Otrora atractivo turístico, se convirtió en depósito de aguas residuales
Grave deterioro del estero de Los Cabos; no hay dinero para rescatarlo: Ecología
La Paz, BCS, 6 de enero. La reserva ecológica del estero de San José del Cabo, uno de los principales atractivos naturales de esa localidad, sufre grave deterioro, pero las autoridades estatales no emprenden obras de recuperación, con el argumento de que falta presupuesto.
Raúl Rodríguez Quintana, director de Ecología de Los Cabos, dijo: "no nos quitamos la responsabilidad, pero es una reserva estatal y corresponde a las autoridades de ese nivel procurar su conservación".
El funcionario admitió que la desembocadura, de 201 hectáreas, ha dejado de ser un atractivo turístico porque se ha convertido en basurero y depósito de aguas residuales de una planta de tratamiento cercana al lugar, propiedad del Fondo Nacional de Fomento al Turismo.
Señaló que los huracanes y el desarrollo del complejo turístico puerto Los Cabos han perjudicado la dinámica ambiental del sitio, donde anida el gallito marino y es escala obligada de aves migratorias, como patos silvestres, en su viaje de Alaska y Canadá.
La riqueza biológica del estero abarca desde aves migratorias hasta anfibios y reptiles, así como flora: palmas, pastos, carrizos, tules, guamúchiles y mezquites, abundó.
Expresó que la charca es el símbolo de San José del Cabo y por ello fue decretado reserva ecológica; sin embargo, existe descuido de las autoridades y de los habitantes, que arrojan basura a este cuerpo de agua, que se nutre del mar y de los arroyos de la Sierra de la Laguna, del Zacatal y de San José Viejo.
Mencionó que sólo para desazolvarlo se requieren 8 millones de pesos, y para conservarlo, otras cantidades más elevadas. "Aunque se han tenido pláticas con el gobierno del estado el problema radica en la falta de recursos", insistió.
Es necesario que los gobiernos estatal, municipal y federal, así como la iniciativa privada, trabajen en un programa de salvamento del estero a fin de regresarle su belleza natural y convertirlo en un atractivo ecoturístico, propuso.
Dijo que incluso se podría pensar en la municipalización de la reserva ecológica, siempre y cuando hubiera un compromiso puntual del gobierno estatal y de las autoridades federales de aportar los recursos necesarios para la conservación y la vigilancia.
Consideró que, por lo pronto, el estatus de reserva ecológica no puede quedarse en el papel; debe ser cuidada, pues quienes estaban al frente de este cuerpo de agua no regresaron después de la devastación que sufrió a causa del huracán Juliette en septiembre de 2001.