Usted está aquí: jueves 31 de marzo de 2005 Opinión Historia del señor Lorenzo y de la señora viuda de Chimix

Adolfo Gilly

Historia del señor Lorenzo y de la señora viuda de Chimix

Desde la junta de buen gobierno de Los Altos, cuyo nombre es Junta de Buen Gobierno Corazón Céntrico de los Zapatistas Delante del Mundo, y a través de una lista de Internet, recibí el 25 de marzo pasado una denuncia dirigida a "la sociedad civil nacional e internacional". Refiere hechos sucedidos en el paraje Yabteclum, municipio autónomo San Pedro Polhó, Chiapas. Como la denuncia, por la claridad de su escritura y la lógica de su exposición, habla por sí misma y por las bocas de quienes la formularon, prefiero exponerla con sus propias palabras en sus párrafos principales. Dice así:

Desde el 9 de febrero de 2005, el señor Lorenzo Jiménez Cruz, base de apoyo zapatista, es amenazado y hostigado por varias personas armadas que llegan a amenazar la casa del señor Lorenzo, que varias veces es rodeada su casa por 3 o 4 personas armadas con calibres de alto poder y al mismo tiempo otras personas también armadas se quedan posicionados a cierta distancia de la casa del señor Lorenzo.

Esas personas armadas que llegan a amenazar a la familia de Lorenzo, ya son identificadas y sus nombres son: Pedro Gómez Pérez, Gerardo Pérez Pérez, Oscar Pérez Pérez, Manuel Arias Pérez. Estas personas son originarios de Yabteclum. Municipio Autónomo de San Pedro Chenalhó, participaron en la masacre de 45 personas en Acteal el 22 de diciembre del año 1997.

Veamos. El señor Lorenzo y su familia, según esta denuncia formal, son amenazados por hombres armados que participaron en la matanza de Acteal, identificados aquí por sus nombres y apellidos y en pleno ejercicio de sus tareas como paramilitares. Andan sueltos, pues, al igual que otros personajes responsables o complicados en esa matanza por acción u omisión, como el entonces secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet, hoy coordinador del grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados y pretenso juzgador de la legalidad de los actos de otros gobernantes; y el entonces presidente de la República, doctor Ernesto Zedillo, hoy distinguido profesor en Yale University y miembro del consejo de administración de importantes empresas.

El señor Lorenzo, no. El señor Lorenzo siguió nomás en su casa, en cuyo alrededor ahora suceden hechos intimidatorios como estos que la denuncia describe:

Esos paramilitares buscan muchas maneras para amenazar y atemorizar a la gente, por ejemplo el día 9 de febrero de 2005, tres de esos paramilitares, a las ocho de la noche llegaron como a diez metros de distancia a la casa de Lorenzo, no se encontraba él, sólo el hijo los vio y trató de hablar con esas tres personas, pero no contestaron y salieron corriendo metiéndose en los cafetales.

Es natural: los paramilitares pertenecen a la conocida especie de los que amenazan, pero no dan la cara. Entonces, sigue diciendo el comunicado:

Cuando llegó el papá le avisó rápido y fueron a ver qué es lo que dejaron cerca de la casa esas tres personas, y resulta que son dos manojos de albahaca y dos huevos, no se sabe con qué fin, tal vez para intimidar y atemorizar a la familia. El señor Lorenzo y su familia al día siguiente fueron a informarle al Juez Autónomo que llegaron de casa tres o cuatro personas y dejaron algo tal vez negativo en su contra, para él es una amenaza.

El juez autónomo llamó a los agentes oficiales y todos juntos "fueron a comprobar en el lugar lo que está pasando, y sí comprobaron lo que dejaron esos paramilitares". Nombraron siete personas para vigilar el lugar y, en efecto, a las 9 de la noche del día 10 de febrero llegaron nuevamente esas personas, "bien armados de altos calibres", y no hablaron con nadie, pero los agentes autónomos y oficiales pudieron confirmar que, en efecto, eran las personas más arriba nombradas, después de lo cual fueron a informar a sus respectivos jueces. "Y la familia de Lorenzo no pudieron dormir toda la noche porque tenía temor de que en cualquier momento serán atacados o sacados de su casa por esos paramilitares", agrega el comunicado: "Esta misma amenaza y hostigamiento de los paramilitares contra la familia del señor Lorenzo sucedieron tres noches consecutivas, es decir el 12, 13 y 14 de febrero del 2005. El día 20 de febrero de 2005 llegaron nuevamente en la casa del señor Lorenzo cuatro personas a diez metros de distancia y allí permanecieron desde las 8 de la noche hasta las 5 de la mañana".

