Evaluarán expertos el lecho eterno del sacerdote Puyemra en la Tumba Tebana 39
Primera expedición mexicana a Luxor, Egipto
El lecho eterno de Puyemra, segundo sacerdote de Amón durante el reinado de la faraona Hatshepsut, en la XVIII dinastía egipcia, recibirá la visita de una delegación mexicana de arquitectos, restauradores y egiptólogos, en la primera expedición de este tipo efectuada por investigadores mexicanos, gracias al visto bueno del gobierno de la República Arabe de Egipto. Entre ellos figuran cuatro arquitectos restauradores de monumentos históricos de la Universidad del Valle de México, campus Querétaro.
Se trata de la estructura conocida como Tumba Tebana 39, ubicada en el área de Luxor, que está a punto de caerse a pedazos, y que requiere un estudio a fondo de la estructura y de las pinturas murales.
A la expedición, que partió ayer a El Cairo, y que regresará dentro de tres semanas, se sumarán los españoles José Ramón Pérez Accino, catedrático de la Universidad de Londres, e Isabel Sánchez Pérez.
Está patrocinada por la Universidad del Valle de México, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y la Sociedad Mexicana de Egiptología. La gestión para participar en esa experiencia se prolongó varios años ante el Consejo Supremo de Antigüedades egipcio, y contó con el respaldo del embajador de Egipto en México, Mamdouh Shawky Moustafa.
La tumba tiene cerca de 3 mil años de antigüedad, y allí Puyemra, o Pui-Em-Ra, ha obtenido una resurrección, quizá no la que esperaba de acuerdo con el Libro de los Muertos y el juicio ante Osiris, sino que su vida, obra y legado han vuelto a la vida para investigación, conocimiento y maravilla de las actuales generaciones. Y la estructura denota la importancia del personaje: un patio exterior que da pie a tres capillas, lo que sólo estaba reservado para las figuras más relevantes.
Lo poco que se sabe hasta ahora de este personaje del antiguo Egipto es que fue el segundo profeta del Dios Amón en la antigua Karnak, e impulsor del templo de Deir El-Bahari, en honor de su faraona Hatshepsut. Debido a su rango, a su muerte fue merecedor de una tumba diferente y lujosa al resto de los funcionarios egipcios.
El problema de esa tumba es que la estructura se está desmoronando, principalmente muros de adobe y soportes de piedra caliza, lo que repercute, a su vez, en los jeroglíficos que decoran sus paredes. Y aquí participará la delegación mexicana, que elaborará un diagnóstico de la situación estructural y topográfica de la tumba, informe que será entregado al gobierno egipcio, explicó Gabriela Arrache Vertiz, secretaria general de la Sociedad Mexicana de Egiptología, quien viajó al frente de la delegación mexicana, compuesta por 11 personas.
''Se trata de un monumento excepcional que se debe salvar para que esa tumba se pueda abrir al mundo", añadió. ''Nuestra tarea será evaluar sus condiciones estructurales. Y siempre seremos asistidos por inspectores y restauradores comisionados por las autoridades egipcias."
David Jiménez Guillén, uno de los cuatro arquitectos que participan en la expedición. Explicó que la tarea de esos expertos será desarrollar una investigación y acopio de información en el campo de estudio; hacer un levantamiento arquitectónico y detectar problemas estructurales para emitir el diagnóstico solicitado por el gobierno egipcio que, a partir de sus resultados, podría autorizar una segunda etapa de la expedición con base en un proyecto de intervención.