La Jornada Semanal,   domingo 8 de enero  de 2006        núm. 566
 

Recuperar a Elena Garro

Susana Perea-Fox

En el mundo académico literario latinoamericano, el interés por estudiar textos escritos por mujeres ha tenido un gran auge durante las últimas décadas.* Las dos razones principales han sido el incremento en el número de escritoras y la recuperación y revaloración que se ha hecho de cantidades importantes de la producción literaria femenina. De acuerdo con Naomi Lindstrom, uno de los logros de esta reevaluación y de la recuperación de las obras escritas por mujeres ha sido reconocer el valor artístico de las obras, por ejemplo Los recuerdos del porvenir (1963) de Elena Garro, que comparte muchas de las características del celebrado boom, pero excluido de él (134-135). Además, dice Lindstrom, se ha tomado seriamente la obra escrita por mujeres y se ha hecho crítica que reconoce el valor de estas obras. En otros casos, se redescubrió la obra de mujeres que habían gozado de reconocimiento pero que representaron tendencias literarias fuera de estilo con los críticos. Al incluir todas estas tendencias se está buscando desarrollar una teoría crítica literaria a partir de obras escritas por autoras y autores latinoamericanos.

Dichas revaloraciones buscan asignarles su justo lugar en la narrativa, tratando de subsanar problemas como los que señalaba Beth Miller, que a las mujeres mexicanas se les incluía muy poco o no se les incluía en las antologías poéticas de escritores mexicanos; o lo que observaba Seymour Menton, quien se sorprendía por la cantidad relativamente pequeña de mujeres que se habían destacado en la narrativa, teniendo en cuenta que la mayoría de estudiantes universitarios de letras en México eran mujeres.

El reconocimiento de la obra escrita por mujeres no sólo sirve para que se les incluya en la tradición preestablecida, sino que modifica los límites y parámetros tradicionales. La obra de Elena Garro sirve como ejemplo claro de este fenómeno.

Garro fusiona diferentes géneros literarios y desmitifica los cánones sociales y patriarcales. La escritora, asegura José Miguel Oviedo, "confiaba en los poderes de la palabra como instrumento de redención social; en el fondo creía en una especie de ‘justicia poética’ que salvaba a los desposeídos, los indígenas, los marginados y olvidados de su propia sociedad". Garro denuncia la explotación y victimización que sufren esos individuos, así como las estructuras sociales que perpetúan dichos abusos. Federico Patán observa que las novelas de Garro superan el entorno geográfico mexicano y se transforman en la voz de todos.

A pesar de su gran aporte literario y de fraguarse un camino en el mercado editorial desde un principio, la obra de Garro no ha sido estudiada en su totalidad. Su caso es interesante, ya que escritores de la talla de Borges la consideran como una de las mejores escritoras de teatro, Emmanuel Carballo como una de las "grandes" entre los escritores mexicanos, Carlos Monsiváis como una de las mejores novelistas mexicanas, Silvia Molina como la mejor escritora mexicana del siglo XX, Gabriela De Beer "one of Mexico’s seminal writers", y Jorge Ayala Blanco la más importante escritora de la literatura mexicana posrulfiana. El mismo Octavio Paz asegura que Los recuerdos del porvenir es una de las creaciones más perfectas de la literatura hispanoamericana contemporánea.

La variedad y calidad de la obra de Garro le ha merecido ser mencionada y estudiada en muchas de las historias de literatura mexicana e hispanoamericana. Un estudio que menciona algunas de sus obras como importantes en el desarrollo de tres géneros literarios (cuento, teatro y novela), se encuentra en The Cambridge History of Latin American Literature, editado por Roberto González Echevarría y Enrique Pupo-Walker. En el capítulo que analiza la novela de 1950 a 1975, Randolph D.Pope habla de Los recuerdos del porvenir como de una obra que magistralmente describe un episodio de la Guerra cristera (1926-29), a través de la experiencia de una mujer.

Además de los análisis hechos a Los recuerdos del porvenir se analizan sus obras de teatro, principalmente La señora en su balcón, Andarse por las ramas y La dama boba. Después de 1993, Los recuerdos del porvenir continúa siendo favorecida por la crítica, pero se amplía el estudio a más obras. Además aparece una cantidad de estudios sobre su vida, entrevistas a la autora y comentarios sobre la relación entre su vida y su obra; entre ellos, el publicado por Elena Poniatowska, "Elena Garro: la partícula revoltosa" incluido en Las siete cabritas. Hasta 2003, no obstante, sólo han aparecido unos cuantos artículos de crítica literaria referentes a la novela Inés, menos acerca de Primer amor y Busca mi esquela, y algunas menciones en las bibliografías generales de Un traje rojo para un duelo, pero no mucho más de estos textos que se publican en la década de los noventa.

Recientemente han aparecido dos importantes estudios acerca de su vida. Uno de ellos, Elena Garro: lectura múltiple de una personalidad compleja, editado por Lucía Melgar y Gabriela Mora, es una compilación de artículos escritos por personajes que estuvieron vinculados a la escritora. El otro, Testimonios sobre Elena Garro: biografía exclusiva y autorizada de Elena Garro, por Patricia Rosas Lopátegui, se basa principalmente en documentos, fotografías y entrevistas que la misma Garro le proporcionó a la autora e intenta reflejar lo más fielmente posible la vida y los estados anímicos de la escritora.