Por denuncia del señor Lorenzo y su hijo, el juez autónomo de San Pedro Polhó fue a ver al juez oficial de Chenalhó y éste quedó en ver a las personas que estaban amenazando a don Lorenzo para "reunirse en San Pedro Polhó con el fin de buscarle solución al problema".

Lo que hasta aquí se desprende es que las autoridades autónomas y oficiales, junto con don Lorenzo, buscaban una solución pacífica para terminar con las amenazas; y que, por tanto, ambas autoridades se reconocen mutuamente y están tratando de trabajar en cierta colaboración dentro de sus respectivas jurisdicciones. Pero, más allá de las dos legalidades paralelas y (como se ve) entrelazadas que ambas autoridades representan, impone su propia ley la ilegalidad de los paramilitares y de sus organizaciones, según lo que a continuación dice la denuncia:

El día 8 de marzo de 2005 a las tres de la tarde el juez oficial de Chenalhó y sus cuatro agentes municipales llegaron en el Municipio Autónomo de San Pedro Polhó para informarle al juez autónomo que no fue posible que se presentaran en el encuentro las personas citadas (los paramilitares), según que esas personas ya se integraron en otra organización que se llama ORPODEC (Organización Revolucionaria Popular de la Defensa Cultural), y los dirigentes de esa organización ORPODEC lo protegen y lo defienden a las personas agresoras del señor Lorenzo.

Esto, empero, está lejos de ser todo. Los paramilitares siembran el temor y mantienen la tensión en los días y las noches de Chenalhó, según relata la denuncia:

Otros hechos de estos paramilitares es que el 22 de febrero de este año 2005, quemaron la casa de una compañera base de apoyo zapatista en la comunidad de Chimix, unos paramilitares como a las 8:40 de la noche le quemaron la casa a una señora viuda, donde se quemaron sus pertenencias. La señora viuda de por sí se encontraba un poco enferma, pero al quemarse su casa y sus pertenencias se puso triste y también le dio coraje, la señora se puso grave y falleció el 6 de marzo de este mismo año 2005, también se puede decir que los culpables de la muerte de esta persona son los paramilitares que quemaron la casa [...] Estos grupos paramilitares siguen cobrando vidas inocentes de este Municipio como también en otros Municipios del Estado de Chiapas. Y los gobiernos de este país no hacen nada para aplicar la justicia a los verdaderos culpables.

Firman la denuncia los cinco miembros de la junta de buen bobierno Corazón Céntrico de los Zapatistas Delante del Mundo, zona Los Altos de Chiapas, México, más el síndico municipal y los dos jueces, propietario y suplente, del municipio autónomo San Pedro Polhó.

Esta denuncia, así de claros como ella está escrita y sus hechos relatados, describe una situación generalizada en Chiapas y, en otro plano, en el país entero, donde pululan hombres armados con permiso o sin él que, fuera de toda ley y toda autoridad reconocida, intimidan en calidad de guardaespaldas, guaruras, policías, agentes de tal o cual cuerpo de seguridad público o privado, con ostentación de armas o charolas, lo mismo da porque lo mismo dicen. Y, como le sucedió al señor Lorenzo, el ciudadano común siente que no tiene a quién acudir, porque en la cadena de complicidades siempre terminan por aparecer dirigentes e influyentes como los que, según la denuncia, encubren y defienden a las personas agresoras del señor Lorenzo.

Débil protección es en estos casos la denuncia y, sin embargo, más de una vez para algo ha servido. Ante el intolerable terror difuso en Chiapas, el buen criterio y la paciencia de las juntas de buen gobierno y de los municipios autónomos alzan confianza, respeto, justicia y ley contra amenazas y agresiones, alzan organización contra intimidación. "Reforma, libertad, justicia y ley", y no otro, era el sencillo lema con el cual concluían los documentos del Ejército Libertador del Sur, de Emiliano Zapata, el ejército alzado por los pueblos y comunidades indígenas de Morelos allá por 1911 y 1912.

Débil protección la denuncia, pero siempre mejor que el silencio. Me permito sugerir desde estas líneas a nuestro periódico, La Jornada, que al menos una vez a la semana se dedique un espacio -¿media página, una entera?- a reproducir los comunicados, informes y denuncias de las juntas de buen gobierno de Chiapas, para que todo el país pueda conocer, en sus propias palabras, lo que tienen que decir don Lorenzo, su familia, sus comunidades; y para que no se pierda en el silencio indiferente de los medios o en la barahúnda catastrofista de los políticos un hecho como éste, que en la historia verdadera pesa más que todas sus conversadas vidas:

La señora viuda de por sí se encontraba un poco enferma, pero al quemarse su casa y sus pertenencias se puso triste y también le dio coraje, la señora se puso grave y falleció el 6 de marzo de este mismo año 2005.

 
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