Usted está aquí: martes 25 de octubre de 2005 Sociedad y Justicia El Cuyo, poblado yucateco que ha padecido a Gilberto, Isidoro y Wilma

La comunidad pesquera, cercana a Tizimín, totalmente cubierta por el agua

El Cuyo, poblado yucateco que ha padecido a Gilberto, Isidoro y Wilma

El alcalde panista no envía apoyo y tampoco se ha presentado para constatar los daños

LUIS A. BOFFIL GOMEZ CORRESPONSAL

Mérida, Yuc., 24 de octubre. El Cuyo es un pequeño poblado pesquero ubicado al nororiente de Yucatán, a 300 kilómetros de Mérida. Después del paso del ciclón Wilma por esta región, sus casi 400 habitantes observan cómo su localidad quedó completamente cubierta por el agua. Pese a la desgracia y a que aún no reciben ayuda, los pobladores bromean: "Wilma nos dio por El Cuyo".

Poco quedó de esta población costera perteneciente a la jurisdicción de Tizimín, una de las ciudades más importantes de la zona oriente del estado, ya que los vientos y el agua arrasaron con el malecón, destrozaron carreteras y desprendieron techos de numerosas viviendas construidas de madera y tejas, a la vieja usanza de los porteños.

Hace 45 años, El Cuyo tuvo un despegue económico importante debido a la producción de sal y a la abundante pesca. Con el tiempo las salineras comenzaron a agotarse y la captura de peces disminuyó, pero aun así la pesca sigue siendo la principal actividad en el poblado.

La crisis económica de los habitantes de esta apartada comunidad se acrecentó a mediados de la década de los 80, pero en 1988, cuando el huracán Gilberto azotó y devastó Yucatán, fue el acabose y El Cuyo quedó arruinado. Cuando parecía que ya se habían recuperado, en septiembre de 2002 se presentó Isidoro y la catástrofe retornó 14 años después. Wilma volvió a sepultar los escasos sueños de progreso y supervivencia de los cuyenses, como se conoce a la gente de ese lugar.

Quizá por su lejanía -se ubica a 300 kilómetros de la capital del estado- y difícil acceso, la ayuda gubernamental no ha llegado a El Cuyo. Sus casi 400 habitantes optaron por refugiarse en albergues habilitados en Tizimín, la cabecera municipal, pero -denunciaron afectados- el alcalde panista Pedro Couoh no envía apoyo y tampoco se ha presentado para constatar los daños materiales.

A 24 horas de que el meteoro salió de la península de Yucatán, después de impactar Quintana Roo y en menor grado la zona oriente de esta entidad, los colonos de El Cuyo empezaron a retornar a sus casas para observar los destrozos que dejó Wilma. Pese a la desgracia y a que aún no reciben ayuda, los pobladores tienen ánimo para decir: ''Wilma nos dio por El Cuyo''.

Abraham Marfil Noh, pescador de 45 años de edad, advirtió que el alimento con que cuentan escaseará en las siguientes semanas. ''No es posible salir a pescar porque las marejadas se llevaron los peces mar adentro, pero si las especies estuvieran a escasos kilómetros el problema no cambiaría, porque más de 200 pequeñas embarcaciones quedaron inservibles, la mayoría destruidas por los embates del viento y el mar'', narró.

Decenas de cuyenses que retornaron a esa población lo hicieron con algunas despensas que recibieron en los albergues de Tizimín, pero la comida durará si acaso dos o tres días. No hay energía eléctrica, gas y mucho menos servicio telefónico.

El poblado El Cuyo está prácticamente incomunicado. Martha Pech, ama de casa, regresó con sus tres hijos pequeños y constató que el agua inundó su casa. En suma, el panorama en esta localidad yucateca es desolador. En lugar de calles hay ríos, no se puede pescar y, lo peor, el hambre acecha.

 
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