Usted está aquí: miércoles 20 de abril de 2005 Ciencias Exitoso primer trasplante de células productoras de insulina

La donación la efectuó un paciente vivo; hasta ahora, sólo se usaban cadáveres

Exitoso primer trasplante de células productoras de insulina

La receptora, una diabética japonesa de 27 años, pudo equilibrar su nivel de azúcar sin necesidad de inyecciones

La operación se realizó en enero pasado, según informó la revista Nature

AGENCIAS

En Japón fueron trasplantadas células productoras de insulina de una mujer a su hija enferma de diabetes, con resultados rápidos y sorprendentes. A los 22 días de la operación, realizada en enero pasado en el Hospital de la Universidad de Kyoto, la paciente receptora de las células, de 27 años de edad, ya no necesita inyecciones de insulina para regular el azúcar en su sangre.

Se trata del primer trasplante de células pancreáticas tomadas de un paciente vivo, aunque expertos entrevistados por la revista médica británica Lancet subrayaron los límites de dicha técnica, que constituye, sin embargo, un hecho inédito respecto de operaciones anteriores, que removían el páncreas de personas fallecidas como una fuente de células pancreáticas.

En Japón, las creencias tradicionales impiden remover órganos de los muertos, por lo que el equipo de investigadores japoneses, encabezados por Shinichi Matsumoto, comenzó a analizar la posibilidad de extraer células insulares de un donante vivo. El 19 de enero pasado, la paciente recibió cerca de 10 mililitros o 400 mil "insulares de Langerhans", conjunto de células del páncreas que segregan insulina, y que deben su nombre a su descubridor, el alemán Paul Langerhans (1847-1888). Las células fueron inyectadas en una vena que conduce al hígado, después de que el equipo médico de Matsumoto extrajo casi la mitad del páncreas de la madre.

La paciente receptora, que sufre de diabetes severa desde hace 15 años, logró dejar las inyecciones de insulina 22 días después de recibir el trasplante de las células insulares, que controlaron el nivel de azúcar en su sangre, informó la edición en línea de la revista Nature.

El procedimiento presenta serias dificultades, debido a que las células insulares son sumamente delicadas. "Resulta muy difícil extraerlas y mantenerlas sanas", afirmó la experta Stephanie Amiel, del King's College, de Londres, y agregó que frecuentemente dichas células forman coágulos después de la operación.

En varios países -Estados Unidos, Canadá, Francia y Suiza-, los implantes de células insulares extraídas de cadáveres han permitido a personas con diabetes severa dejar las inyecciones de insulina. En Francia, de acuerdo con la agencia AFP, esta terapia celular ha significado la mejoría para 11 de 12 intentos realizados por el profesor Francois Patttou, en Lille, al norte del país.

En el caso de Japón, Matsumoto sostiene que las células tomadas de donantes vivos son más sanas. Tanto la madre como la hija se encuentran bien, agregó.

"De acuerdo con nuestra experiencia, la paciente ha más que duplicado los niveles de insulina en su sangre, en comparación con pacientes que recibieron el trasplante de células insulares de personas fallecidas", dijo Matsumoto.

Amiel dijo que la pronta recuperación presentada por la hija luego de la operación constituye un hecho significativo, ya que sólo recibió células insulares de una porción del páncreas de su madre. Los procedimientos prácticamente involucraban, hasta ahora, la totalidad del páncreas. Pero advirtió que como la operación tuvo apenas lugar en enero pasado, se desconocen los resultados a largo plazo. "Apenas estamos en los primeros días", añadió.

 
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