Usted está aquí: domingo 17 de abril de 2005 Espectáculos Cientos de jóvenes dieron portazo en el Vive Latino

65 mil personas se congregaron en el Foro Sol, en la edición 2005 del festival

Cientos de jóvenes dieron portazo en el Vive Latino

Lo mismo asistieron skaceros, reggaeceros y hiphoperos que banda oscura y fresas

Botellita de Jerez y Macaco pusieron el toque político en el maratónico concierto

ARTURO JIMENEZ

Ampliar la imagen El incidente de Ely Guerra, durante su presentaci�n el Vive Latino FOTO Clasos.com

Este sábado, de 12 del día a la media noche, el Foro Sol fue la caja de resonancia de la política nacional y de las culturas urbanas comerciales y alternativas durante el Festival Vive Latino 2005, convertido ya en acontecimiento masivo y fundamental para la industria del rock y sus derivados.

Y es que las consignas en contra del desafuero de Andrés Manuel López Obrador y por el respeto a votar por quien se quiera se combinaron con las tradicionales loas a la música y a la diversión por parte de grupos y espectadores.

Por ejemplo, un llamado en favor de la democracia mexicana de los integrantes del grupo Macaco, en el escenario Azul, fue seguido de una ovación. Algo parecido sucedió con Botellita de Jeréz.

Espacio fundamental para la expresión de diversos sectores sociales juveniles de la metrópoli, el Vive Latino se confirmó como el festival de música alternativa y comercializada más importante de América Latina.

Se trata de una fiesta transclasista y casi plural que este sábado agotó las 65 mil entradas y dejó afuera a cientos de chavos, sobre todo de zonas como Nezahualcóyotl, Ecatepec y Atizapán, muchos de los cuales, al menos unos 500, dieron portazo poco antes de las 3 de la tarde, por el acceso principal.

A esa hora, el grupo Zoé se presentaba en el escenario Rojo, el principal, mientras que Porter lo hacía en el Azul y Tolidos en el Verde. A esa hora también se sucedían las conferencias de prensa en una sala "de prensa" que no lo es, pues no hay teléfonos ni computadoras. Los medios de comunicación estuvieron incomunicados.

Ante la falta de dinero o la imposibilidad de comprar en la reventa a 600 u 800 pesos boletos que en la taquilla costaban 280, por la tarde, poco antes de un aguacero que no terminaría con la fiesta, cientos de jóvenes aún merodeaban por los alrededores del Foro Sol en busca de una oportunidad para ingresar, atrapados entre la desilusión y el franco encabronamiento.

"Con muchas broncas conseguimos la lana para el boleto, inclusive podríamos pagar hasta 400 pesos a los revendedores, pero no le bajan al precio", dice Erick desde el puente que une la acera del Palacio de los Deportes con la del Foro Sol. Estudiante de preparatoria, llegó desde Ecatepec acompañado de cuatro amigos.

Inclusive algunos chavos y chavas aún mantenían una esperanza ante el rumor de que a las 8 de la noche los de OCESA, los organizadores, podrían dar "la viada" para ingresar a ese festival que muchos confiesan esperar todo el año.

La moda puede romperse

Espectáculo musical diverso en el escenario (del ska al rock o del metal al pop) o recipiente de la diversidad social juvenil de fenómenos culturales urbanos, el Vive Latino se disfruta viendo a los grupos mismos o al paisaje humano.

La edad de la gran mayoría de los chavos y chavas presentes fluctúa entre 15 y 25 años. A los de 30 los ven con un poco de recelo y a los de 40 ya les llaman "señores".

Si sus playeras dieran pistas sobre quiénes son estas nuevas generaciones, la variedad sería al infinito. Pero se pueden agrupar, sean compradas en tianguis, tiendas de autoservicio o departamentales.

Unas lucen las marcas que las fabrican, otras las marcas de tenis, unas más nombres de equipos de futbol, otras tantas, las más, dibujos y letreros como ''Soy guapo''. Si son rockeros o de la banda oscura son negras, si son de colores claros o llamativos, son poperos. Sin son muy largas, son raperos o hiphoperos.

Si el chavo trae gorra rasta es reggaecero, si anda en patineta, como a los que les dieron un espacio frente al escenario Verde, son skaceros. Si les gusta Moderatto por sobre todas las cosas, son fresas. Si son güeritos y visten ropa de marca, son juniors. Si traen los pelos de punta son punketos, aunque el punk al parecer no tuvo lugar en la programación.

Entre tribus

Las "tribus urbanas", como muchos les llaman, se diferencian una de otra. Pero al interior, aunque sus miembros se parecen entre sí, existe un afán de ser diferente dentro de la igualdad.

Por eso el peinado, el maquillaje, los piercings, los tatuajes, las bufandas, las calcetas, o alguna prenda tomada del clóset de papá, mamá o el hermano mayor ayudan a romper la monotonía.

Más allá de la tribalidad, todos están felices, en especial los adolescentes. Se ríen de cualquier cosa, están emocionados, se les atrofia por momentos la expresión corporal, pero no se dan por vencidos y se recomponen. Para muchos es su primer concierto. Están aprendiendo.

Más de la mitad vienen en parejas. Se recuestan en el fieltro negro que cubre el pasto beisbolero del Foro Sol. Se quitan, ellos, las playeras. Disfrutan la libertad, están lejos de casa. La transgresión, sin embargo, no subvierte ningún orden establecido.

El sol inclemente no importa: venden chelas en vasos de cartón. No podrán tomarse varias porque cuestan "¡25 pesos!" Tampoco comerán mucho, porque eso mismo cuestan las tortas. Los tacos valen 10.

Tampoco hablarán muchos por sus celulares, parte ya de casi todas las vestimentas, pues no traen crédito. Pero sí mandarán mensajes y tomarán fotos con ellos.

Piden abrir espacios a grupos alternativos

Jesús Hernández, de 26 años, empleado de la Compañía de Luz y confeso miembro de la banda oscura de Ciudad Azteca, dice: "En general, el festival está bien, pero cada foro debería tener una tendencia cultural. Además, no programaron grupos de dark ni de punk. Dan más chance a los grupos comerciales porque son los que jalan, pero deberían abrir espacios a grupos alternativos.

"Yo vengo porque prefiero estar aquí que ver el futbol. Hay que estar abierto a todo tipo de música, aunque uno tenga sus preferencias. A la tribu no hay que tomarla como una religión. Lo importante es que los grupos hagan bien su trabajo y que la gente se divierta y conviva".

De última hora se anunció que Café Tacuba se presentaría de forma sorpresiva, lo que seguramente los 65 mil jóvenes presentes agradecerían enormemente.

 
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