Usted está aquí: viernes 27 de enero de 2006 Estados Relacionados con crimen organizado, uno de cada cuatro asesinatos en BC

Dos cárteles y organizaciones pequeñas disputan la producción y venta de enervantes

Relacionados con crimen organizado, uno de cada cuatro asesinatos en BC

Los nuevos narcos, expertos en tecnología y lavado de dinero en mercados financieros

ANTONIO HERAS CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Relevo generacional: Iván Archivaldo Guzmán Salazar, hijo del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, la noche en que fue llevado al penal de La Palma Foto: Carlos Ramos Mamahua

Mexicali, BC, 26 de enero. Uno de cada cuatro asesinatos cometidos en Baja California tiene vínculos con el narcotráfico y otras modalidades del crimen organizado, de acuerdo con la Procuraduría General de Justicia del estado.

Esta tendencia se ha detectado desde mediados de la década de los noventa, cuando diversas organizaciones delictivas iniciaron los ajustes de cuentas y la disputa por territorios.

A pesar de su intensidad, hace una década esta violencia pasaba prácticamente inadvertida debido a que los cárteles de la droga no se habían fragmentado y las autoridades estaban en connivencia con los grupos delictivos.

En las estadísticas de la violencia, Tijuana ocupa un lugar destacado no sólo a nivel nacional, sino entre las ciudades de América Latina que padecen los efectos del narcotráfico.

Las cifras señalan que en 2005 hubo 500 asesinatos violentos, de los cuales alrededor de 25 por ciento son resultado de pugnas entre bandas criminales, ''una relación similar a la que se registra a nivel nacional'', sostuvo el secretario federal de Seguridad Pública, Eduardo Medina Mora, al término del Primer Encuentro Internacional contra las Adicciones, celebrado en Tijuana.

Con los años, el número ha aumentado y las ejecuciones se han convertido en mensajes cifrados: amputación de manos o de los dedos índices, cuerpos desnudos tirados en las calles, su colocación en maletas, tortura y asfixia, o el tiro de gracia en la cabeza, que caracteriza los ajustes de cuentas.

Los cárteles que operan en la entidad son los encabezados por los hermanos Arellano Félix y por el El Mayo Zambada, reconoce el procurador de Justicia, Antonio W. Martínez Luna, con base en información de la Procuraduría General de la República (PGR).

También existe una amplia red de organizaciones satélites que se dedican al negocio de drogas al menudeo, sobre todo a la producción y comercialización de estupefacientes sintéticos. Cada día los reportes policiacos dan cuenta de decomisos y detenciones de vendedores.

Narcocultura

Durante décadas Baja California ha visto la consolidación del narcotráfico internacional. En esta entidad se han asentado grupos y redes que se pelean por controlar el tráfico y la venta de drogas ilegales.

Lilián Paola Ovalle, investigadora de la Universidad Autónoma de Baja California, explica que el narcotráfico y otras actividades ilegales han sido parte de la historia de Baja California durante casi un siglo: de la producción de opio en los umbrales del siglo XX al tráfico de alcohol en los treinta y al narcotráfico en la actualidad. La constante ha sido la demanda del mercado más grande del mundo: Estados Unidos.

La aparición de los narcojuniors en la década de los ochenta transformó la estructura global del narcotráfico, al incorporar a jóvenes de clases media y alta.

En Tijuana este cambio fue más notorio. Los primeros narcotraficantes, provenientes de las áreas rurales, fueron cediendo el paso a jóvenes familiarizados con las nuevas tecnologías, conocedores de la economía internacional y de los sistemas financieros para el lavado de dinero.

Tijuana es una de las ciudades latinoamericanas más importantes para el narcotráfico transnacional. Esto no sólo ha corroído el sistema y las instituciones de seguridad pública, sino que también tiene implicaciones sociales y culturales, afirma la investigadora en su estudio Entre la indiferencia y la satanización. Representaciones sociales del narcotráfico.

La académica explica que la complejidad de los movimientos financieros hace cada vez más difícil seguir la pista a los narcos y a sus crímenes. Lo más importante, explica, es la información de proveedores, de clientes.

La maestra en sociología, quien se ha dedicado a recoger historias de vida en torno del narcotráfico, sostiene que la confianza, la violencia y la corrupción son los factores determinantes en el negocio del tráfico de estupefacientes.

A diferencia de Cali o Medellín, en Colombia, en México hay una convivencia cercana de los traficantes con la gente. La palabra narco, explica, se acuñó en los ochentas, justo cuando el tráfico de drogas se incorporó a la cultura del norte de México y de otras regiones del mundo.

 
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