Usted está aquí: domingo 13 de noviembre de 2005 Opinión ¿LA FIESTA EN PAZ?

¿LA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Páez

El Saltillense, homenajes

Ampliar la imagen Una muestra del arte de El Saltillense

EN DIAS PASADOS se realizaron dos homenajes, no por tardíos menos obligados, a Armando Rosales, El Saltillense, sin duda el mejor fotógrafo taurino de México y uno de los mejores del mundo, como reconocimiento a sus 30 años de fructífera labor creadora.

EL PRIMERO EN Monterrey, como parte de la Semana Cultural Taurina, en la sede de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Nuevo León, donde Armando ofreció la muestra Tauridades en cuatro tiempos, con 50 obras en formato de 70 por 50 centímetros.

CUATRO TIEMPOS QUE incluyeron tanto trabajos en blanco y negro y color como sus originales fotoxidaciones o combinación de negativos con relevadores, fijadores y detenedores, y sus oxidaciones propiamente. Fue tal el éxito de la muestra que El Saltillense quedó invitado para 2006.

COMO EL EJEMPLO fue puesto por la industriosa capital neoleonesa, a la aletargada capital coahuilense no le quedó más remedio que homenajear a la siguiente semana a quien ha puesto muy en alto -más que cualquiera de sus gobernadores, inclusive los que se dicen taurinos- el gentilicio de los oriundos de Saltillo.

EN EL ATESTADO casino de su ciudad natal Armando Rosales presentó, simultáneamente a su exposición en Monterrey, otras 40 obras. En su breve y sustancioso mensaje el día de la inauguración de la nueva muestra, El Saltillense dijo:

"EL QUE TRIUNFA en Saltillo puede triunfar en cualquier parte del mundo; así de difícil es ser profeta en esta tierra. Tuvieron que pasar dos gobernadores y cuatro presidentes municipales para que pudiera presentar otra exposición ante mis paisanos, cuando llevo un promedio de 10 exposiciones por año en ciudades importantes del país. Sé que el éxito ajeno ofende, así que asumo la responsabilidad. Esta noche siento que vuelvo a repetir mi triunfo de la tarde de mi alternativa, hace ya 25 años."

EN EFECTO, EL 23 de noviembre de 1980, en la plaza Fermín Espinosa, Armillita, de Saltillo, Armando Rosales, El Saltillense, ya sin la visión de un ojo a causa de la cornada recibida años atrás, triunfaba luego de tomar la alternativa de manos de Jesús Solórzano hijo, y con Fermín Espinosa como testigo, al cortar cuatro orejas y un rabo.

EL CRITICO NEOYORQUINO de arte Louis Favelsson, luego de ver en la capital una exposición de El Saltillense, comentó: "Este fotógrafo detiene el tiempo para crear drama. En general su obra es de una insoportable intensidad dramática e incluso trágica. Es tal su dominio del lenguaje fotográfico que podrían no ser toros ni toreros, sino peces y pescadores o cualquier otro elemento, que la intensidad estaría allí presente, mucho como sueño y mucho como pesadilla".

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