Usted está aquí: domingo 17 de abril de 2005 Opinión Los primeros 100 días

Laura Alicia Garza Galindo

Los primeros 100 días

Las elecciones federales y locales cada día muestran mayor competencia entre los partidos políticos, habida cuenta de que ya es común que las diferencias porcentuales entre los contendientes sean tan cerradas que los comicios suelen ganarse por un punto y medio o dos puntos, a lo sumo. Una extraordinaria excepción fue el caso del gobernador tamaulipeco, Eugenio Hernández Flores, al triunfar contra su más cercano contendiente por una diferencia mayor a 30 puntos porcentuales.

Eugenio Hernández es un priísta distinguido, con una innegable vocación y disposición por el trabajo para servir a su pueblo: a todos y a cada uno de los tamaulipecos, sin excepción, hayan o no votado por él. Es la respuesta lógica que merecemos los tamaulipecos ante la amplia e innegable legitimidad que le otorgamos a nuestro mandatario estatal.

Dicen los que saben de política que la prueba de fuego para un gobernante son los primeros 100 días de su mandato. Cuando usted lea estas cifras, Hernández Flores estará cumpliendo 115 días de mandato. Los logros alcanzados han sido por demás destacados en Tamaulipas, tierra de oportunidades y de mexicanos con un inmenso deseo de prosperar.

Por ejemplo, en este corto plazo ha logrado generar 10 mil empleos, que significan una cifra relevante si la compara usted con los misérrimos 46 mil que el gobierno del cambio, con todo su poder y supuesta capacidad, creó para el país todo; seguramente en ellos están los 10 mil aportados por el gobernador Hernández, porque así se las gastan en la sede de los poderes federales, para colgarse las medallas que no les corresponden. Ha sido también interesante el número y envergadura de las obras de infraestructura que ha iniciado o logrado concertar con los estados vecinos y con la alcaldesa de Laredo, Texas, en medio, tristemente, de los balazos que en el entrañable Nuevo Laredo, Tamaulipas, se suceden. Sí, los primeros 100 días de Hernández Flores no han sido miel sobre hojuelas. Han sido de extrema dureza para él, su equipo y para quienes nacimos en esa tierra de Dios, situación que me indigna y me compromete con mis mandantes populares y con el equipo gobernante de mi entidad.

¿Cuál es el pecado tamaulipeco? ¿Ser una de las entidades federativas con su frontera norte más grande? ¿Ser la frontera con Estados Unidos más porosa y menos vigilada en el "otro lado", de manera tal que es menos difícil pasar enervantes al país con mayor consumo de estas sustancias en el mundo? ¿Por eso se señala a mi tierra? ¿Por eso cómodamente se le señala como la frontera con mayor índice de delitos del fuero común? ¿Y los del fuero federal? Sí, esos a los que compete atajar y atacar al gobierno federal, más los del fuero común, indisociables en su contexto. ¿Dónde están las fuerzas federales que deberían estar apoyando sin restricción a Hernández Flores?

¿Y qué pasa con el cuidado de toda la zona marítima del estado de Tamaulipas, doblemente vulnerable al colindar al oriente con el Golfo de México, que se asegura es por donde entran a nuestro territorio las sustancias tóxicas? ¿Dónde están los apoyos para combatir esos crímenes? ¿Qué acaso no se establece en la Constitución de la República que son competencia -su combate- de las autoridades federales? ¿Dónde está la PGR? ¿Qué hace la PGR en su labor de coordinación, para salvaguardar la vida de los periodistas que denuncian el acoso de esas fuerzas innombrables, y de los policías locales que pierden la vida defendiendo a la ciudadanía tamaulipeca, y de ésta, los que han muerto siendo inocentes, sencillamente porque se encontraban en el lugar y momento equivocados? ¿Dónde están las fuerzas más experimentadas de la Secretaría de Seguridad Pública federal? ¿A qué demonios se dedica el Cisen? ¿A grabar las llamadas telefónicas de los que nos oponemos a la privatización de los energéticos? ¿Dónde los resultados de las tareas de inteligencia que deberían estar desarrollando? ¿Dónde están la Defensa Nacional y la Marina que, me consta, en años pasados hacían, y bien, su tarea?

En mi carácter de senadora por Tamaulipas tengo y debo estar al lado de la ciudadanía; hoy más que nunca debemos estar unidos en torno al objetivo de fortalecer la capacidad de negociación de nuestro gobernador frente a la Federación, exigiendo la salvaguarda que merecemos y a la que están obligados, en el poder central, a proporcionar al pueblo de México.

Ciudadanos tamaulipecos: hoy más que nunca, y como nunca, la unidad en torno a nuestro gobernante nos hará fuertes. No somos la única entidad de la República que sufre el acoso de fuerzas dedicadas a intentar lograr el sometimiento de nuestros territorios. No perdamos de vista que el país está en disputa por esas fuerzas; son pocos los estados del país que no han sufrido su embate. Unidad, claridad en el análisis y reciedumbre, es lo que nos hará resistir. ¡Sobreviviremos!, no obstante las omisiones del gobierno federal. Gobernador: el pueblo y los representantes populares lo apoyamos. Aún quedan más de 2 mil días para seguir mostrando, usted su entrega y nosotros la cohesión, el espíritu de cuerpo.

 
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