está aquí: lunes 24 de abril de 2006 Mundo El mandatario iraní felicita al presidente Jalal Talabani por su relección en Irak

Washington, inconforme con la idea de que chiítas encabecen el gobierno iraquí: analistas

El mandatario iraní felicita al presidente Jalal Talabani por su relección en Irak

La invasión al país petrolero, uno de los peores desastres de Estados Unidos: Madeleine Albright

DPA, REUTERS, THE INDEPENDENT Y AFP

Ampliar la imagen El presidente George W. Bush almorzó ayer con el cuerpo de marines y la armada en la base del ejército estadunidense de Twentynine Palme, California Foto: Ap

Teheran, 23 de abril. El presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, felicitó a Jalal Talabani por su relección como presidente de Irak y manifestó sus deseos de extender las relaciones bilaterales, mientras la ex secretaria de Estado estadunidense, Madeleine Albright, indicó que la invasión a la nación árabe es probablemente uno de los peores desastres de la política exterior de Estados Unidos.

Según la agencia de noticias iraní Khabar, Ahmadinejad le expresó a Talabani su esperanza de que el nuevo gobierno iraquí acelere el proceso de reconstrucción del país y lleve la paz a Irak.

El presidente iraní dijo que las raíces culturales y religiosas que existen entre los dos países son una razón favorable para una mayor extensión de las relaciones bilaterales en el futuro.

El Parlamento de Irak renovó el sábado el mandato del presidente Talabani, de la Alianza Nacional de Kurdistán, por otros cuatro años.

En tanto, Jawad Maliki, designado primer ministro iraquí, generó opiniones encontradas en las calles del país, entre gente que lo considera un hombre fuerte capaz de tomar decisiones duras y personas que lo definen como un sectario y un desconocido.

Las opiniones reflejan los obstáculos que enfrentará Maliki, político chiíta elegido el sábado para encabezar el nuevo gobierno iraquí, en su intento por unificar al país.

Su designación se dio tras el anuncio el jueves del también chiíta Ibrahim Jaafari, quien renunció a sus intenciones de ocupar nuevamente el cargo, tal y como le pedían sunitas y kurdos y cada vez más voces dentro de su propia Alianza Unificada Iraquí, lo que dificultaba la creación de un gobierno de unidad nacional.

La disputa de sobre quién debía ser el próximo primer ministro iraquí reveló la lucha existente entre los diferentes partidos y países que pelean por el control de Irak. La batalla política mostró que Estados Unidos todavía no está convencido con la idea de que Irak sea gobernado por la comunidad chiíta, que conforma la mayoría de la población, según varios analistas.

Los temores de que los chiítas gobernaran fue una de las razones por las que Washington no derrocó a Saddam Hussein en 1991, tras la invasión a Kuwait.

Por su parte, los líderes chiítas ven en las demandas estadunidenses para la formación de un "gobierno de unidad nacional" como una forma discreta de tratar de diluir la victoria chiíta en diciembre.

Por lo pronto, en el terreno bélico, 11 iraquíes y tres soldados estadunidenses murieron en distintos actos de violencia en la capital iraquí.

En tanto, la invasión a Irak probablemente sea uno de los peores desastres de la política exterior estadunidense, dijo la ex secretaria de Estado, Madeleine Albright

En una entrevista con el diario The New York Times, Albright indicó que si bien el depuesto líder iraquí Saddam Hussein era "horrible", éste no "representaba una amenaza inminente para Estados Unidos. No se puede emprender una guerra con todos los que nos disgustan", dijo.

Albright, quien ocupó el cargo de secretaria de Estado durante el mandato del Bill Clinton, afirmó que los errores de la política exterior del presidente George W. Bush la hacen sentir "enferma", al pensar en la situación actual de Estados Unidos en los asuntos globales.

 
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