Usted está aquí: sábado 11 de marzo de 2006 Sociedad y Justicia Enfrentan ya 38 ciudades del país la denominada "crisis del agua"

Guadalajara, Monterrey y la zona metropolitana del valle de México, entre ellas

Enfrentan ya 38 ciudades del país la denominada "crisis del agua"

"Aquí tenemos tuberías desde hace años, pero nunca ha salido nada": vecinos de Iztapalapa

LAURA POY SOLANO / I

Ampliar la imagen "Muchas veces el agua que distribuyen las pipas huele mal, hasta da miedo lavarse la cara", aseguran vecinos de San Miguel Teotongo, Iztapalapa. La imagen, en la colonia Bosques del Pedregal, en Tlalpan Foto: José Carlo González

"En esta colonia, hace años que tenemos tuberías, pero nunca ha salido agua. Lo normal es esperar las pipas dos veces por semana, pagar una propina para que nos llenen dos tambos y cuidarla, porque si se acaba no habrá para bañar a los niños, lavar la ropa, hacer la comida y limpiar la casa", narra Antonia, vecina de San Miguel Teotongo, en la sierra de Santa Catarina, Iztapalapa, una de las zonas más castigadas en el país por la escasez del recurso.

No es la única. Miles de habitantes en ciudades como Saltillo, Guadalajara, Monterrey, León, Chihuahua, Aguascalientes, San Luis Potosí y la zona metropolitana del valle de México, que se encuentran entre las 38 ciudades con mayores problemas de abastecimiento, enfrentan la llamada "crisis del agua".

"Aquí nunca hemos desperdiciado el agua", asegura Antonia. "Sabemos lo que es acarrearla y hacer que rinda o, lo peor, sobrevivir cuando no hay".

Para sus vecinas, que comparten la misma suerte, la guerra por el recurso "es cosa de todos los días. Cuando nos bañamos recogemos el agua en cubetas, con eso limpiamos el baño y lavamos la ropa, y si queda algo, limpiamos el patio o la guardamos para las jergas".

Muchas veces el agua que distribuyen las pipas "huele muy mal", afirman. "Hasta da miedo lavarse la cara, pero qué hacemos: no siempre podemos pagar los ocho o 10 pesos que cuesta un garrafón para bañar a los niños o cocinar".

De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (Conapo), en México existen 55 zonas metropolitanas que rebasan el millón de habitantes; ahí habita 53 por ciento de la población. Sin embargo, 27 por ciento vive en regiones con muy baja disponibilidad de agua.

La calidad y abastecimiento del recurso, señala la dependencia, se da en términos inversos respecto de la distribución territorial de la población y las actividades productivas. En el noroeste, norte y centro del país, donde hay escasez "relativa" de agua, reside 77 por ciento de la población y se genera 86 por ciento del producto interno bruto (PIB), en tanto en el sur y suroeste, donde existe mayor disponibilidad del líquido, habita sólo 23 por ciento de mexicanos y se genera 14 por ciento del PIB.

Además, sólo 11 por ciento de los recursos hídricos del país están ubicados por arriba de mil 500 metros sobre el nivel del mar, donde habita 54 por ciento de la población.

En el libro Agua, edición especial de La Jornada, se indica que 25 millones de mexicanos radican en 23 ciudades con una disponibilidad del líquido extremadamente baja (mil metros cúbicos por habitante al año), en tanto 17.7 millones habitan en 32 urbes con muy baja disponibilidad (2 mil metros cúbicos por habitante al año).

Un análisis de 124 ciudades con más de 50 mil habitantes, realizado por el Conapo, revela que 84 se ubican sobre acuíferos con "fuerte presión" en su explotación, donde residen 50 millones de personas, mientras 4.4 millones de habitantes radican en 19 ciudades con una presión media-fuerte sobre los recursos hídricos de los acuíferos.

De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el mapa de las ciudades con problemas de abastecimiento de agua en el país incluye polos turísticos, como Cancún, Playa del Carmen, Acapulco, Zihuatanejo, Manzanillo, Mazatlán y Los Cabos.

Las ciudades de mayor crecimiento económico también en-frentan graves problemas de escasez. En este caso están Hermosillo, Saltillo, Chihuahua, Monterrey, Guadalajara, León, Querétaro, la zona metropolitana del valle de México, Coatzacoalcos, Ciudad del Carmen, Aguascalientes, San Luis Potosí y su zona conurbada, Toluca y Puebla.

Por lo que respecta a las ciudades fronterizas, las más afectadas son Tijuana, Ensenada, Me-xicali, San Luis Río Colorado, Nogales, Ciudad Juárez, Ciudad Acuña, Piedras Negras, Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros.

Problemas en la frontera

Oscar Pombo, director del De-partamento de Estudios Urbanos y Medio Ambiente del Colegio de la Frontera Norte, afirma que en la zona fronteriza "el problema del agua será un tema que no podrá resolverse en un futuro cercano" por el intenso crecimiento demográfico.

Si bien reconoció que el desarrollo industrial en ciudades fronterizas es importante, su actividad genera un efecto secundario: "existen problemas de escasez natural, pero la demanda es creciente, a lo que deben sumarse los problemas para garantizar que las obras públicas posibiliten el acceso al agua a todos los hogares y se cumpla con el abasto".

Ante el agotamiento de las fuentes primarias, debido a la sobrexplotación del recurso, "se ha comenzado a utilizar al agua destinada a la agricultura, ya que la mayoría de ciudades fronterizas están ubicadas cerca de zonas de cultivo, lo que permite anticipar conflictos entre campesinos y usuarios urbanos."

Ciudades como Tijuana, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Ensenada, Mexicali, afirma Pombo, han incrementado su consumo de líquido, al igual que los sectores rurales del entorno. Esto facilita "un desequilibrio en el uso del agua, lo que propicia condiciones de enfrentamiento social que agudizan la crisis de escasez".

Agua, demanda incumplida

José Morales, integrante de la Unión de Colonos de San Miguel Teotongo, asegura que a los habitantes de la sierra de Santa Catarina les queda claro que "diputados van y vienen, pero nadie se compromete a re-solver el problema y garantizar que tengamos agua limpia aunque sea una vez a la semana. Lo único que les interesa es que votes, y luego se olvidan".

Aquí sabemos que "nadie puede cobrar un servicio que no existe, aunque, sí, cada bimestre llega puntual el recibo, si bien en la mayoría de casas nunca hemos sabido qué es abrir la llave y que salga agua".

Las promesas "no se cumplen acá arriba. Aquí nos las arreglamos, pero no podrá durar para siempre. En la época de estiaje, entre enero y junio, las cosas se ponen peor, pero sabemos que tenemos que aguantar".

 
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