Usted está aquí: jueves 2 de junio de 2005 Economía MEXICO SA

MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

Resolución del desempleo y la deuda externa por decreto

Lula, otro practicante de los logros virtuales

Segundo país en peor distribución de la riqueza

Las rebanadas del pastel:

HABRA QUE FELICITAR al presidente Fox porque en su mandato no sólo ha logrado "niveles históricos" en materia de empleo y felicidad para todos los mexicanos, sino la "disminución histórica" en el saldo de la deuda externa del gobierno federal.

LO ANTERIOR, CUANDO menos, es lo que aseguró en Coatzacoalcos (en plena conmemoración del Día de la Marina, durante la cual habló de todo, menos de la Armada de México): "vamos a caminar de aquí al día de la elección, en el 2006, con absoluta estabilidad. Y les voy a decir por qué: el gobierno federal ya pagó el total de su deuda pública externa correspondiente a este año, está totalmente pagada desde el mes de enero. En este mes de junio dejaremos totalmente pagados todos los vencimientos de deuda pública externa correspondientes al año próximo; y antes de que termine el año, dejaremos pagados todos los compromisos correspondientes al año 2007. Eso es un Gobierno responsable, eso es un Gobierno que piensa en el país".

LO DE "ABSOLUTA estabilidad" por "pagar" deuda es perfectamente cuestionable, aunque capítulo aparte. El asunto es que de acuerdo al inquilino de Los Pinos en 2005 su gobierno habría abonado alrededor de 24 mil millones de dólares de deuda pública externa (según el calendario por él referido y la estadística de la Secretaría de Hacienda).

DE SER CORRECTO lo anterior, el saldo de dicho débito rozaría los 55 mil millones de billetes verdes al concluir 2005 (contra poco más de 79 mil millones al cierre de 2004), al tiempo que limpiaría el empedrado camino a su relevo en Los Pinos, por lo menos durante el primer bienio del siguiente gobierno. Suena bien el nuevo logro del "cambio", en especial cuando el propio presidente Fox constantemente se queja de que no hay recursos públicos para nada y que el presupuesto de egresos le impide mayor margen de maniobra.

SIN EMBARGO, ENTRE el dicho presidencial y el hecho documentado por la Secretaría de Hacienda existe una enorme distancia. De acuerdo con el calendario de amortizaciones de la deuda externa del sector público -elaborado por la dependencia a cargo de Francisco Gil Díaz-, en 2005 de las arcas nacionales tendrán que salir alrededor de 12 mil millones de dólares para hacer frente a los compromisos en la materia.

ESTE ULTIMO MONTO, dijo el presidente Fox, se habría pagado en enero de 2005. Un segundo paso se daría en el presente mes, por lo que de las arcas nacionales saldrían 6 mil 690 millones de dólares adicionales para cubrir las amortizaciones previstas para 2006 en el calendario de la Secretaría de Hacienda. El tercer movimiento se concretaría a más tardar en diciembre próximo, para lo cual habría que tener a la mano otros 5 mil 717 millones de billetes verdes para cancelar los compromisos de 2007. En total, pues, 24 mil 175 millones.

EN NUMEROS ASI se traduce la afirmación del presidente Fox en Coatzacoalcos. Sin embargo, el más reciente informe de la Secretaría de Hacienda precisa que de enero a abril de 2005 el pago neto de deuda externa del sector público sumó de mil 189.5 millones de dólares, un monto nueve veces menor al referido por el inquilino de Los Pinos.

A MEDIADOS DE su gobierno -como él le llama-, el presidente Fox decretó el fin del problema de la deuda externa pública para nuestro país. "Ya no es una dificultad", decía por aquellos ayeres, aunque anualmente sangra las arcas nacionales. Ahora determina reducir en poco más de 30 por ciento el saldo de dicho débito, aunque los números oficiales no lo avalen.

PUEDEN SER LOS estertores del sexenio, pero si más adelante alguna institución organiza un foro sobre deuda externa, probablemente el presidente Fox hable sobre el Día de la Marina.

ALGO FALLA CUANDO se sientan en la silla grande, y el del guanajuatense no es el único caso. Por ejemplo, el presidente Lula da Silva es otro practicante de los logros virtuales. Ayer prometió que la economía brasileña "volverá a sorprender, como en 2004", cuando el producto interno bruto de aquel país registro un crecimiento de 4.9 por ciento, "más de lo esperado si el año pasado fue una bella sorpresa, este será otra bella sorpresa".

COMO EN EL caso de México y de América Latina, los pronósticos económicos 2005 para Brasil indican una desaceleración económica, con lo que difícilmente se registrará "otra bella sorpresa", independientemente de 4.9 por ciento de crecimiento no es la octava maravilla.

FIEL AL SINDROME de la silla grande, Lula reaccionó así tras conocerse que la economía brasileña ya muestra signos de desaceleración (el PIB en el primer trimestre "creció" 0.3 por ciento, contra 2.9 por ciento en igual periodo de 2004) y que Brasil ocupa la segunda posición mundial en lo que a peor distribución del ingreso se refiere.

DE ACUERDO CON el Instituto de Investigación Económica Aplicada -un organismo del gobierno brasileño- esa segunda posición sólo es superada por Sierra Leona. En Brasil, refiere el informe citado por Reuters, los ingresos anuales del uno por ciento de la población más rica equivalen a la suma percibida por el 50 por ciento más pobre.

CASI UNA TERCERA parte de los brasileños -54 millones de personas- es pobre y vive en domicilios con ingresos per cápita inferiores a medio salario mínimo, pero Lula habla de "sorpresas". Para reducir esa desigualdad debe lograrse un nivel de crecimiento económico y un modelo de desarrollo que permita la inserción de la población en el mercado de trabajo, además de extender las acciones sociales. "Se puede decir que los mayores desafíos de las políticas públicas son hoy la generación de oportunidades de trabajo, la reducción de la informalidad y la mejoría del ingreso real del trabajador", sostiene el informe.

LO REALMENTE SORPRENDENTE es que en Brasil, como en tantos otros países latinoamericanos, el estallido social todavía no se registre.

SI DE POBREZA se trata, Paul Wolfowitz ocupó formalmente la presidencia del Banco Mundial y en su toma de posesión ofreció el consabido combate a la depauperación de la humanidad. Lo mismo dijo James D. Wolfensohn, que presidió el organismo durante una década, y allí están los resultados.

TIENE RAZON EL inquilino de Los Pinos: "las gentes (sic) quieren el plátano peladito, en la boca"... y en 15 minutos.

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