Usted está aquí: martes 7 de marzo de 2006 Economía Persisten debilidades en la recaudación fiscal: Hacienda

Un riesgo, depender de las ventas petroleras, admite

Persisten debilidades en la recaudación fiscal: Hacienda

ANTONIO CASTELLANOS

La Secretaría de Hacienda reconoció que en México subsisten debilidades que deben corregirse, porque los niveles de recaudación son bajos y sesgados a impuestos directos. Diversos regímenes de excepción generan pérdidas de recaudación potencial.

Además, existe una elevada dependencia de los ingresos petroleros, que desde hace nueve años representan 58 por ciento de las entradas presupuestarias, lo cual hace vulnerable a las finanzas públicas por el riesgo de una caída en el precio del crudo de exportación.

Según el reporte de las autoridades hacendarias, a futuro deberán enfrentarse presiones de gasto que derivarán de las pensiones y jubilaciones. Indicaron que la reforma de 1997, que transformó el sistema de los trabajadores del sector privado a uno de capitalización de cuentas individuales, no abarcó otros sistemas vigentes, cuyo déficit actuarial se estima superior a 100 por ciento.

Dentro de este escenario hay también rezagos en infraestructura, especialmente en los sectores energéticos, de comunicaciones, salud y educación. Otras presiones las representan el seguro popular del Programa Nacional de Salud y el gasto en educación de 8 por ciento del producto interno bruto (PIB), establecido en la Ley General de Educación.

La dependencia precisó que se ha avanzado en la consolidación de las finanzas públicas, lo cual ha tenido un impacto importante sobre la estabilidad macroeconómica y financiera.

Sin embargo, las finanzas públicas aún enfrentan debilidades importantes que representan riesgos a mediano plazo. Por ello es necesario llevar a cabo una serie de reformas que incrementen los ingresos públicos a través de una mayor eficiencia del sistema tributario.

El análisis de Hacienda descarta riesgos para el presente año en que habrá elecciones presidenciales. Reiteró su proyección de un crecimiento de 3.7 por ciento del PIB, que se basa en el avance de la economía de Estados Unidos, particularmente del sector industrial.

Sin embargo, para la siguiente administración la situación se complicará por el incremento de la dependencia de los ingresos petroleros. En ese sentido, precisó, la economía nacional es vulnerable a una caída drástica de los precios del petróleo que podría ocurrir en éste como en los años siguientes.

Esto quiere decir que los principales riesgos vendrán por el lado externo, como una desaceleración más rápida que la proyectada de la economía mundial y de Estados Unidos, que se daría por una reducción imprevista de las materias primas.

 
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