Usted está aquí: sábado 7 de enero de 2006 Mundo Ultiman insurgentes iraquíes a 11 soldados estadunidenses

EU entorpece la lucha contra la resistencia para calmar a sunitas, acusan chiítas

Ultiman insurgentes iraquíes a 11 soldados estadunidenses

Auman Zawahri, lugarteniente de Osama Bin Laden, insta a Bush a "admitir su derrota" en Irak

KIM SENGUPTA THE INDEPENDENT

Bagdad, 6 de enero. Las fuerzas estadunidenses sufrieron uno de sus más altos saldos mortales a manos de la insurgencia iraquí, con 11 de sus soldados fallecidos en una ola de violencia que azota todo el país.

Mientras, miles de musulmanes chiítas marcharon este viernes en una protesta a través de Bagdad, y acusaron a Estados Unidos de entorpecer la guerra contra los insurgentes en un intento de apaciguar a la comunidad sunita.

Las muertes de estadunidenses, ocurridas en Bagdad, Fallujah y Ramadi, fueron producto de una renovada ofensiva insurgente que el jueves se manifestó con dos devastadores atentados suicidas que costaron al menos 120 vidas.

El principal partido chiíta, el Consejo Supremo de la Revolución Islámica (CSRI), hizo que se apareciera el espectro de una guerra civil abierta, al advertir que de continuar los ataques sectarios por los sunitas, los chiítas se verán obligados a responder.

La acusación de que los estadunidenses están dejando sin apoyo a la contrainsurgencia se originó luego de que autoridades invasoras criticaron supuestos abusos de las fuerzas gubernamentales controladas por los sunitas, y liberaron a decenas de prisioneros que habían sido maltratados en un búnker del Ministerio del Interior.

Los manifestantes chiítas abuchearon al embajador estadunidense, Zalmay Jallilzad, y corearon consignas contra líderes sunitas como Adnan Dulaimi y Saleh Mutlaq. "¡No, no a Zalmay! ¡No, no al terrorismo! ¡Sí, sí al Ministerio del Interior!", gritaba la muchedumbre.

"Terroristas mimados"

Varios clérigos chiítas usaron las plegarias del viernes para llamar a la acción. En la mezquita de Jadimiyah, en Bagdad, el imán Hazim Araji, blandiendo un rifle kalashnikov, expresó en su sermón ante 5 mil fieles: "¿Cuánto tiempo más podemos guardar silencio? Los terroristas son mimados en Irak".

La furia chiíta se extendió hacia otras partes. Habitantes chiítas de la ciudad santa de Kerbala, donde 49 personas murieron en un atentado suicida el pasado jueves, exigieron a líderes religiosos autorizar a la comunidad tomar represalias.

Líderes chiítas se reunieron tanto con los ministros iraquíes de Defensa e Interior como con los embajadores de Estados Unidos y Gran Bretaña. Hadi Amiri, funcionario del CSRI de alto rango, señaló posteriormente: "Dijimos a los embajadores que apoyamos el proceso político pero no a expensas de las vidas de las personas. Respaldamos los derechos humanos, pero ello no debe dar luz verde a los terroristas".

El presidente estadunidense, George W. Bush, ha dicho que el repliegue de 138 mil efectivos estadunidenses de Irak comenzará a medida que las fuerzas iraquíes vayan volviéndose más capaces de controlar a la resistencia. Pero el feroz resurgimiento de la violencia en los últimos días indica, según críticos, que dicho retiro es aún una posibilidad remota.

En un video difundido el viernes, Auman Zawahri, lugarteniente de Osama Bin Laden, afirma que las recientes indirectas de funcionarios estadunidenses en torno a una posible reducción de tropas en Irak es una "victoria para el Islam".

En la cinta, Zawahri viste turbante blanco y túnica gris, aparece sentado junto a un rifle automático; enfatiza apuntando y dice: "Felicito a la nación del Islam por esta victoria en Irak". También insta al presidente Bush a "admitir su derrota" en el país ocupado.

La cadena Al Jazeera afirmó que la cinta fue grabada en diciembre, sin dar una fecha específica.

Un vocero militar en Bagdad insistió el viernes en que la escalada en los ataques demuestra que el proceso democrático se está consolidando. "Las personas desesperadas son peligrosas", afirmó el teniente coronel Barry Johnson. "La gente común de Irak está perdiendo su tolerancia con los insurgentes y con los terroristas que están entre ellos; y con cada vez más frecuencia se enfrentan al enemigo. No hemos superado los peligros que amenazan el progreso y hay más tragedias por venir a lo largo del camino".

Al menos 2 mil 194 soldados estadunidenses han muerto desde que comenzó la guerra. El saldo de hoy sigue a un breve periodo en que no hubo bajas en las fuerzas invasoras.

Varias de las 11 muertes recientes de soldados estadunidenses fueron causadas por un nuevo tipo de bombas colocadas a un lado del camino, cuyo estallido puede penetrar los vehículos blindados de las fuerzas de Estados Unidos y Gran Bretaña.

En el pasado, ambos países han asegurado que el gobierno iraní proveía a la insurgencia de estos artefactos explosivos. Pero funcionarios británicos admiten ahora que no existe evidencia que vincule al régimen de Teherán con este tipo de bombas.

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca

 
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