Usted está aquí: viernes 29 de julio de 2005 Opinión Una rebelión de siglos

David McKittrick

Una rebelión de siglos

Ampliar la imagen Mural en una casa del barrio de Ballymuyphy, en Belfast, Irlanda del Norte. Ayer el Ej�ito Republicano Irland�dio a conocer su decisi�e abandonar la lucha armada FOTO Ap Foto: Ap

E l republicanismo armado irlandés ha existido, con varios disfraces, durante siglos: el rebelde protestante Wolfe Tone, quien murió en la rebelión de 1798, es hoy venerado como uno de los padres fundadores del Ejército Republicano Irlandés (ERI). Siguiendo su tradición, una serie de pequeños grupos colaboraron, en 1916, en el levantamiento que puso fin al mandato británico sobre Irlanda. La rebelión no fue, en sí misma, un éxito, pero provocó la chispa que catalizó el repliegue de los ingleses.

En los años posteriores, un submundo republicano siguió existiendo aunque éste consistía en pequeños puñados de activistas quijotescos. Las escisiones eran frecuentes, y ocurrían normalmente en términos de izquierda-derecha, y en torno a la pregunta de si se debía participar en la política o, más bien, boicotearla.

Otro punto de ruptura tenía que ver con la cuestión del propósito primordial de movimiento, y si éste era obligar a los británicos a retirarse o defender a los católicos, que estaban a merced de ataques por parte del lealismo extremo.

Una campaña del ERI que comenzó en 1956 fue un fracaso abismal que decayó en la ignominia, lo que aparentemente confinó a la organización a la historia. Sin embargo, en 1969 el ERI volvió a la vida y se convirtió en el más grande y duradero de lo grupos armados europeos. Sus actividades continuaron durante casi cuatro décadas y se saldaron con las vidas de mil 700 peronas en Irlanda del Norte, Gran Bretaña, la República Irlandesa y en el continente.

Si existe un sólo lugar que simbolice el renacimiento y crecimiento del ERI de 1969, es la calle Bombay, en el barrio Falls Road, de Belfast, donde los lealistas quemaron la mayor parte de las construcciones de la calle y mataron a un joven miembro del ERI.

El ERI se disolvió en ese punto, si bien una facción que terminó por trabajar desde la clandestinidad, mientras que la mayoría de los activistas se unieron al más grande "ERI provisional". Un mural republicano que representaba un ave fénix con las palabras: "De las cenizas de la calle Bombay surgieron los Provisionales" apareció en la calle. Aún hoy, hay ahí un mural que declara: "Calle Bombay-Nunca más".

El énfasis inicial fue la defensa, y el ERI juró proteger las áreas que los lealistas pudieran atacar. Pero pronto la organización empezó a hacer objeto de sus operaciones al ejército, mientras los lealistas se mantenían mortalmente activos y la situación se deterioraba inexorablemente.

En 1972 el ERI, los lealistas y las fuerzas de seguridad se enfrascaron en enfrentamientos a gran escala en que murieron 500 personas, sólo en ese año, y el ERI dejó de poner el énfasis en la defensa para pasar a una agresiva campaña encaminada a obligar a los británicos a la retirada.

La espiral de violencia estuvo marcada por errores y actos criminales por las fuerzas de seguridad tales como encarcelamientos sin juicio y los asesinatos del Domingo Sangriento*.

Los lealistas perpetraron numerosos asesinatos, y muchas veces torturaban a sus víctimas católicas en los callejones.

De su lado, el ERI inventó el coche bomba, artefacto que acabó con muchas vidas civiles. En uno de muchos incidentes, el que se conoce como el Viernes Sangriento, en Belfast, nueve personas fueron abatidas en 1972, cuando el ERI detonó 20 bombas en un lapso de poco más de una hora.

Este incidente resultó en una de las más espantosas e imborrables imágenes del conflicto, cuando la televisión mostró cómo los restos humanos eran recogidos en bolsas de plástico.

Pero esta no sería la última atrocidad de este tipo, pues cada año que siguió trajo consigo más destrucción y muerte hasta llegar a un total de 3 mil 700 asesinatos. El ERI fue responsable por casi la mitad de los mismos y perdió a cientos de sus miembros y simpatizantes. Las décadas que siguieron trajeron varias fases de las actividades del ERI, marcadas por lo que los republicanos llamaron los "espectaculares". Uno, entre muchos de estos asesinatos, fue el de Lord Louis Mountbatten en 1979, el mismo día que 18 soldados fueron ultimados en Warrenpoint, en el Condado Down.

En estas actividades el ERI empleó pistolas, rifles, ametralladoras, bombas grandes, trampas con granadas, morteros, cohetes, y es posible que también hayan usado misiles antiaéreos modelo SAM-7.

En cierto punto, el ERI también inventó las "bombas humanas", al amarrar a personas que trabajaban para las fuerzas de seguridad a vehículos que contenían explosivos y obligándolos a conducir hasta instalaciones de las fuerzas de seguridad donde eran hechos estallar en pedazos.

