Exigen un espacio digno en la Central de Abasto
Un lodazal, el área de venta para agricultores de Mixquic
Además de la sequía que padecen en sus campos, los agricultores de San Andrés Mixquic se enfrentan a la ausencia de un espacio digno dónde ofrecer sus hortalizas, y a los bajos precios de sus productos en el mercado.
Arrinconados en un estacionamiento de la Central de Abasto, a la intemperie y en condiciones deplorables, los horticultores expenden sus legumbres, que son acaparadas por los intermediarios o coyotes, quienes prácticamente se quedan con 80 por ciento de las ganancias.
Contra el tiempo, porque si no venden sus productos se echan a perder, los horticultores se ven obligados a comerciarlos por mayoreo o a granel a precio de "regalo", sobre todo en esta temporada de vigilia, cuando el mercado se ve saturado de productos de otros estados, explica Silverio Jurado Ramírez.
"Un bulto de 70 kilos de romero -precisa- lo vendemos a 40 pesos, mientras que en los centros comerciales un kilo te cuesta cuatro pesos; si echamos números, un costal saldría en 280 pesos, pero nosotros no tenemos esa ventaja; o atiendes el campo o vendes directamente".
El desánimo prevalece entre los productores, quienes batallan durante tres o cuatro meses con las inclemencias del clima, para levantar sus cosechas. "Ya está uno aburrido; el brócoli es el más caro: compra usted semilla a cinco mil pesos y va invertir otros 10 mil, pero lleva el producto a la Central de Abasto y vende el kilo a 50 centavos, o hasta cuatro pesos si bien le va", comenta a su vez Marcelino Rodríguez.
Muchos agricultores se mantienen en esta actividad sólo en espera de un "golpe de suerte". César Núñez comenta que paradójicamente, cuando la producción se reduce al máximo por una mala racha en el campo, es cuando tienen oportunidad de obtener mayores ganancias.
"Si en lugar de obtener 10 toneladas de romero sólo se producen 600 kilos, el precio en el mercado se va para arriba; estaríamos hablando de que un bulto que ahorita vale unos 40 pesos se iría hasta 800 mil pesos, porque hay escasez y todos lo buscan", explica.
Sin embargo, pocas son las oportunidades de este tipo. Mientras en un pasillo al aire libre, de apenas 10 metros de ancho, que por las mañanas se convierte en un lodazal provocado por los residuos del agua que desechan después de lavar sus verduras quienes cuentan con un establecimiento fijo, los horticultores "tristean" en busca del mejor postor. Ese es otro de sus reclamos. "No es posible que Mixquic, siendo el productor número uno en hortalizas en el Distrito Federal, no tenga un espacio digno en la Central de Abasto", exclama Juan Galicia Peña.