Usted está aquí: sábado 15 de octubre de 2005 Mundo Retoman fuerzas rusas el control de Nalchik

Murieron en combates callejeros 72 rebeldes, 24 uniformados y 12 civiles: Moscú

Retoman fuerzas rusas el control de Nalchik

JUAN PABLO DUCHC CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Los cuerpos de dos rebeldes yacen cerca de un bloque de cemento donde se parapetaron FOTO Reuters Foto: Reuters

Moscú, 14 de octubre. Al cesar el último foco de tiroteo, las tropas federales rusas retomaron pleno control sobre la ciudad de Nalchik en torno de las dos de la tarde de este viernes, 30 horas después de que grupos armados, formados por un número no precisado de militantes islámicos locales y separatistas chechenos, iniciaron la incursión que derivó en baño de sangre en la capital de la república norcaucásica de Kabardino-Balkaria.

Las autoridades rusas y los independentistas chechenos, como era de suponer, hacen un balance de los hechos diametralmente opuesto, que inclusive no se concreta en una sola versión por cada lado.

Unos y otros, mediante portavoces que no se ponen de acuerdo entre sí, ofrecen una suma de datos divergentes y contradictorios que dificulta saber qué sucedió de cierto durante el casi día y medio en que la capital kabardina fue campo de batalla.

El ministro del Interior de Rusia, Rashid Nurgaliyev, quien el jueves anterior se hallaba en Bruselas y pudo regresar a Moscú hasta entrada la noche de ayer, informó esta tarde al presidente Vladimir Putin que en los combates callejeros en Nalchik murieron 108 personas: 72 atacantes, 24 policías y soldados federales y 12 civiles.

Nurgaliyev, acompañado del ministro de Defensa, Serguei Ivanov, y del subdirector del Servicio Federal de Seguridad, Nikolai Klimashin, reportó también que se logró capturar a 31 atacantes.

Reportes de prensa señalaron que en el asalto de las fuerzas rusas a dos edificios donde se habían atrincherado los rebeldes, se logró también rescatar al menos a seis policías que estaban como rehenes tras ser aniquilados en las primeras escaramuzas ocho combatientes.

Sin embargo, desde Nalchik, un subordinado directo de Nurgaliyev, Jachim Shoguenov, ministro del Interior de Kabardino-Balkaria, habló esta noche de 91 atacantes muertos y se fue de la lengua al agregar que hay asimismo "36 detenidos sospechosos de haber participado en la incursión, de los que nueve ya confesaron su culpa".

Otro subordinado de Nurgaliyev, el viceministro Andrei Novikov, declaró que casi todos los atacantes eran jóvenes de entre 20 y 30 años, y "aunque había representantes de otros grupos étnicos, la mayoría vivía en Kabardino-Balkaria, no menos de un tercio de ellos en Nalchik".

Con ello, tal vez involuntariamente, el general Novikov dio una nueva confirmación de que el creciente malestar de los jóvenes kabardinos y balkarios, musulmanes todos, empieza a encontrar válvulas de escape en las ideas fundamentalistas de la corriente wahabita del Islam, la cual a su vez estrecha lazos con los separatistas chechenos y actúa ya como su brazo armado en Kabardino-Balkaria mediante el yaamat (destacamento) Yarmuk.

Novikov, al mismo tiempo, sembró la duda: si una tercera parte de los atacantes eran habitantes de Nalchik, ¿sería descabellado pensar que muchos, tras participar en la incursión armada simplemente se fueron a sus casas antes de que llegaran las tropas federales de refuerzo?

El ministro Nurgaliyev, acaso para subrayar la relevancia del dato de bajas enemigas, prefirió no mencionar hoy el número estimado de atacantes, dando a entender que la mayoría murió en cumplimiento de la orden de Putin de ser "implacables" y "no permitir que escape algún bandido".

Pero incluso sin tomar en cuenta las cifras dadas por los separatistas chechenos, que insisten en que participaron "no menos de 300 combatientes", la oficina del presidente de Kabardino-Balkaria, Arsen Kanokov, estimó esta noche que el número de atacantes podría rondar los 200.

De ser así, al menos la mitad de los atacantes habría podido eludir la persecución de los 2 mil 200 efectivos federales que, desde ayer, patrullan las calles y mantienen el cerco de Nalchik.

En este contexto, el presidente Putin afirmó: "Es alentador que en esta ocasión las fuerzas del orden, los ministerios del Interior y Defensa y el servicio federal de seguridad, actuaron de manera coordinada, efectiva, con dureza. Y así, con dureza, seguiremos actuando contra todo aquel que, con las armas en la mano, amenace la seguridad de nuestros ciudadanos y la integridad del Estado".

Subrayó que los rebeldes no deben esperar ningún tipo de piedad en adelante, y que las fuerzas de seguridad seguirán actuando de manera proporcional, coherente y efectivamente a todas las amenazas de los "bandidos" como se hizo esta vez.

Al parecer, en su política hacia el Cáucaso del Norte, el Kremlin sigue centrando su contraproducente estrategia en combatir los efectos y no en priorizar las causas.

Más bien, Rusia insiste en considerar los ataques armados como producto del "terrorismo internacional", por lo que se preocupa más en multiplicar sus esfuerzos para contrarrestarlo ante todo militarmente.

La secretaria estadunidense de Estado, Condoleezza Rice, arribó en este contexto a Moscú a última hora de hoy para mantener una serie de entrevistas este sábado con el presidente Valdimir Putin y el jefe de la diplomacia, Serguei Lavrov.

Luego de concluir una gira por Asia central, Rice tenía programado abordar con su contraparte rusa la situación política en Líbano, el polémico tema nuclear iraní, la situación en Irak y las negociaciones entre Israel y Palestina.

Pero, ahora se prevé que Rice también trate con Putin el asunto de la resistencia chechena a propósito del ataque armado en Nalchik, ligado al terrorismo internacional.

"Nuestro país vive en estado de guerra contra el terrorismo internacional y el frente pasa por el Cáucaso del Norte", afirmó en su habitual retórica el ministro ruso de Finanzas, Alexee Kudrine.

A su vez, el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso criticó a Suecia por el funcionamiento en su territorio de un portal de Internet cercano a los independentistas chechenos identificado como Kavkaz-Center, al señalar que por su conducto se "anima abiertamente la violencia y siembra el odio interétnico e interconfesional".

Por eso, juzgó "inaceptable que Suecia, conocida por sus tradiciones democráticas y que dice ser miembro activo de la coalición antiterrorista internacional, acoja en su territorio a medios como el sitio de Internet Kavkaz Center".

 
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