Usted está aquí: jueves 30 de junio de 2005 Ciencias Emprenden en la universidad de Yucatán rescate de abeja nativa

Los apicultores la han relegado por producir menos miel que la africanizada

Emprenden en la universidad de Yucatán rescate de abeja nativa

También se realiza un proyecto de mejoramiento genético de los dos tipos de himenópteros

En el estado se concentra 40 por ciento de las colmenas del país, explica José Javier Quezada

CAROLINA GOMEZ MENA ENVIADA

Ampliar la imagen Panal de la Apis mell�ra africanizada FOTO Cortes�del Departamento de Apicultura de la UAY Foto: Cortes�del Departamento de Apicultura de la UAY

Mérida, Yucatán, 29 de junio. La apicultura es una de las principales actividades pecuarias de Yucatán: concentra "40 por ciento" de las colmenas del país y genera "35 por ciento" de la producción nacional de miel; cerca de "55 mil toneladas". No obstante, casi la totalidad de la miel es producida por la abeja Apis mellífera africanizada, no por la especie nativa: la abeja sin aguijón Melipona, explicó José Javier Quezada Euán, jefe del Departamento de Apicultura de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma de Yucatán (UAY).

Infomó que la casa de estudios -con apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y de las secretarías de Agricultura y Ganadería (Sagarpa) y de Medio Amabiente (Semarnat)- emprendió un programa de "rescate de la Melipona", otro de investigación sobre los efectos que ocasiona en las colonias de abejas africanizadas la acción del ácaro varroa destructor -que se alimenta de la hemolinfa de las abejas- y desde hace tres años arrancó un esquema de "mejoramiento genético" de estos himenópteros.

En entrevista con La Jornada, el doctor Quezada refirió que la Melipona tiene diversas ventajas sobre la Apis mellífera (la abeja europea introducida al continente durante la Colonia), pero también una desventaja esencial: su producción de miel es ostensiblemente menor. Una colmena de ésta puede producir sólo dos kilos de miel, mientras una de la Apis mellífera, entre 37 y 40 kilos en el mismo lapso; también el precio del almíbar en el mercado favorece a la Apis, pues un kilo cuesta en promedio 13 pesos, en tanto el de la abeja nativa llega a valer hasta 200 pesos. En razón de esto, "los apicultores han preferido a la Apis y han ido relegando a la Melipona".

Entre los beneficios de esta última está el mayor poder bactericida de su miel, debido a que la alta concentración de enzimas impide el desarrollo de bacterias. Esta característica le puede abrir mercado, ya que es muy efectiva en la aplicación tópica como en la ingerida, ya que coadyuva a combatir infecciones en las vías respiratorias.

Lo anterior, destacó el experto, explica por qué este producto ha sido ampliamente utilizado en la medicina tradicional de la Península de Yucatán. Agregó que las principales diferencias al degustar ambos tipos de miel están en el sabor y la consistencia: la de la abeja originaria es más ácida y líquida (el nivel de humedad es más alto).

Otra ventaja de la abeja originaria es que es menos peligrosa, pues no hay riesgo en el manejo del enjambre, por lo que las colonias se pueden tener próximas a las casas.

Además, la abeja africanizada es "más defensiva, más enjambradora, en época de escasez alimentaria migra con más regularidad y los apicultores pierden sus colonias".

Por ello, y porque México es el cuarto productor y el tercer exportador de miel en el mundo, la UAY también realiza un programa de mejoramiento genético por medio del cual selecciona las líneas de abejas reinas más productivas y mansas.

"Ya tenemos lo que en términos de genética llamamos F3, la tercera descendencia, y ha habido progreso en reducción de 50 por ciento de la defensibilidad (aguijoneo) y aumento de 15 por ciento de la producción de miel" en las colonias en estudio.

Incentivan la meliponicultura

En lo que respecta al incentivo de la meliponicultura, que se realiza en la UAY desde hace una década, los expertos han trasladado colonias de esta abeja a cajas-colmenas para reproducirlas (esta especie forma sus colonias en troncos huecos, lo que hace más difícil su manejo) y obsequiarlas a apicultores para que las aprovechen. "Esto, con el compromiso de que a los dos años nos regresen el mismo número de colonias y ellos se queden con las colonias que reprodujeron."

En cuanto al control del ácaro varroa destructor, que desde 1994 es el "principal problema sanitario para las colonias de abejas de Yucatán" y que se encuentra presente en todo el planeta, el Departamento de Apicultura de la UAY efectúa un estudio para controlarlo sin tener que recurrir a químicos que contaminen la miel, sino al ácido fórmico -que se encuentra de forma natural en la miel- y a aceites esenciales, como el timol.

El ácaro, explicó, no ataca a la Melipona, y aunque aún no se sabe cuál es la razón, esto, y el hecho de que no se conoce alguna enfermedad grave que las afecte, le representa ventajas sobre la Apis africanizada, la cual aunque es mucho más competitiva en cuanto a búsqueda y apropiamiento de alimento, es poco efectiva para combatir a predadores originarios, como la hormiga guerrera, que puede acabar con larvas (pupas) y adultos".

De acuerdo con el especialista, existe controversia respecto de si la Apis ha contribuido a la desaparición de la Melipona, debido a la competencia por los recursos, más que por agresividad directa. Aunque no hay conclusión, se sabe que la Apis es "mucho más eficiente para competir por el alimento, porque sus colonias son más numerosas y su sistema de comunicación -una danza- es superior: en un lapso de cinco a 10 minutos la mayor parte de la población puede estar usufructuando un recurso, luego de que una, dio la señal".

Fue el zoólogo austriaco Karl von Frisch quien descubrió el fenómeno de la danza, por lo cual fue galardonado con el Premio Nobel. Las abejas mellíferas, gracias a su percepción de la luz polarizada, pueden servirse del sol como brújula.

Otra de las líneas de investigación consiste en analizar la eficacia de la Melipona como agente polinizador en invernaderos, a diferencia de los espacios en los que se hace imposible el proceso en los cultivos de hortalizas -tomate, aguacate y chile- de forma natural, por lo cual se debe importar abejorros de Estados Unidos y Canadá, y cada caja cuesta "más de 120 dólares". La tesis es que "estas abejas evolucionaron con cultivos tropicales, por tanto deben ser más eficientes que los abejorros, además de que son más baratas y de que le permitiría al meliponicultor rentar o vender sus colonias, lo que significa un ingreso adicional".

La UAY, también en conjunto con la Sagarpa (por medio de su Programa Nacional para el Control de la Abeja Africana) estudia si la variabilidad genética de la Melipona (la cual no se cruza con la abeja Apis mellífera ni con la abeja africana) se ha reducido de forma drástica, y esto lo realiza mediante marcadores moleculares de ADN. La intención es verificar cuántas subespecies de esta abeja han desaparecido, y una vez identificado este punto programar los cruzamientos. De forma paralela, la universidad realiza un censo de colmenas de Melipona, pues no se sabe con certeza cuál es su población aproximada.

Esta casa de estudios tiene nexos en materia de estudios sobre apicultura con universidades de Inglaterra, Australia, Brasil, así como con el Instituto Nacional de la Industria Animal, de Japón, entre otros.

 
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