Las protestas uzbekas se trasladan a Karrazuv
Islam Karimov rechaza llamado para investigar la represión
Nueva York, 20 de mayo. El presidente de Uzbekistán, Islam Karimov, rechazó el llamado de la comunidad internacional para permitir una investigación independiente de los hechos ocurridos en su país el pasado día 13, mientras las protestas se mantienen, esta vez en Karrazuv, donde mil manifestantes protestaron por la detención de unas 80 personas acusadas de haber provocado los disturbios del 14 de mayo.
Karrazuv fue escenario de desórdenes a consecuencia de la represión de una manifestación, un día antes, en la cercana ciudad de Andizhán, por las fuerzas armadas que dejó 169 muertos de acuerdo con las autoridades, aunque organizaciones defensoras de las garantías individuales, entre ellas la Federación Internacional de Helsinki (IHF) para los derechos humanos, hablan de miles de víctimas mortales.
Durante una conversación telefónica mantenida el jueves pasado con el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, el presidente uzbeko afirmó que no es necesario enviar una comisión internacional y aseguró que la situación está controlada.
Annan "está muy preocupado por la situación política en Uzbekistán", dijo el portavoz de la organización internacional, Stéphane Dujarric.
El vocero informó que Annan también habló de la situación en Uzbekistán con la secretaria de Estado estadunidense, Condoleezza Rice, el miércoles, pero no ofreció detalles del contenido de la conversación.
No obstante, en Tashken, la presidencia uzbeka afirmó que Karimov y Annan no discutieron la propuesta de realizar una investigación independiente sobre los acontecimientos de Andizhán, y afirmó que "es un nuevo invento" de los medios.
Estados Unidos expresó su decepción por el rechazo de Karimov a permitir una investigación independiente, y decidió mantener condicionada su ayuda a Uzbekistán a los avances en materia de derechos humanos, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher.
Washington, recordó, espera que esos acontecimientos sean objeto de una "evaluación creíble y transparente".
De la misma manera, la Comisión Europea lamentó la posición intransigente del presidente uzbeko y expresó su esperanza de que revise su decisión.
"Es muy importante que se conozca la realidad de lo ocurrido (en Andizhán). La visita que tuvo lugar hace unos días no remplaza en nada a una misión de investigación que podría aportar plena luz sobre acontecimientos sobre los cuales no estamos suficientemente informados por el momento", declaró Emma Udwin, portavoz de la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner.
El miércoles anterior, las autoridades uzbekas organizaron una visita guiada para unos 40 diplomáticos y periodistas en Andizhán, en el este del país, para que observaran la situación que prevalecía allí.
Pero la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Louise Arbour, insistió en la necesidad de una investigación sobre los disturbios del 13 de mayo, al considerar que no es suficiente que los diplomáticos y periodistas hayan acudido al lugar de los hechos.
En entrevista con la BBC, la funcionaria internacional expresó sus esperanza de convencer al presidente uzbeko de que es de interés para su pueblo y la comunidad internacional que se lleve a cabo un proceso abierto y transparente.
Mientras, el Comité Internacional de la Cruz Roja pidió autorización para visitar a las personas heridas y detenidas durante los disturbios, en tanto que los refugiados que huyeron de la represión se niegan a regresar a su hogares: más de 500 personas se encontrarían en un pequeño campo de refugiados a sólo 150 metros de la frontera con Kirguistán, de acuerdo con algunos medios, aunque otros aseguran que son miles.