Usted está aquí: lunes 7 de marzo de 2005 Política Creel y Calderón, dispuestos a acatar el llamado a la unidad de Manuel Espino

Barrio, quien pujaba en favor de Medina, ya no se presentó en el Consejo Nacional

Creel y Calderón, dispuestos a acatar el llamado a la unidad de Manuel Espino

El secretario de Gobernación fortalece sus aspiraciones con la integración del nuevo CEN

GEORGINA SALDIERNA Y BLANCHE PETRICH

Ampliar la imagen Santiago Creel saluda a la prensa, durante uno de los recesos del c�ave panista FOTO Mar�Luisa Severiano

Con la presencia de militantes poco conocidos en la política nacional y la ausencia de distinguidos panistas identificados con los grupos tradicionales de este instituto político, como es el caso del diputado federal Germán Martínez Cázares -de la corriente de Felipe Calderón-, ayer quedó integrado el nuevo Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN, a propuesta del dirigente Manuel Espino y del propio Consejo Nacional, en una proporción de dos a uno, según marcan los estatutos.

Para el jefe nacional panista el nuevo CEN quedó "muy ad hoc para el momento que va a vivir el PAN en los próximos tres años". Se trató, explicó en rueda de prensa, de que hubiera equilibrio entre las regiones y "una combinación inteligente" de personas con experiencia de muchos años con otras que tienen experiencias exitosas recientes. También hay "grandes personajes" del partido y una presencia importante de mujeres, agregó.

Sin embargo, integrantes del grupo de Felipe Calderón se quejaron de que la presencia de esta corriente se vio reducida, y que incluso no hay ningún secretario de Estado, al tiempo que destacadas figuras no fueron incluidas.

Con todo, Espino aseguró que se trata de un comité de unidad y aseguró que exigió el compromiso de los nuevos miembros del CEN de anteponer el interés nacional y la unidad del partido por encima de cualquier aspiración personal.

La dirigencia blanquiazul

A propuesta de Manuel Espino Barrientos forman parte del CEN los siguientes militantes: María Elena Alvarez Bernal, del Distrito Federal, quien el pasado sábado se abstuvo de ratificar el triunfo del dirigente nacional; Gerardo Buganza, ex candidato a la gubernatura de Veracruz; Rubén Camarillo Ortega, de Aguascalientes; María del Rosario Castro Lozano, de Durango; Rebeca Clouthier Carrillo y Verónica Sada, de Nuevo León; José Gerardo de los Cobos y Ramón Muñoz, de Guanajuato; Antonio Díaz Lara y Cecilia Romero, del Distrito Federal; José Luis Durán Reveles y Juan Manuel Gómez Morín, del estado de México; Francisco Antonio Fraile García, de Puebla; Ricardo García Cervantes, de Coahuila; Arturo García Portillo y María Teresa Ortuño, de Chihuahua; Francisco Garrido Patrón, gobernador de Querétaro; José Luis Raúl Hernández, de Morelos; Héctor Larios Córdoba, de Sonora; María del Carmen Mendoza Flores, de Jalisco; Rafael Morgan Ríos, de Sinaloa; Enrique Navarro Flores, de Tamaulipas; Ana Rosa Payán, de Yucatán; José Arturo Quiroz Presa, de Tlaxcala; Juan José Rodríguez Prats, de Tabasco; Alejandro Zapata Perogordo, de San Luis Potosí, y Patricia Guadalupe Zúñiga, de Quintana Roo.

A sugerencia de los consejeros nacionales quedaron integrados al CEN: Humberto Aguilar Coronado, subsecretario de Gobernación; Felipe de Jesús Cantú Rodríguez; Rogelio Carbajal, presidente de la Fundación Rafael Preciado; Christian Castaño Contreras, ex dirigente juvenil; el diputado federal Fernando Antonio Guzmán Pérez; el procurador del Medio Ambiente, José Luis Luege; Luis Mejía Guzmán; José César Nava; Jorge Ocejo; el gobernador de Yucatán, Patricio Patrón Laviada; Alfredo Rivadeneyra, Herbert Taylor Artur y María Beatriz Zavala.

En un primer análisis de la integración del comité se pueden observar militantes de todas las corrientes y grupos internos, pero principalmente de los dos aspirantes presidenciales que puntean en las encuestas: Santiago Creel Miranda y Felipe Calderón, aunque, ciertamente, el segundo vio reducir la presencia de sus simpatizantes. El caso que ejemplifica el hecho es la ausencia de Germán Martínez

Y si el triunfo de Manuel Espino como jefe nacional del blanquiazul fue leído como un punto en favor del secretario de Gobernación y un fracaso de Calderón en el round de sombra por la candidatura presidencial en el que se convirtió la sucesión interna, la conformación del comité refrendó dicha visión.

