Usted está aquí: jueves 20 de abril de 2006 Cultura Shalil Shankar busca ''tender puentes entre los pueblos y las culturas''

Tras seis años de ausencia, el sitarista regresa al país para ofrecer tres conciertos

Shalil Shankar busca ''tender puentes entre los pueblos y las culturas''

La expresión musical hindú'' permite gran libertad para el pensamiento profundo''

Todo artista es y debe sentirse heredero de los maestros que lo precedieron, expresa

ANGEL VARGAS

Ampliar la imagen El sitarista indio Shalil Shankar, ayer, durante el ensayo con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, en el Centro Cultural Ollin Yoliztli, de la que será solista en dos conciertos; el tercero lo dará con su trío en Bellas Artes Foto: Cristina Rodríguez

Ampliar la imagen El sitarista indio Shalil Shankar, ayer, durante el ensayo con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, en el Centro Cultural Ollin Yoliztli, de la que será solista en dos conciertos; el tercero lo dará con su trío en Bellas Artes Foto: Cristina Rodríguez

Habla Shalil Shankar, uno de los más virtuosos y famosos sitaristas del mundo hoy día: ''Mi misión, como artista, es tratar de tender puentes de comunicación entre los pueblos y las culturas. Algo similar a como lo hace Internet, pero en mi caso busco establecer links emocionales, espirituales y culturales con la mayor cantidad posible de personas''.

El músico indio, alumno del legendario Ravi Shankar -aunque sin parentesco-, se encuentra de regreso en México, tras seis años de ausencia, para ofrecer tres conciertos a partir de este fin de semana.

Los dos primeros serán el sábado y el domingo, como solista de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), en un programa en el que se hará el estreno nacional de su concierto para orquesta y sitar.

Mientras el último tendrá lugar el miércoles 26 de abril en el Palacio de Bellas Artes, al lado de su trío, con una presentación basada exclusivamente en improvisaciones.

Con buen ánimo, Shankar realizó ayer un breve ensayo con la agrupación capitalina, aunque no estaba programado, y al término del mismo charló cerca de una hora con representantes de diferentes medios de comunicación.

Lo primero que aclaró fue que, de manera simbólica, su vida está regida por ''dos mujeres a las que ama profundamente'': la cultura musical oriental, representada por la originaria de su país natal, y la occidental.

Hizo una somera explicación de las diferencias entre ambas tradiciones, de lo que destacó que la improvisación es el principal aspecto de la música hindú. Eso, dijo, ''permite una libertad muy grande para expresar el pensamiento profundo y la imaginación''.

El sonido om

En opinión de Shalil Shankar, ''todas las formas musicales tienen su propia belleza'', sin importar su sencillez o complejidad: ''Hay tantas formas, estilos, expresiones: clásica, folclórica, jazz, rock... todas provienen de un mismo sonido, pero no me pregunten cuál es.

''Todo mundo en su subconsciente entiende de alguna manera ese origen. En la cultura hindú se le describe como el sonido om; sin embargo, no es algo privativo de la India, también se encuentra en Occidente.''

Al respecto, precisó que ''Pitágoras ya lo había descrito también 2 mil años antes de Cristo. Se dice y piensa que este sonido no tiene principio ni final, no cambia'', agregó.

''Este sonido es etéreo, está en el cosmos; es la fuente de toda la creación.''

-¿Se asume como el heredero de Ravi Shankar? -se preguntó al intérprete nacido hace casi 60 años.

-Todo artista es y debe sentirse heredero de los grandes maestros que lo precedieron. Es la forma como la tradición logra pasar de unos a otros y sigue adelante; sólo depende de cuánto trabajo y cuánto esfuerzo le pongan las nuevas generaciones.

''Tuve la oportunidad de tener como gurú a Ravi Shankar; fue mi maestro en los años 60, misma época en que George Harrison se adentró en esta música.''

Entre otros temas, Shalil Shankar, al igual que lo hizo alguna vez su mentor, aseguró que su instrumento, más que un ente exterior, es una extensión de sí mismo, y definió a la música como una de las más altas formas de yoga.

Precisó que la hacemos y la escuchamos porque queremos liberarnos: ''Es una forma de comunicarse con lo absoluto, como sucede con otras expresiones artísticas. No se trata sólo de una diversión o una forma de entretenimiento. Tiene el propósito principal de lograr la realización mediante el yo interno y poder ser ante el poder superior: el ser absoluto.''

 
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