Usted está aquí: viernes 2 de diciembre de 2005 Opinión MEXICO SA

MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

Persiste la pobreza en América Latina; celebran raquítico avance

Todavía faltan 364 días

Las rebanadas del pastel:

SE ACERCA EL fin de año y con él el inicio de la temporada de auto elogios promovida por los gobiernos latinoamericanos, quienes desean resaltar sus "éxitos" económicos y sociales, aunque en los hechos, y sin ánimo de ofenderlos, la situación para la mayoría de los latinoamericanos dista mucho de tales presunciones.

CIFRAS RECIENTES DE la Cepal indican que "el número de pobres en América Latina disminuyó 13 millones desde 2003" y que "por segundo año consecutivo se mantiene la tendencia a la baja" en este indicador, aunque todavía 213 millones de personas sobreviven en esa condición.

TRAS LA DIVULGACION de dichas cifras, los gobiernos regionales, comenzando por el de México, celebraron el "éxito" económico y social alcanzado en el periodo, y todo porque un porcentaje reducido de latinoamericanos duplicó su ingreso; es decir, de uno a dos dólares.

SIN EMBARGO, LA institución difusora de las buenas nuevas también divulga malas noticias, porque, dice la Cepal, la equidad en la distribución del ingreso se registra como una enorme y creciente deuda no pagada en América Latina y el Caribe por esos "exitosos" gobiernos que ni siquiera consideran el dato en su celebración.

DICE EL ORGANISMO de la ONU que la obligación de los estados es garantizar la plena satisfacción de necesidades básicas a toda la población. El desarrollo debe orientarse de tal modo que los recursos socialmente producidos se distribuyan a fin de hacer efectiva para todos la realización de tales derechos. Sociedades altamente inequitativas quedan así impugnadas, en la medida en que gran parte de la pobreza que cobijan o generan resulta evitable de acuerdo a su nivel de desarrollo. Así, cuando el ingreso per cápita promedio de una sociedad se ubica claramente por encima de lo requerido por un individuo para procurar los satisfactores que le permiten realizar sus derechos sociales, el hecho de que un amplio contingente de individuos no logre acceder a este conjunto de satisfactores interpela a la sociedad en su conjunto.

LA DESIGUALDAD EN la región -la mayor en el planeta- tiende a mantenerse, y aun a aumentar, más que a mitigarse por la persistencia de factores arraigados en el estilo de desarrollo y que cobran mayor fuerza con la nueva oleada modernizadora, entre ellos la trasnacionalización de la actividad económica, los intensos procesos de ajuste y apertura, las fallas del mercado y el inequitativo cambio en las reglas del juego.

LA INEQUIDAD ES un rasgo que acompaña de tiempo atrás a las sociedades latinoamericanas, y quizá la señal más elocuente del problema sea la distribución del ingreso; pero dicha distribución es, a la vez, causa y efecto de otras desigualdades tales como las que se generan en la educación y el empleo, o las que se reproducen intergeneracionalmente por adscripción étnica y de género, por distribución espacial y por dependencia demográfica.

LA CONCENTRACION DEL poder, la riqueza y el ingreso atenta contra la posibilidad, para un gran contingente de personas, de alcanzar una calidad de vida decente y ejercer sus legítimos derechos. La concentración de la riqueza implícitamente segmenta el pleno derecho a la vida. También resulta éticamente inadmisible una mala distribución del ingreso, si se considera, por ejemplo, que la región produce suficientes alimentos para garantizar una dieta adecuada para tres veces su población y, pese a ello, sobre todo debido a la estructura distributiva, hay países donde la subnutrición, la desnutrición global y la desnutrición aguda mantienen niveles altos, sobre todo en la población en extrema pobreza, en la perteneciente a minorías étnicas y en la asentada en zonas rurales.

LA ELEVADA DESIGUALDAD en la distribución del ingreso que predomina en los países latinoamericanos califica a la región como la más rezagada en términos de equidad en el mundo. No es sólo cuestión de brecha de ingresos, ya que esto remite, como causa y como consecuencia al mismo tiempo a otras brechas en términos de acceso a bienestar social, de formación de capital humano, de acceso a activos productivos y de pleno ejercicio de los derechos ciudadanos. Una mala distribución del ingreso resulta en que, a pesar de contar la región con muchos países en los cuales su nivel de desarrollo podría permitirle a una proporción alta de su población pobre escapar de tal condición, América Latina cuente hoy con 42 por ciento de los hogares viviendo bajo la línea de pobreza y sin protección social básica.

LA MALA DISTRIBUCION del ingreso en América Latina queda en evidencia al constatar la reducida participación del quintil de hogares más pobres, que contrasta notablemente con la participación del grupo más rico. El 20 por ciento de los hogares situados en la parte inferior de la distribución del ingreso capta entre 2.2 (Bolivia) y 8.8 por ciento (Uruguay) de los ingresos totales.

EN SENTIDO CONTRARIO, el quintil superior se apropia de entre 41.8 (Uruguay) y 62.4 por ciento (Brasil) de los ingresos totales. La relación de las participaciones de ambos quintiles, indicador que sintetiza la enorme brecha que existe entre los grupos más ricos y más pobres, revela que aun cuando la desigualdad es un fenómeno que se presenta con diferentes matices en los países de América Latina, en casi todos los casos resulta elevada.

EN LA MAYORIA de países de América Latina, incluyendo a Chile, Colombia (área urbana), Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay y la República Bolivariana de Venezuela, la participación del quintil superior excede entre 10 y 16 veces a la del quintil inferior. Los casos en los que este indicador alcanza sus valores más altos son Brasil y Bolivia, donde la relación de la participación de ambos quintiles alcanza 17 y 26 veces, respectivamente.

EN SINTESIS, A los gobiernos que están de fiesta, la Cepal les recuerda que en la medida que la economía no crezca ni haya financiamiento, infraestructura, acceso a la tecnología y a los mercados para las unidades productivas de menor tamaño, "la política social será incapaz de recoger a todos los heridos de la política económica".

GRACIAS, ALTISIMO: SOLO le quedan 364 días.

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