En busca de contrarrestar esa imagen, Humberto Aguilar Coronado, subsecretario de Gobernación, insistió en que la integración del CEN fue muy equilibrada, aunque no ocultó que su corriente está contenta con la elección de Espino Barrientos. Seguramente hay inconformidad, pero el partido no está dividido, puntualizó.

En este marco, tanto el titular de Gobernación como el ex secretario de Energía se manifestaron dispuestos a acatar el llamado a la unidad que lanzó el nuevo dirigente. Incluso Calderón se mostró contento de la iniciativa, pues recordó que su principal competidor ha violado el código de ética al utilizar la secretaría a su cargo para realizar campaña.

Al reanudarse los trabajos de la sesión del Consejo Nacional del PAN, el jefe nacional de este instituto político ratificó al senador Jorge Zermeño como coordinador de los panistas en el Senado y se aprobó el nombramiento del sonorense Marcos Pérez Esquer como tesorero nacional, en lugar de Gabriela Ruiz del Rincón, quien renunció al cargo.

Después del resultado de la elección del sábado, que echó por tierra los primeros pronósticos que consideraban que el éxito de Carlos Medina Plascencia era seguro y confirmó la certeza posterior de que la contienda sería muy cerrada, hoy abundaron las declaraciones en pro de la unidad. Algunas voces panistas expresaron en privado su preocupación de que las discrepancias y las patadas bajo la mesa seguirán presentes en la vida partidista.

Pero en una primera instancia prevaleció la buena educación y la decisión de no dejar ver las tensiones ante los reflectores de los medios de comunicación. De este modo, el sábado, mientras se congregaban los consejeros para el segundo día de sesión, fue muy comentado el abrazo que en público se dieron el presidente electo del partido y Marta Sahagún de Fox. Ambos se esforzaron por ocultar la incomodidad mutua de compartir el presídium después de cerca de un año de distanciamiento.

Fue precisamente Manuel Espino, entonces secretario ejecutivo del PAN, quien en febrero de 2004 abrió el "fuego amigo" contra la esposa del presidente Vicente Fox, que en esos meses alimentaba con apariciones diarias en los medios sus aspiraciones presidenciales. Espino no sólo se pronunció abiertamente contra aquella especie de precampaña, sino que, una vez que salió a flote el tema de las irregularidades financieras de Vamos México -un punto especialmente sensible para la señora de Fox-, fue el primer panista en exigir cuentas claras en las labores altruístas de sus correligionarios.

Esa herida no ha cerrado y los rivales de Espino no se cansan en recordar, siempre en los pasillos, claro, que el nuevo líder nacional del partido fue amigo cercano de... Nahúm Acosta, el ex jefe de giras de la Presidencia de la República, preso por sus presuntas vinculaciones con el narcotráfico.

Sobre el tema de la siempre latente candidatura de Marta Sahagún, Espino dijo ayer que "hoy se habla de cuatro aspirantes; puede haber más", pero no habrá precandidatos hasta que se abra la convocatoria de la contienda.

Hay otras tensiones soterradas. Por ejemplo: este domingo el consejero y diputado Francisco Barrio ya no acudió al Consejo Nacional. El sábado fue uno de los más beligerantes en la promoción de Medina Plascencia, "el único", dijo, que podría garantizar equidad en la contienda interna por la candidatura presidencial.

Otros asimilaron mejor el revés y se presentaron en la sesión. Uno de ellos fue el tabasqueño José Manuel Rodríguez Prats, quien se franqueó ante los periodistas cuando confesó que durante su campaña por la presidencia panista no hubo ninguna figura de importancia dentro del partido que enviara una señal positiva en su favor, y todo por su "pasado priísta". Rodríguez Prats fue de los primeros miembros del tricolor en emigrar al PAN. Lo hizo en 1995, despechado porque el entonces gobernador de su estado, Roberto Madrazo, no avaló su candidatura para una diputación. Luego de diez años de militancia en el blanquiazul, ayer expresó: "Después de esta elección espero haber enterrado mi pasado. Si no, me voy a morir y voy a poner en mi epitafio: aquí yace un ex priísta".

Por su parte, Alejandro Zapata Perogordo, quien apenas alcanzó 26 votos en la primera vuelta de la contienda por la presidencia, explicó que a pesar de su evidente debilidad quiso dejar un testimonio de las alternativas que hay en el PAN. En su discurso de presentación, poco antes de ser derrotado, fue el único que insistió en la necesidad de una profunda autocrítica del partido. De haber hecho esto a tiempo, dijo, los resultados electorales de los últimos años hubieran sido mejores.

 
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