Usted está aquí: martes 25 de octubre de 2005 Cultura Nélida Piñón retoma el mito de Scherezade para defender el arte de la fabulación y la palabra

Premio Príncipe de Asturias y autora de la novela Voces del desierto

Nélida Piñón retoma el mito de Scherezade para defender el arte de la fabulación y la palabra

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Madrid, 24 de octubre. La escritora brasileña Nélida Piñón se sumergió en el mito de Scherezade y en la fantasía de Las mil y una noches para reflexionar en torno al arte de la fabulación, la imaginación y la convulsa historia del ser humano, plagada de guerras y de poderes absolutos.

En su reciente novela, Voces del desierto (Alfaguara), la galardonada con el Príncipe de Asturias de las Letras defendió la palabra como remedio al perpetuo enfrentamiento entre los hombres.

Piñón explicó que Voces del desierto no pretende ser ni relectura ni reinterpretación del clásico de clásicos de la literatura, sino que desde su condición de autora se puso en la piel de Scherezade para contar una historia en la que conviven el poder arbitrario del califato con las aventuras sexuales más increíbles, que tienen por escenario a Bagdad, ''una de las dos ciudades más importantes de la civilización".

La decisión de Scherezade de sacrificarse con el propósito de salvar su vida y la de otras doncellas del califato, es el punto de inflexión de la novela de Piñón, en la que además ocupa un lugar destacado el desierto y su importancia en el surgimiento de las tres religiones monoteístas. ''Scherezade es un modo de ser, por eso la novela también es de alguna manera un homenaje a la poesía árabe, al desierto y a la capacidad de seducción de la palabra y la imaginación. Así que la novela tiene su propio universo para hablar del arte de fabular."

La elección del mito de Scherezade es también una manera de recordar la histórica marginación de las mujeres en la historia del hombre y de la literatura, ya que, según Piñón, ''ellas han sido condenadas a la afasia y por eso ahora resulta indispensable recuperar esa voz olvidada e ignorada".

La también autora de La república de los sueños manifestó que elegir una obra clásica como punto de partida de la novela fue ''una opción estética que comportó gran riesgo, pues releyendo la historia humana uno se da cuenta de que ha sido una travesía muy difícil, en la que entre tanta agonía, violencia y guerra hace falta defender los oasis de concordia que existen, que, en este caso, se hacen presentes a través de la escritura y la fabulación".

Reflexión crítica sobre los abusos del poder

Piñón también se explayó en el surgimiento de las tres principales religiones monoteístas en el desierto árabe, si bien explicó que su novela ''no es una defensa teológica ni está escrita para contribuir al debate teológico existente, sino es un ejercicio que se extiende a los dominios del ser humano, en el que se sostiene que sin la imaginación ofendemos nuestra condición humana".

Voces del desierto también es una reflexión crítica sobre los abusos del poder, las terribles consecuencias de las guerras y las vías de salvación para huir de la devastación y el enfrentamiento. Piñón explicó que, desde su punto de vista, hay un ejemplo que explica con nitidez los excesos del poder absoluto y totalitario:

''Los gobiernos del mundo actual se comportan como Moctezuma, quien hacía traer pescado fresco desde Yucatán por un séquito de súbditos esclavizados y utilizados para este fin. Eso es para mí la expresión simbólica del poder absoluto, lo que demuestra que los actuales mandatarios no escuchan los suspiros de la realidad de las personas."

 
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