Usted está aquí: martes 25 de octubre de 2005 Economía Por errores y omisiones, con Fox salieron del país 6 mil mdd

De 68 mil mdd adicionales por venta de crudo, 1.02% se invirtió en infraestructura

Por errores y omisiones, con Fox salieron del país 6 mil mdd

Son transacciones de las cuales se desconoce origen y destino e impiden cuadrar la balanza

JUAN ANTONIO ZUÑIGA

Sin que se conozca la razón de su origen, para equilibrar la balanza de pagos del país el renglón de ''errores y omisiones'' registra una salida neta de divisas de casi 6 mil millones de dólares durante el gobierno del presidente Vicente Fox, cuando en el anterior el ajuste contable por estos invisibles fue de 110.5 millones de dólares.

Según los registros del Banco de México, para precisar la naturaleza y magnitud de las transacciones que realizan los residentes del país con los del exterior, en este gobierno salieron poco más de 5 mil 947 millones de dólares, cuyo origen y destino no pudo ser precisado por los especialistas que hacen la balanza de pagos.

Elaborada con estricto apego a lo convenido por los gobiernos en el Fondo Monetario Internacional, la balanza de pagos constituye el sistema de contabilidad nacional más afinado para determinar la naturaleza y magnitud de las transacciones que realizan residentes de diferentes países.

Está formada por tres grandes cuentas y un amplio abanico de conceptos en los que se lleva puntual registro de todas las transacciones comerciales y financieras con el exterior, desde las exportaciones e importaciones de mercancías, la obtención de créditos, el pago y cobro del servicio de la deuda externa, las remesas, turismo, maquiladoras, hasta los depósitos bancarios de los mexicanos fuera del territorio o los que provienen del extranjero.

Pero hay transacciones que impiden ''cuadrar'' el balance y, como se desconoce su origen y destino, se agrupan en ''errores y omisiones'', porque podría tratarse de fallas en la captura de la información. Sin embargo, no existe precisión sobre la presencia de miles de millones de dólares que sobran, cuando son ingresos; o faltan y, como no se explica la razón, se consideran ''salidas''.

Por eso se conoce a este renglón de la balanza de pagos como de ''horrores y omisiones'', y se le atribuyen transacciones relacionadas con actividades subterráneas e ilícitas.

La mayor salida de divisas registrada por este renglón en la última década se presentó en la balanza de pagos de 1995, en la que los ''errores y omisiones'' aparecieron con signo negativo por 4 mil 164.2 millones de dólares, al finalizar el año de la segunda crisis más profunda de la economía mexicana en el siglo XX.

Sin embargo, en los cinco años posteriores este renglón registró ingresos de divisas de desconocido origen hasta concluir el sexenio con un saldo negativo de 110.5 millones de dólares durante todo el periodo, después que en 2000 reportó un ingreso de 2 mil 689.1 millones.

Pero a fines de 2001, primer año de gobierno del presidente Fox, el renglón de ''errores y omisiones'' volvió a ser negativo, en esta ocasión por mil 300.8 millones de dólares. En 2002, cuando la economía presentó signos claros de estancamiento, el desajuste de la balanza fue de 2 mil 424.7 millones de dólares.

Al término del tercer año de esta administración, ''errores y omisiones'' mostró una salida de 19.4 millones; pero en 2004, cuando la economía presentó su mayor dinamismo, nuevamente se elevó a 921.2 millones de dólares. Cuatro años consecutivos en que este renglón ha sido negativo, lo que implica que sólo se sabe que las divisas salieron y no tuvieron una contrapartida contable de ingreso.

En el primer trimestre de 2005 la balanza de pagos del banco central registró en ''errores y omisiones'' una salida adicional de mil 309.8 millones de dólares. Pero en el segundo trimestre se presentó un ingreso, sin contrapartida de egresos, de 28.2 millones.

Así que hasta el primer semestre de este año la salida neta ha sido de 5 mil 947.3 millones de dólares durante el gobierno del presidente Fox, y quién sabe en qué tipo de transacciones se originó su salida.

Durante sus cinco años en el poder, el gobierno del presidente Vicente Fox dispuso de ingresos adicionales por 711 mil millones de pesos (unos 68 mil millones de dólares) obtenidos principalmente por la venta de petróleo, ingresos no petroleros no especificados y la reducción del costo financiero de la deuda pública.

Pero, según el Banco de México, sólo 7 mil 256 millones, que representan un escaso 1.02 por ciento del total, se destinaron al gasto de capital, es decir, inversiones de infraestructura.

