Usted está aquí: lunes 17 de abril de 2006 Política DESDE EL OTRO LADO

DESDE EL OTRO LADO

Arturo Balderas Rodríguez

Ciclo de las reformas migratorias

LA RESPUESTA AL FRACASO en el Senado estadunidense en la aprobación de una reforma migratoria no se dejó esperar y ha sido estruendosa: espectacular por parte de quienes tomaron las calles en las ciudades más importantes de Estados Unidos, en apoyo a una reforma que regularice la situación de millones de indocumentados; sorda entre quienes se oponen a los primeros y utilizan los medios de comunicación. Nadie sabe a ciencia cierta qué pasará.

LA SEMANA PASADA apareció en el diario San Francisco Chronicle un artículo del periodista Louis Freedberg en el que sintetiza la causa y resultados de las últimas tres grandes reformas migratorias. Las iniciativas, dice, se han hecho en ciclos de 10 años: en 1986, 1996 y, de aprobarse, en 2006. En 1986 el Congreso aprobó la reforma conocida como IRCA. Por primera vez se imponían multas a quienes contrataran trabajadores "ilegales" y concedió amnistía a 3 millones de indocumentados. Los patrones siempre encontraron la forma de evadir esta norma, que no tuvo los efectos deseados. En 1996 la reforma conocida como Ley de Reforma sobre Inmigración Ilegal y Responsabilidad de Inmigrantes pretendía un control riguroso en la frontera y suprimir beneficios a los "ilegales", tales como educación y salud. Fracasó porque ha quedado demostrado que cruzan la frontera para trabajar no para obtener beneficios. Uno de los resultados de reforzar la frontera es que quienes antes regresaban frecuentemente a sus lugares de origen, ahora permanecen en Estados Unidos para evitar ser capturados en el momento que retornan a trabajar. Ambas reformas fracasaron en su cometido y el resultado al final es que en 1986 había entre 3 y 5 millones de indocumentados y en la actualidad hay 12 millones.

EN 1986 IRCA fue la respuesta a la crisis económica de principios de los 80, cuando el desempleo creció 10.8 por ciento. Debido al tortuoso proceso de discusión, cuando finalmente se aprobó ese país ya estaba en plena recuperación, y los indocumentados no fueron vistos como un peligro. Algo similar ocurrió en 1996. Se legisló tarde, en respuesta a la crisis económica de principios de los 90, y cuando al fin se concretó la legislación, comenzó uno de los ciclos de mayor crecimiento en la historia estadunidense. El "peligro" de los indocumentados no sólo desapareció, sino que ahora se les necesitaba con urgencia. En 2006 uno de los principales motivos es la salvaguarda frente al terrorismo. Los connacionales vuelven a ser el chivo expiatorio, pero esta vez no hay recesión económica y el desempleo es bajo. Este es el principal motivo, concluye Freedberg, por lo que sigue atorada la reforma en el Congreso, pero asegura que en alguna forma se cumplirá con el ciclo de 10 años nuevamente.

VALE LA PENA agregar un elemento más: los migrantes cobran día a día conciencia de su importancia económica y social en Estados Unidos, y las últimas demostraciones (marchas) son un síntoma de que están dispuestos a hacerla valer, esta vez en las urnas.

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