Usted está aquí: domingo 9 de abril de 2006 Opinión ¿LA FIESTA EN PAZ?

¿LA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Páez

Quiromagia y tauromaquia

LAS LINEAS DE la mano corresponden a las líneas del destino? ¿El sino de cada quien está determinado por las leyes de la herencia o unas fuerzas desconocidas anteceden a la existencia del individuo condicionándolo?

AVERIGÜELO EL LECTOR con las posibilidades de su protuberancia suprahombral respectiva; el hecho es que paseando por una de esas librerías con señoras guapas, pero lejanas, me topé -con frecuencia los libros eligen a sus lectores- con un volumen titulado Quiromagia. La quiromancia del siglo XXI, publicado recientemente por la prestigiada editorial Kairós.

PERO MI ASOMBRO fue en aumento al enterarme de que el autor de "el mejor libro sobre el arte de leer la mano" se llama Francisco Rodríguez Acatl, quien no contento con ser mexicano es, además, etnomusicólogo, licenciado en sociología por la Universidad Nacional Autónoma de México, doctor en filosofía por la Universidad de Barcelona y licenciado en sicología, y que imparte cursos y terapias en España y Latinoamérica.

CUANDO DE PLANO ya no me la acabé fue al leer la tierna dedicatoria del autor: "A la memoria del buen matador de toros Paco Rodríguez y a su alma gemela, la maga de la casa de los balcones con visillos azules; mis padres". Y me tuve que sentar al encontrar entre sus agradecimientos algunos nombres indispensables en mi conformada deformación: "A Los Folkloristas, en especial a Gerardo Tamez y Pepe Avila". Bueno, pues a esos dos talentosos músicos debo mis modestas andaduras por la guitarra. Corrijo: mis bien intencionados rasgueos con la diestra. "A Ester Echeverría por su desmesurada bondad", incluidas, me dije, su inevitable inspiración en Enrique, su esposo, magnífico pintor de indeleble obra, y su perturbadora voz acariciante para cantar lo que le viene en gana.

EN MI IGNORANCIA de mal aficionado recurrí entonces al libro de Agustín Linares, Toreros mexicanos, publicado en México hace 48 años, y pude comprobar cómo los destinos se entretejen, juegan, reivindican y renuevan la misteriosa, intemporal energía de la vida.

FRANCISCO RODRIGUEZ TREJO, matador de toros, nació en Tacubaya el 10 de octubre de 1920. Se presentó en El Toreo 21 años después, estando muy bien y ganándose la repetición. Como en ese entonces el toro de lidia en México aún no había sido desbravado, en 1945 decidió ir a España, donde el 16 de septiembre cortó una oreja en la Plaza de Las Ventas -algo impensable para un novillero mexicano hoy día- y posteriormente alcanzó sonoro triunfo en la monumental de Barcelona. Al año siguiente toreó 26 festejos en la Península, y en el fatídico 1947 recibió una grave cornada en el muslo derecho, alternando con Joselillo en la Plaza México, donde en 1950 confirmó su alternativa.

SESENTA AÑOS DESPUES , su hijo Francisco "repite color" en esa misma maravillosa ciudad barcelonesa, y al igual que su progenitor lo hace con las manos, el corazón y la cabeza para entregar al lector la vibrante faena de su inteligente, revolucionario y terapéutico libro. (Quiromagia será presentado el jueves 20 de abril en la librería Gandhi de Miguel Angel de Quevedo.)

 
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