En esta lucha armada, los republicanos mataron a soldados, policías, funcionarios carcelarios, jueces y magistrados, contratistas que ayudaban a reparar las comisarías atacadas, políticos, supuestos lealistas, presuntos informantes y mu-chos civiles.

A cambio, las fuerzas de seguridad mataron a muchos miembros del ERI, incluidos ocho en Loughgall, condado de Armagh, y a otros tres en Gibraltar. Decenas de miles de republicanos, algunos con condenas de más de dos décadas tras las rejas.

El brazo político del ERI, el Sinn Fein, al principio era poco más que un reducto propagandístico, pero durante los 80 se expandió y creció en importancia. Esto fue consecuencia de las intensamente emotivas huelgas de hambre de 1981 que ocasionaron un torbellino político cuando el prisionero del ERI, Bobby Sands y otros nueve republicanos se dejaron morir de inanición en la prisión de Maze**.

En ese momento, el movimiento republicano estaba en manos de una nueva dirigencia norteña dominada por Gerry Adams y Martin McGuiness, quienes derrocaron a los anteriores líderes sureños en un golpe de Estado sin sangre. El ERI se reformó con la intención de convertirla en una organización más pequeña y cerrada, para que fuera menos vulnerable a la infiltración de informantes de las autoridades británicas.

En 1984 hubo un intento de matar a Margaret Thatcher y a miembros de su gabinete durante una conferencia del Partido Conservador en Brighton. Ella sobrevivió al atentado, en que murieron cinco personas no relacionadas con el gobierno.

A finales de los 80, el ERI recibió un gran empujón con la llegada de un importante cargamento de armas del gobierno del líder libio Muamar Kadafi. Este material, que incluía ametralladores pesadas y explosivo plástico Semtex incrementó considerablemente sus capacidades en ataques.

Esto resultó en más tiroteos y bombazos en Irlanda del Norte, Inglaterra y el continente, pero también se incrementó la capacidad de respuesta de las fuerzas de seguridad. Un líder del ERI comentó entonces: "Estos brits, están mejorando su juego".

Pero a finales de los 80, se vio al ERI tanteando el terreno para posibles contactos con el gobierno británico, así como líderes políticos y clericales irlandeses.

Hubo muchos contactos furtivos en el pasado, el más notable de ellos fue cuando el gobierno envió un avión de la Fuerza Aérea Real para llevar a Gerry Adams, Martin McGuiness y a otros a Chelsea, en 1972, para tener pláticas secretas con el entonces secretario británico para Irlanda del Norte, William Whitelaw.

Esas conversaciones no llegaron a nada, pero en los 90 el ERI comenzó a mostrar interés en un diálogo. Sin embargo, insistió en mantener sus acciones armadas durante este periodo, por lo que sus intentos de negociación no fueron tomados como serios.

El ex primer ministro conservador, John Major se mostró desinteresado cuando en una carta los republicanos pidieron un diálogo, más o menos al mismo tiempo que la sala para reuniones del gabinete de Downing Street fue atacada con un mortero.

Cuando en 1994 el ERI declaró "el cese total de sus operaciones militares", esto fue un paso gigantesco para la organización que, sin embargo, realizó un atentado en Canary Wharf, en 1996, alegando que los británicos no habían comenzado el diálogo.

Un segundo cese del fuego se declaró tras la llegada de Tony Blair a Downing Street el siguiente año. Pero aun después de los Acuerdos de Viernes Santo de 1998 (grupos disidentes de la organización) se sintieron en libertad de perpetrar asesinatos ocasionales y llevar a cabo actividades como robos a bancos.

Esto sucedió en parte porque los gobiernos británico e irlandés creyeron en la autenticidad de Adams y McGuiness, y consideraron que los republicanos necesitaban tiempo y tolerancia para que pudieran llegar a ejercer únicamente la política.

Este enfoque la valió a Blair críticas en el sentido de que permitía la hipocresía de terroristas alejados de la democracia y que no tenían intención de dejar las armas. En retrospectiva, y ante la historia del ERI, se demuestra que sí hubo un riesgo al creer que esta organización llegaría algún día a optar sólo por la política.

Durante décadas, las autoridades trataron de derrotar al ERI sin conseguirlo. Ahora que la organización ofrece desarmarse voluntariamente, finalmente se logrará poner fin a la violencia.

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca

* N. de la T. El ejército británico disparó contra una manifestación por los derechos civiles en la localidad norirlandesa de Derry, cuyos participantes no iban armados. Mató a 13 manifestantes y dejó 14 heridos. El incidente desprestigió la vía no violenta para resolver el conflicto entre católicos y protestantes en el Ulster.

* * Exigían al gobierno de la primera ministra británica, Margaret Thatcher, ser reconocidos como presos políticos del gobierno británico.

 
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