La mayor proporción de los ingresos adicionales a lo largo del sexenio se aplicó principalmente en el denominado gasto programable, con 461 mil millones de pesos más de lo originalmente presupuestado, de los cuales 98.4 por ciento, o 453 mil 624 millones, se fue al gasto corriente, renglón dominado por la nómina burocrática.

De acuerdo con los informes del banco central, los excedentes petroleros representaron la principal fuente de ingresos adicionales, con 279 mil 352 millones de pesos, lo que significó 39.3 por ciento del total.

Por incremento en un difuso renglón denominado ''ingresos no petroleros'' se obtuvieron 170 mil 500 millones de pesos. Finalmente, los recursos excedentes acumulados se completaron mediante operaciones financieras, es decir, también se vieron influidos positivamente como resultado de un menor costo financiero de la deuda, lo cual permitió disponer de 246 mil 709 millones de pesos.

Barril sin fondo pero con fondos

Todos esos ingresos fueron, sin embargo, insuficientes para cubrir conjuntamente las necesidades del gobierno federal y el financiamiento público para proyectos de inversión en infraestructura.

El aumento del denominado gasto programable fue equivalente a 1.27 por ciento del producto interno bruto (PIB) generado durante esta administración. Casi 461 mil millones de los ingresos excedentes se emplearon en el pago de bienes y servicios que consume el gobierno federal.

Pero hay de gastos a gastos. Según las estimaciones del Banco de México, 98.4 por ciento de las erogaciones programables se destinó al gasto corriente; esto es, más de 453 mil 377 millones de pesos, en los que se incluye ''el costo de la Conclusión de la Relación Laboral, antes Programa de Separación Voluntaria''.

Otra vertiente del gasto programable, el gasto de capital, absorbió apenas 7 mil 256 millones de pesos, que representaron 1.02 por ciento. En el lenguaje de los documentos del Banco México se explica de la siguiente forma: ''Así, durante 2001-2005 el gasto programable ha promediado anualmente 1.27 puntos del PIB más que el observado en 1997-2000. De esta cifra, 1.25 puntos corresponden a gasto corriente (98.4 por ciento) y sólo 0.02 puntos a gastos de capital''.

Administración de la riqueza

Casi 14 por ciento de los ingresos excedentes obtenidos por el actual gobierno se canalizó en transferencias hacia los estados y municipios; esto es, una derrama de 98 mil millones de pesos, es decir, alrededor de 612.5 millones de pesos en promedio anual para cada entidad federativa.

La razón de ser de estas transferencias es el fortalecimiento de la infraestructura, pero los gobiernos locales aún no dan cuenta precisa del destino de esos recursos y según analistas existen suficientes muestras de que, al final, también han pasado a fortalecer los gastos de nómina en los estados del país.

Otra parte de los ingresos excedentes fue destinada, según los datos del banco central, a mejorar el balance económico de las finanzas públicas, para lo cual se emplearon cerca de 156 mil millones de pesos, equivalentes a 0.43 por ciento del PIB generado entre 2001 y 2005.

¿Y dónde quedó la bolita?

El uso y destino de los ingresos excedentes obtenidos por la actual administración gubernamental fue cuestionado por el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz Martínez, en una entrevista con La Jornada el pasado 25 de septiembre, y volvió a insistir sobre el tema en su comparecencia ante senadores el 4 de octubre.

Un día después, en su turno para asistir en el Senado de la República, donde recibió severas críticas por parte de los legisladores, el secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, refutó al gobernador del Banco de México. Luego de una semana de opiniones encontradas, el banco central quiso terminar la polémica sobre la veracidad de las declaraciones de su titular y el 11 de octubre hizo pública una ''nota aclaratoria'' en su portal de Internet sobre las Consideraciones sobre la Asignación de los Mayores Ingresos Públicos Registrados en 2001-2005.

Cuando todos pensaban que el tema estaba superado, el domingo 23 de octubre, Ortiz Martínez volvió sobre el tema en una reunión empresarial, la Cumbre de Negocios en México, realizada en Boca del Río, Veracruz. Entre sus conclusiones destacó: ''es claro que una parte importante del incremento en los ingresos se ha destinado a aumentar el gasto, en particular el de naturaleza corriente, y únicamente en menor medida a mejorar el balance (económico). Esto, en contraste con lo observado en otros países con ingresos petroleros extraordinarios, donde éstos han sido aprovechados para mejorar estructuralmente las finanzas públicas''.

 
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