Brasil copia modelo fracasado; los países que lo adoptaron siguen pobres, dicen
La ley que permite explotar bosques agravaría deforestación de la Amazonia, alertan expertos
Rio de Janeiro, 14 de marzo. La decisión de Brasil de autorizar a firmas privadas locales la explotación de 13 millones de hectáreas en la Amazonia en la próxima década sigue provocando polémica. Algunos expertos consideran que en lugar de frenar la deforestación podría agravarla.
Tras prolongados y encendidos debates, la Ley de Gestión de Bosques Públicos fue sancionada el 3 de marzo por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. La iniciativa permite otorgar concesiones a empresarios sobre 3 por ciento del territorio amazónico, en un intento por detener la explotación ilegal y la constante destrucción de los bosques.
El especialista Niro Higuchi, del Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonia (INPA,por sus siglas en portugués), cree que la flamante norma podría tener el efecto contrario.
"La ley puede agravar la deforestación, Brasil está copiando un modelo fracasado, que ya se adoptó con resultados negativos en numerosos países que perdieron sus bosques y siguen pobres", sentenció el ingeniero forestal.
Su lista de países que anticiparon la "catástrofe" es larga e incluye a Nigeria, Costa de Marfil y República Democrática del Congo, en Africa, e Indonesia y Malasia, en Asia, así como los latinoamericanos Bolivia, Guyana, Honduras, Nicaragua, Surinam y Venezuela. Todos tienen bajo índice de desarrollo humano (IDH), a excepción de Malasia, observó.
El argumento de Higuchi no convence, sin embargo, para Tasso Rezende de Azevedo, director del Programa Forestal del Ministerio de Medio Ambiente. "Vincular concesiones forestales con pobreza es una equivocación, ya que Canadá es el país que más usa esas concesiones, junto con Finlandia, Noruega y Suecia, todos campeones en el IDH", refutó Azevedo.
Hay también buenos ejemplos tropicales, contrariamente a lo que dijo Higuchi, como las concesiones que elevaron el IDH en Guatemala y la reforma forestal aplicada en los pasados 15 años por Bolivia, cuya experiencia ayudó a Brasil a corregir omisiones, aseguró.
Los fracasos son explicables, según el funcionario. Los países africanos aún eran colonias. En Indonesia y Malasia hubo mucha corrupción, con gobiernos dictatoriales que distribuían concesiones a parientes de gobernantes, y entonces no se disponía del conocimiento actual sobre manejo forestal.
Argumentan diferencia de condiciones
Las condiciones de aplicación de la medida son muy diferentes y su adopción en Brasil apunta a contener las actividades ilegales y salvar los bosques. Las restricciones que viene adoptando el gobierno ya redujeron la extracción de madera amazónica en los recientes años, ejemplificó.
La nueva ley, apoyada por numerosas organizaciones ambientalistas, incluyendo a Greenpeace, otorga contratos a empresas privadas por hasta 40 años con la condición de que realicen actividades sustentables, al tiempo que mantiene la posesión de las tierras en manos del Estado.
La legislación impulsará un ordenamiento agrario de la Amazonia, con una mayor presencia local del Estado en la regularización de sus tierras y el fortalecimiento de sus órganos, según los ambientalistas.
Muchos de estos grupos consideran ahora a la industria maderera legal como una aliada interesada en los bosques en pie, distinguiéndola de la agropecuaria, que exige la tierra desnuda.
En Brasil son públicos 65 por ciento de los bosques, proporción que aumenta a 75 por ciento en la Amazonia.
Según Azevedo, la nueva ley, acusada de "privatizar" los bosques, busca combatir su actual privatización por medios ilegales.