Usted está aquí: domingo 13 de noviembre de 2005 Cultura Crean mural de cien metros de largo

Trabajo colectivo de alumnos de Faro de Oriente, encabezados por Emilio Payán

Crean mural de cien metros de largo

Utilizan una aplanadora como símbolo de libertad; no nos interesa el Guinness, expresan

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

Ampliar la imagen Cien placas de unicel grabadas con tema libre fueron entintadas e impresas en una manta gigante FOTO Mar�Luisa Severiano Foto: Mar�Luisa Severiano

Unicel, solventes, pintura, manta y una aplanadora de asfalto. Con ellos alumnos de la Fábrica de Artes y Oficios (Faro) de Oriente crearon un mural de cien metros de largo en el que plasmaron de todo: flores, mariposas, la calavera del Tío Sam, un perro, hongos (alucinógenos tal vez), palmeras, líneas cruzadas, pájaros, diablos, caritas e imágenes prehispánicas; de estilos impresionistas, abstractos, figurativos, y de todos los colores: azul, rojo, amarillo, verde, negro, espacios en blanco y más rojo, verde, azul y amarillo.

El objetivo fue realizar el mural más largo del mundo, "o al menos uno de los más largos", a decir del artista Emilio Payán, responsable del proyecto, con el que se llevó a la aplanadora asfáltica lo aprendido en el taller de grabado monumental, que también estuvo a su cargo.

Esta es la segunda ocasión en la que Payán realiza un ejercicio artístico como éste. La primera fue en 1996, en el centro de Coyoacán, en el que participaron casi un centenar de artistas en la elaboración de un grabado para apoyar la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas al Gobierno del Distrito Federal. Ese grabado mural se exhibe en fachada de la nave del Faro, donde también se colocará la obra de los estudiantes de ese centro.

En marzo elaborará un tercer mural, pero ahora con alumnos de la Universidad de Lafayette, en Filadelfia.

Este sábado las cien placas de unicel con los grabados ya entintados se extendieron en la explanada del Faro, y su realización complementó la muestra Tras los huesos de Posada, integrada por 86 obras del artista mexicano, que se inauguró también y concluirá en diciembre.

Para el mural, explicó Payán, se repartieron cien placas de unicel de un metro por un metro. "Algunos muchachos trabajaron de manera colectiva, otros de forma individual. Es un acto lúdico, creativo, es un juego y algo lindo con ellos, para que tengan posibilidades de ver y hacer muchas cosas, de que tengan nociones de crear su arte".

El tema del grabado fue libre y utilizamos la aplanadora como símbolo de libertad, añadió. "El chiste es hacer el grabado más grande del mundo en una sola manta, en una sola pasada imprimirlo todo, no para entrar al Guiness ni nada de eso, porque no nos interesa, pero sí como acto monumental que podemos organizar y podemos hacerlo con los chavos. La aplanadora -insistió- es un símbolo de libertad para mí: libertad para hacer lo que se nos ocurra y hacer arte con eso; que vean otras posibilidades de material. El unicel no se usa, es para construcción o para empaquetar y con esto vamos a hacer muchas cosas ahora".

La elaboración de las placas del megagrabado requirió tres semanas de trabajo, con un costo de 7 mil pesos por el material, y existe el proyecto de presentarlo en el Museo de la Ciudad de México, pero "La manta es del Faro, para el Faro y los chavos del Faro".

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.