La obra de Garro ha sido traducida a muchos idiomas, y su teatro ha sido presentado por todo el mundo. De sus obras de teatro, cuentos y novelas, se han llevado al cine Los recuerdos del porvenir en 1968, Las señoritas Vivanco en 1958, Perfecto Luna en 1959, Sólo de noche vienes en 1965, Juego de mentiras (basada en el argumento de El árbol) en 1967, y Las puertas del paraíso en 1970.

La última obra publicada por Garro fue Mi hermanita Magdalena en 1998, pero en 2003, Rogelio Carvajal Dávila edita y publica la obra teatral escrita por Garro en 1969, Sócrates y los gatos.

Los temas analizados en su obra en general no varían mucho. Se analiza a la mujer y su posición en la sociedad, la memoria, el tiempo, la violencia, la opresión, lo fantástico y la historia, entre otros. Debido a que Garro no publicaba sus obras conforme las iba escribiendo, no tiene mucho sentido tratar de estudiarlas cronológicamente; en cambio su producción se puede dividir temáticamente. En un grupo se incluyen obras donde sus personajes, principalmente mujeres y personajes marginales, luchan valientemente contra las injusticias de su sociedad. Marta Umanzor comenta que las protagonistas de este grupo son portavoces de protesta social, y, por esa razón, al final de estos textos se observa la destrucción de un orden y alguna figura de autoridad. En cuanto a los personajes en algunas obras teatrales, Robert Anderson asegura que algunos aceptan y siguen el camino de la vida con menos obstáculos, resignandóse a la rutina; mientras que otros optan por la solución mágica y se atreven a dar el salto a la imaginación y a la libertad. La maleabilidad con la que Garro maneja sus temas y técnicas literarias, dice Gabriela Mora, potencia la posibilidad de sátira política y social en su escritura, una aproximación que se ha vuelto importante en las letras hispanoamericanas. Las obras que se incluyen en este grupo son Un hogar sólido, El árbol, Los perros, Testimonios sobre Mariana, Andarse por las ramas, La señora en su balcón, El árbol, La semana de colores, La casa junto al río, Felipe Ángeles y Los recuerdos del porvenir.

Para Fabienne Bradu, el segundo período de la producción garriana se da a partir de la publicación de Andamos huyendo Lola, y "está marcado por una acentuación de la presencia autobiográfica de la escritora en sus novelas". Aunque sólo Memorias de España 1937 es estrictamente autobiográfica, en el resto de sus novelas se advierten las vicisitudes biográficas de la autora. En general, las obras de este grupo se publican a partir de la década de los ochenta. A este respecto, Lucía Melgar explica que, por su tema y su visión del mundo, los cuentos y novelas de esa década pueden considerarse como parte de un ciclo del exilio, no el de la autora, sino el de los personajes, en particular de las protagonistas, perseguidas y aisladas en ciudades extranjeras, donde carecen de redes sociales de apoyo y son víctimas de la violencia.

A pesar de que el análisis de Melgar apareció justo antes de la publicación las últimas novelas y cuentos de Garro en la década de los noventa, los personajes principales de algunas de ellas como Primer amor (1996), Un corazón en un bote de basura (1996), Inés (1996) y Mi hermanita Magdalena (1998), viven en un exilio, físico y psicológico, víctimas de normas sociales ajenas a ellos. Los personajes de Busca mi esquela y Un traje rojo para un duelo sufren sintiéndose incomprendidos e inadaptados en su propia sociedad.

Otra diferencia significativa es que los personajes del segundo grupo padecen una constante persecución de su propia sociedad, y ya no son valientes ni autónomos; luchan, pero su lucha es vana porque la sociedad es más fuerte que ellos, como en Busca mi esquela (1996) y Un traje rojo para un duelo (1996).

Otro punto importante a notar es que es difícil analizar las obras de Garro desde una perspectiva netamente feminista porque sus obras presentan, además de esa universalidad de situaciones y de temas, y de las causas comúnmente defendidas por otros escritores, los sufrimientos de personajes indeseados en la sociedad, incluso los sufrimientos de aquellos que abrazan causas políticas condenadas por la historia. Tampoco presenta a todas las mujeres como seres indefensos, ni a todos los hombres como poderosos. Su obra, de manera simbólica, abre más puertas en el entendimiento de la condición humana en la sociedad contemporánea.

En general, hoy día en el mundo académico literario se pretende dar más visibilidad a la literatura escrita por mujeres con el propósito de estimular un cambio en los modelos canónicos existentes, para ampliar el entendimiento de la literatura contemporánea y para incentivar nuevos enfoques en el estudio literario. En particular, se pretende ampliar el conocimiento que se tiene de la obra de Garro y situar su obra como una literatura de denuncia contra los males sociales.

* Para Elena Poniatowska en "Ser un escritor en México", si hasta hace poco ser escritor en México no era una profesión, mucho menos lo era para escritoras mexicanas porque ellas tenían que salvar más obstáculos y "[porque] la sanción pública y social pesa sobre los hombros femeninos".