Usted está aquí: sábado 11 de marzo de 2006 Cultura Felguérez presenta obra relativa a la circunstancia que vive México

Inaugura exposición pictórica en la Galería Croquis, de Polanco

Felguérez presenta obra relativa a la circunstancia que vive México

Nunca sabemos a dónde vamos, pero hay una transformación social muy fuerte, expresa el artista zacatecano

Tiempo de cambio incluye 12 óleos creados el año pasado

MERRY MACMASTERS

Ampliar la imagen El pintor y escultor Manuel Felguérez adelantó a La Jornada que prepara un cuadro de gran formato para la sala de las culturas del norte del Museo Nacional de Antropología y una escultura conmemorativa por los 70 años del Instituto Politécnico Nacional Foto: Francisco Olvera

El fenómeno del tiempo permea la serie pictórica más reciente del artista Manuel Felguérez.

La exposición titulada Manuel Felguérez: tiempo de cambio, integrada por 12 óleos que Impronta Editores, por conducto de la asociación civil Mezzotinta, inaugura hoy a las 12:30 horas en la Galería Croquis (Juan Vázquez de Mella 481-504, colonia Los Morales, Polanco), espacio que comparte con la muestra Vicente Rojo: escenarios primitivos, como informamos ayer en estas páginas.

Realizada en 2005, la serie Tiempo de cambio tiene doble significado: ''Por un lado, responde a un tiempo que vive la sociedad mexicana, pues para cualquiera es evidente que estamos en un tiempo de cambio. Nunca sabemos a dónde vamos, hay una incógnita, pero hay una transformación social muy fuerte.

''Al mismo tiempo, tiene que ver con una intención personal, que es cuando empiezo una nueva aventura plástica. Para mí implica buscar nuevas posibilidades, cómo no estancarme. El artista en general, y yo en especial, siempre buscamos una constante renovación, un constante aporte, una invención, una nueva visión. Por eso el nombre se corresponde tanto en el plan individual como en el social."

El tiempo siempre es un asunto personal y el de Manuel Felguérez ''carece de memoria y en ocasiones es inasible", escribe Arnoldo Kraus en un texto a propósito de la exposición.

''El tiempo de Felguérez -continúa el médico y colaborador de La Jornada- no tiene pausa, no permite el silencio. Es como la vida: en ocasiones es nuestra y otras veces escapa sin apenas detenerse."

Búsqueda por llegar a más

Felguérez, en entrevista, explica: ''En mi circunstancia actual, dada mi edad, cada vez el tiempo toma mayor importancia. Quiere decir, cada vez me queda menos. Pueden ser 10, 15 años o un día, pero tengo la conciencia de que el tiempo es algo que está presente, y siempre es una lucha contra el tiempo.

''Si uno quiere llegar al punto en que la creación personal tenga más desarrollo, que llegue a más, siempre espera uno la obra maestra, siempre cree uno que puede dar más. Entonces, en esta búsqueda por llegar a más, el enemigo presente es el tiempo, es que la vida me dé tiempo, y se vuelve como una obsesión, que además, me hace realizar un trabajo más intenso".

Kraus escribe: ''Salpicadas por escurrimientos bienhechores, por las voces de figuras proteicas, por trazos abigarrados y por el inesperado encuentro entre múltiples geografías, el universo de Felguérez evoca una suerte de quietud que oscila entre la abstracción de las tintas y la paz de lo observado".

Para el artista zacatecano la pintura es un arte en constante transformación, en que una de sus características es ser diacrónico, es decir, estar de acuerdo con el momento en que se produce. Y, por otro lado, es dialéctico, o sea, estar en relación con la sociedad en la que se produce.

''Ambas circunstancias hacen que inevitablemente, cuando uno logra producir arte, siempre está sellado por el tiempo."

Ahora, ese momento en el plano individual, es de intuición: ''Sobre todo con el mundo del arte abstracto, que es el que manejo; cada cuadro, cada pincelada, es a su vez guiada por la sensibilidad, por la intuición y por la capacidad de creación o de inventiva.

''Un cuadro es de un pintor en cierto momento de su vida. Si te tardaste un mes en hacerlo, cada pincelada que pones, cada vez que quitas o pones algo, por mínimo que sea, juegas con el tiempo. Pasas y dices, ¿cuántas horas trabajas diario? Pues, alrededor de 10. Y, ¿cuánto tardaste en este cuadro? Esa semana, mes o tres meses que se tarde la obra, absorbe cada momento, cada sensación en quien lo está produciendo, es algo que está pasando en la vida cotidiana".

Kraus señala: ''Felguérez no es quien cambia el tiempo: es Tiempo de cambio el que lo modifica. Los 12 cuadros cohabitan entre sí y contagian al espectador de las vivencias del autor. El tiempo se transmuta no sólo porque queda detenido, sino porque absorbe la mirada y la incluye dentro del imaginario de la obra".

Constante lucha contra la obra

''En el proceso de pintar el cuadro -expresa Felguérez-, muchas veces hay largos periodos en los que las cosas no salen, en que es una lucha constante contra la obra. Hay el problema de que tus sensaciones, emociones, las tienes que traducir del mundo espiritual a la materia. Esto de materializar el espíritu y dejarlo sobre una superficie, es muy angustioso. Muchas veces hay repetidas equivocaciones, la cosa no sale.

''Uno sabe lo que quiere, pero en esa lucha no siempre se logra. Al volverse difícil me paso periodos de bastante angustia, de tensión. Es un constante enfrentamiento con la materia, en un proceso en el que el cuadro va adquiriendo lo que necesita, y cuando te equivocas es horrible. Dices, no está aún. Es cien por ciento una sensación interior hasta que se empieza a reorganizar el cuadro, a cambiar colores, hasta que dices, ya está. Pero, cuando saliste de ése, ya tienes otro en la cabeza."

Felguérez adelanta que prepara un gran cuadro para la sala de las culturas del norte del Museo Nacional de Antropología, así como una escultura para conmemorar el 70 aniversario del Instituto Politécnico Nacional.

 
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