Usted está aquí: jueves 1 de diciembre de 2005 Cultura El arte de Marino Marini llega al Museo Nacional de San Carlos

Inauguran exposición con 119 obras del creador expresionista italiano

El arte de Marino Marini llega al Museo Nacional de San Carlos

Mostrarán gráfica, pintura y escultura con fuerte influencia etrusca y griega

El acervo proviene de la fundación que lleva su nombre e incluye una pieza del museo Tamayo

MERRY MACMASTERS

Ampliar la imagen El caballo, obra de Marino Marini (1901-1980), incluida en la muestra que hoy se abre en el recinto de Puente de Alvarado 50, colonia Tabacalera FOTO Cortes�Museo Nacional de San Carlos Foto: Cortes�Museo Nacional de San Carlos

El artista expresionista italiano Marino Marini (1901-1980) protagoniza la exposición de 119 obras, entre gráfica, pintura y escultura, que hoy será inaugurada a las 19 horas en el Museo Nacional de San Carlos.

La muestra Marino Marini, cuya obra proviene de la fundación que lleva su nombre, con sede en Pistoia, ciudad natal del pintor, así como una pieza del Museo Rufino Tamayo, se divide en seis núcleos temáticos: Los retratos, El mundo del teatro, Las abstracciones, Las composiciones religiosas, Los desnudos y Los temas ecuestres.

Supremacía del dibujo

Un aspecto a destacar de la exposición es que está constituida por los dibujos que Marini seleccionó para ese fin. No obstante, se incluyen algunos ejemplos de otras disciplinas, se conserva la supremacía del dibujo para enfatizar la idea primigenia sobre el resultado de la obra terminada.

Aunque Marini nunca abandonó la pintura, se dedicó principalmente a la escultura a partir de 1922. Alumno de la Academia de Bellas Artes de Florencia, viajó a París para estudiar escultura. En su obra influyeron la antigua escultura italiana (etrusca) y griega.

De hecho, manifestaba, ''no me he inspirado en el arte etrusco, soy un etrusco".

En 1936 Marini empezó a crear una serie de esculturas de jinetes inspiradas en las figuras de las antiguas tumbas chinas. Solía utilizar como materiales el bronce, la madera y el yeso.

También esculpió retratos como el del compositor Igor Stravinsky y figuras de mujer. Sus desnudos femeninos se inspiraron en Pomona, la diosa etrusca de la fertilidad, que para Marini se convirtió en símbolo de un mundo agreste, armónico y sereno.

Desde 1935 las obras de Marini se exponen en diferentes lugares de Europa, pero fue hasta 1946 que adquirió el reconocimiento internacional, situación que lo llevó a vivir en París por largos periodos.

Interés por el teatro y el circo

Durante esta época estrechó fuertes lazos de amistad con colegas como Henry Moore y Giacometti.

Obras pertenecientes a un periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial representan a jinetes exhaustos, abrumados por el vigor de sus caballos, ejecutados en formas crudas con líneas rotas y bordes afilados.

Su interés por el mundo del teatro también incluyó el circo cuyos personajes consideraba un símbolo de la búsqueda obsesiva del incansable equilibrio del hombre. El duro trabajo del Arlequín aparece como metáfora de la humanidad que siempre trata de mantener el balance entre el placer y la culpa, lo bueno y lo malo, la vida y la muerte.

El Museo Marino Marini se sitúa en la ex iglesia de San Pancrazio, una de las más antiguas de Florencia.

Como actividad paralela a la exposición, en ese recinto de Puente de Alvarado 50, colonia Tabacalera, Lily Kassner impartirá la conferencia Marino Marini el sábado 3 de diciembre a las 11 horas.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.