Usted está aquí: sábado 17 de diciembre de 2005 Mundo En Cuba, Gabo infunde optimismo en las pláticas por la paz en Colombia

Arranca diálogo "exploratorio" entre el gobierno de Alvaro Uribe y el ELN

En Cuba, Gabo infunde optimismo en las pláticas por la paz en Colombia

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 16 de diciembre. "Ayúdennos a terminar con esta guerra", le dijo Gabriel García Márquez al asesor de la cancillería suiza Jean Pierre Gontard, parte del grupo de "acompañantes" internacionales de las pláticas entre el gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Antes de la reunión con la que arrancó hoy este diálogo "exploratorio", la presencia de Gabo en los pasillos del hotel Palco fue al mismo tiempo centro de la tertulia, eje de las carcajadas y, con todo ello, fuente de un leve soplo de optimismo.

Un círculo compacto de delegados, cámaras y periodistas avanzaba lentamente, con García Márquez en el centro, hasta el lugar que ocuparía el premio Nobel en la ceremonia.

Pero el clima relajado cesó al iniciarse la ronda de discursos, que sirvieron para que las partes trazaran su raya en el piso.

En la presidencia de la sala sólo estuvieron cuatro funcionarios de Cuba: el vicecanciller Rafael Dausá, quien dio la bienvenida; el director interino de América Latina de la cancillería, Humberto Rivero; el veterano diplomático y experto en la región José Arbesú, vicejefe de Relaciones Internacionales del Partido Comunista, y Luis Hernández, especialista de esa oficina.

Bernardino León, subsecretario de Asuntos Exteriores de España, parte del equipo "acompañante" que integran su país, Noruega y Suiza, dejó caer una leve presión a los protagonistas: "Esta es una oportunidad para la paz, que ustedes ni deben ni pueden desaprovechar".

Moritz Akerman, en nombre de los cinco "garantes ciudadanos" del proceso, demandó: "El pueblo colombiano aspira a que se inicie un proceso ininterrumpido, serio y cierto, que termine en la paz, a través de la solución política negociada y que contribuya al fin de la guerra".

Pidió reglas del juego claras, procedimientos precisos y atributos para los acompañantes internacionales, los garantes ciudadanos y la sociedad civil.

Tocó turno a Antonio García. "Nunca antes los contradictores habían estado tan distantes como en la actualidad", dijo el jefe militar del ELN, en alusión a la gestión del presidente Alvaro Uribe.

Pero explicó que la insurgencia vino a la mesa porque "no se condicionó el diálogo y vamos a empezar con una agenda abierta; venimos abiertos a escuchar al gobierno y esperamos que también el gobierno acuda con la misma disposición".

Reclamó "un nuevo diseño" de negociación a partir de la conocida tesis del ELN (reconocer la causa social del conflicto, participación de la sociedad, agenda humanitaria y reformas estructurales) y reivindicó el funcionamiento de la Casa de Paz de Medellín como "la vía por donde ha empezado a transitar" la movilización popular del proceso.

Deploró que las víctimas de la crisis colombiana, "ante todo del terrorismo de Estado y de la guerra civil", se cuentan hoy por millones, cuando en la época de violencia de los años cincuenta eran decenas de miles. Añadió que no hay solución total sin la guerrilla mayor, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia: "La paz ha de ser una sola y de todos".

Cerró Luis Carlos Restrepo, alto comisionado para la paz del gobierno de Uribe: "Queremos ser prudentes, realistas, responsables, no queremos generar falsas expectativas".

"Colombia no resiste más frustraciones en el campo de la paz", agregó Restrepo. "Actuaremos con prudencia, tratando de consolidar paso a paso el proceso. Nuestro propósito central en este momento es ganar confianza y definir las líneas estructurales que nos permitan avanzar de manera decidida en el camino de la reconciliación".

Respondió al deslinde guerrillero: "No quiero desconocer el profundo abismo que nos separa del ELN. No sería honesto ni correcto aminorar las contradicciones".

Se atrincheró en la posición más dura: "Son esas contradicciones, en gran parte, la causa del sufrimiento del pueblo colombiano en las últimas décadas".

Pero valoró su presencia en la mesa: "sin embargo, queremos adelantar un diálogo respetuoso, sin agravios (...) teniendo siempre presente que nuestro horizonte es el fortalecimiento del pluralismo político".

Echadas las cartas sobre la mesa, los actores se escurrieron a grillar. Por ahora tienen tiempo hasta el próximo jueves 22.

 
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