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SIN ALIENTO: PAQUETE ECONOMICO 2006 26 de septiembre de 2005
La Secretaría de Hacienda ha entregado al Congreso el paquete económico para 2006, en el que se encuentran los Criterios Generales de Política Económica aplicables en ese año. En ellos se advierte el carácter y las prioridades que se ha fijado el gobierno, pero también se aprecian las limitaciones de la gestión de lo que prometía ser hace cinco años una historia muy diferente.

Víctor M. Godínez

maderogilEn lo que hace a la política económica, el gobierno del presidente Vicente Fox "persiste y firma". Esta expresión coloquial francesa describe de manera certera no sólo los propósitos económicos enunciados por las autoridades para 2006, sino los resultados que efectivamente pueden esperarse en esta materia en el año postrero del actual periodo presidencial. Según habían adelantado las autoridades monetarias varias semanas antes, las perspectivas de crecimiento se han degradado más de lo previsto y, al contrario de lo que todavía pregonaban hace algunos meses el presidente, sus secretarios de Hacienda y Economía y su coordinador de Políticas Públicas, el cierre económico del gobierno del cambio será tan opaco como todo el sexenio. Quien hubiera esperado alguna sorpresa en los "Criterios de política económica" correspondientes a 2006 habrá sufrido una desilusión.

Algunos profesores de antaño solían decir a sus alumnos: "mire usted, su trabajo tiene cosas originales e interesantes; las originales no son interesantes y las interesantes no son originales". Así ocurre con la política económica de este gobierno. Sus propuestas más originales ­como la de suplantar la política industrial y de cambio productivo por la promoción, por lo demás limitada e ineficaz, de los changarros­ carecen de interés estratégico en materia de crecimiento y desarrollo económicos. Y los planteamientos más interesantes ­como las mitificadas reformas estructurales­ están muy lejos de ser originales. Estas, lo mismo que la idea, retomada en los Criterios 2006, de blindaje financiero para finalizar el sexenio, provienen del gobierno de Ernesto Zedillo.

La estrategia económica definida para 2006 es una reiteración de los lineamientos propuestos y ejecutados en los cinco años precedentes. Se trata de una orientación cuyos resultados efectivos no son satisfactorios. Una combinación de factores internos y externos determinó desde el primer año de gobierno una notable diferencia entre estos resultados y las expectativas de crecimiento formuladas por el equipo económico del presidente.

7cuadroCon la sola excepción de 2004, cuando la tasa de expansión del PIB fue superior en 1.3 puntos porcentuales a la estimada por la SHCP en los Criterios de política económica de ese año, en todos los demás el resultado obtenido ha sido considerablemente menor. En el presente año la estimación original de 3.8 por ciento fue ya rebajada de antemano a 3.5 (tasa que, al establecerse los números reales, todavía podría perder unas dos o tres décimas). Nada garantiza que se logre el módico crecimiento de 3.6 por ciento que se anticipa para 2006, y menos aún si se considera el sentido general de las estrategias de política económica en que se sustenta el proyecto presupuestario enviado al Congreso por el Ejecutivo.

La principal reiteración de la estrategia anunciada concierne a la llamada "agenda estructural". En el documento de la SHCP se reconoce la necesidad de fortalecer las fuentes internas de crecimiento, por lo que es menester aumentos sostenidos de la productividad. A renglón seguido se añade: "En consecuencia, durante 2006 se continuará intentando alcanzar los consensos necesarios para avanzar en los procesos de reforma estructural y en la consolidación de la estabilidad macroeconómica".

De las ocho reformas que integran dicha agenda, las más relevantes son la fiscal, la energética y la laboral. ¿Es necesario recordar que en los casi cinco años de gobierno transcurridos hasta ahora estos tres proyectos de reforma han probado ser una fuente inagotable de disensos y desacuerdos políticos? Esto lo saben hasta en Los Pinos y sobre todo en las antiguas oficinas de la esquina de las calles de República de Argentina y Moneda. ¿Por qué entonces condicionar la prosecución de un objetivo estratégico tan importante, como el fortalecimiento de las fuentes internas de crecimiento, a una negociación política que está perdida de antemano en el contexto de una de las contiendas electorales más reñidas de la historia mexicana? ¿Es éste un paso más en la falta de contacto con la realidad que se le atribuye al gobierno? ¿Es acaso una manera de adelantar pretextos y de distribuir por anticipado responsabilidades por el saldo económico tan poco brillante que entregará el gobierno del cambio?

7netoYa que es tan dudoso que las fuentes internas del crecimiento sean fortalecidas por medio de acciones explícitas de la política económica diferentes a ese auténtico deus ex machina en que el gobierno convirtió su "agenda estructural", el desempeño de la economía seguirá sujetándose en 2006 a factores de origen externo. Y siguiendo el mismo guión de los cinco años anteriores, los grandes agregados monetarios y financieros deberán ajustarse en función de fuerzas sobre las que nadie en México tiene ninguna capacidad de regulación. Aparte, desde luego, de la consabida contención del crecimiento y el empleo formal remunerado.

En el documento de la SHCP se identifican dichas fuerzas externas bajo la forma de tres "riesgos del escenario macroeconómico". El primero es el peligro que representa un mayor incremento de los precios internacionales del petróleo: de persistir esta tendencia, se avivará la inflación en Estados Unidos, acelerando el esperado incremento de las tasas de interés y desalentando el crecimiento de ese mercado, lo que frenaría los impulsos fundamentales que de él provienen para la economía mexicana. El segundo es que una política monetaria más restrictiva en Estados Unidos jalaría inevitablemente al alza el precio del dinero en México.

El tercer riesgo es de orden estructural y pone de manifiesto las fragilidades económicas del país. Se refiere a la profundización de la merma del crecimiento interno que produce el desplazamiento de las exportaciones mexicanas en el mercado estadunidense ante el embate competitivo de terceros países. Un embate que, según se reconoce en el documento, padecen muchas industrias "incluso dentro de nuestras fronteras". Como en el filme de Jean-Luc Godard titulado Sin aliento, así llegó la economía, jadeando, al último año del presidente Fox §


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