Ataques, obra de mafias

"No está en juego la seguridad nacional", dice Rubén Aguilar

ROSA ELVIRA VARGAS

A pesar de la creciente violencia en el país, la Presidencia de la República todavía no considera necesario citar de manera extraordinaria al gabinete de Seguridad Pública, pues la institución continúa persuadida de que el crimen no ha rebasado al Estado mexicano, se trata de un fenómeno originado por la confrontación entre mafias, y ocurre sólo en regiones muy específicas del país.

A diferencia del malestar causado el mes pasado en Los Pinos por las declaraciones del embajador estadunidense Tony Garza sobre la inseguridad del país, las nuevas expresiones del diplomático fueron recibidas de otra forma. El vocero presidencial, Rubén Aguilar, las calificó de adecuadas, prudentes, "en el buen oficio de la diplomacia'', porque asume la corresponsabilidad de ambos países en la solución del problema.

Sin embargo, el funcionario declaró que el gobierno foxista no diseña "nada especial en este momento" para atacar la violencia, más allá de los recientes mecanismos suscritos con gobiernos como los de Sinaloa y Nuevo León.

Fuera de eso, precisó, "no está contemplada ninguna estrategia adicional", pues si bien el gobierno reconoce "de manera tajante y absoluta" los graves problemas de la seguridad en el país, también tiene la "serenidad" de saber "que no está en juego el conjunto de la seguridad nacional ni la gobernabilidad".

En relación con el asesinato del director de Seguridad Pública de Nuevo Laredo dijo que el gobierno federal ratifica su compromiso de salvaguardar la integridad de los habitantes de esa población. Pero insisitió en que la reunión del gabinete de Seguridad Pública de este viernes no tuvo carácter de urgente, "es cada 15 días".

No se trata, insistió, de minimizar la violencia ni de ignorar la condición de algunas ciudades, pero "tampoco se pueden hacer generalizaciones. Hay que ubicar las cosas en su justo nivel".

Pero convino en que no actuar ahora contra el crimen organizado podría poner en juego "en el muy largo plazo'' la soberanía nacional.

Así como focalizó la violencia en algunas zonas del país, la misma reducción formuló para admitir la existencia de descomposición social. "En algunas regiones de la República desde luego que hay descomposición social." Sólo por efectos de ese fenómeno, externó, pueden explicarse los crímenes contra mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua, por ejemplo.

Encararla, abundó, implica no sólo la acción policial, sino actuar "en el ámbito de un trabajo de corte social'', como la revaloración "de la condición de la mujer", de la familia y de la ciudadanía "como actor fundamental de la construcción del gobierno en las pequeñas comunidades".

Por ello insistió en la colaboración con Estados Unidos para luchar contra la delincuencia organizada, pues "quisiéramos mejores resultados; no vamos a cejar, no nos vamos a derrotar. El crimen no va a vencer al Estado mexicano y hay conciencia de ambos gobiernos... que se trata de un problema donde Estados Unidos también es corresponsable" y de ese modo tiene que ser la acción para su combate.