Usted está aquí: jueves 30 de junio de 2005 Estados Panismo mexiquense, caída libre y escándalos

El retroceso comenzó con la llegada de Vicente Fox al poder

Panismo mexiquense, caída libre y escándalos

ALONSO URRUTIA E ISRAEL DAVILA ENVIADO Y CORRESPONSAL

Toluca, Mex. 29 de junio. Con un crecimiento estable en la entidad hasta 2000, que incluyó una fuerte disputa por la gubernatura en 1999, la consolidación del corredor azul en el norponiente de la ciudad de México y su penetración en la capital del estado y municipios aledaños, el Partido Acción Nacional (PAN) ha resentido en el estado de México los efectos de ser gobierno.

Desde que el foxismo llegó al poder y se conocieron los desenfrenos de algunos alcaldes panistas mexiquenses, la regresión electoral comenzó y, según todos los sondeos, se prolongará en los comicios del próximo domingo.

Pese a que entre 2000 y 2003 -elecciones de alcaldes y Congreso- el PAN resintió la pérdida de 50 por ciento de su votación y la caída de su abanderado, Rubén Mendoza, en los sondeos, la perspectiva panista anticipa una nueva disputa cerrada por la gubernatura. Su dirigente estatal, Francisco Gárate, sostiene que el partido "tiene un voto duro muy consolidado" en ayuntamientos con varios periodos de gobierno, amén de haber captado liderazgos populares del PRI y el PRD en el oriente, sobre los que basa sus proyecciones de obtener más sufragios.

La apuesta priísta, subraya el PAN, es a la inhibición del voto en zonas con presencia opositora, donde se prenden los "focos rojos" para el domingo porque se desplegará la estrategia de la marea roja con desayunos, despensas y promoción ilegal del voto.

En la historia electoral reciente, el panismo se proyectaba como la fuerza con más crecimiento en el estado si se comparan los comicios para gobernador. En 1993 obtuvo 17 por ciento de votos con Luis Felipe Bravo Mena, frente al 62 por ciento del priísta Emilio Chuayffet. Para 1999, con José Luis Durán Reveles, registró 34.3 por ciento frente a 41 por ciento de Arturo Montiel.

Las cifras son elocuentes en el comparativo de las dos últimas elecciones efectuadas ya con Vicente Fox en la Presidencia: en 2000, un millón 835 mil votos que se redujeron a 990 mil votos para 2003, lo que significó un desplome de 50 por ciento. La reducción en sufragios impactó de manera fundamental en la pérdida de Ecatepec -estratégico por su volumen de votantes-, Cuautitlán y Huixquilucan, del corredor azul.

En ese periodo el panismo perdió 18 de los 30 municipios donde gobernaba, si bien el retroceso en el número de municipios gobernados fue de 30 a 23, por los nuevos ayuntamientos ganados; empero, la caída se resintió más en el Congreso, donde perdió la mayoría, que ganó en 2000, por las disputas políticas y la confrontación con Montiel.

Además, varios panistas, ya sea alcaldes o diputados locales, se vieron envueltos en escándalos, muchos de los cuales llegaron a la instancia judicial. Juan Antonio Domínguez, alcalde de Atizapán, fue encarcelado por su presunta responsabilidad en el homicidio de la regidora María de los Angeles Tamez, quien había advertido que pondría al descubierto actos de corrupción.

Agustín Hernández, edil de Ecatepec, fue blanco de críticas al asignarse un salario de 460 mil pesos mensuales, mientras los presidentes municipales de Chapa de Mota y Tequisquiac enfrentaron procesos penales, en libertad, acusados de abuso de autoridad.

En tanto, los diputados locales Julián Angulo y Alejandro Gamiño estuvieron a punto de ser desaforados al comprobarse desvío de recursos en Cuautitlán Izcalli y Coacalco, municipios que habían gobernado respectivamente tres años antes.

De hecho Gamiño fue detenido en marzo de 2003 por tentativa de violación en agravio de una de las bailarinas de Merenglás, grupo que amenizó el cierre de campaña de su sobrina Julieta Villalpando, actual alcaldesa de Coacalco.

El retroceso electoral no impactó en su voto duro y zonas más consolidadas. Naucalpan, Tlalnepantla -que gobernó Mendoza-, Atizapán, Toluca y Metepec -todos con los ingresos fiscales más elevados de la entidad- siguen bajo la esfera azul pese a los vaivenes panistas. De hecho, su desempeño como alcalde es la principal bandera del aspirante panista, que pregona experiencia y eficiencia.

 
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