Usted está aquí: viernes 25 de febrero de 2005 Espectáculos Entre bostezos y evasivas, el encuentro de Keanu Reeves con medios nacionales

Hizo honor a su título de el actor más inexpresivo

Entre bostezos y evasivas, el encuentro de Keanu Reeves con medios nacionales

JORGE CABALLERO

Ampliar la imagen Inexpresivo, as�e mantuvo Keanu Reeves durante la conferencia de prensa FOTO AP

Molesto o fingiéndose molesto, mas bien vacuo, el actor Keanu Reeves ofreció una desangelada conferencia de prensa donde evadió hablar de todos los temas que se le cuestionaron; respondiendo con monosílabos, cortante, bostezando y por momentos hasta se percibió que abandonaría la charla con los medios de comunicación, que se preparó a propósito del estreno de la cinta Constantine, hoy en nuestro país.

Casi en el ocaso de la rueda de prensa un reportero hizo un recorrido por la filmografía del actor, donde hizo una alegoría de cómo la sonrisa de Keanu iluminaba la pantalla y le soltó: ¿cuándo se volvió el actor más inexpresivo de Hollywood? Literalmente Reeves se quedó sin palabras; volteó para todos lados, a lontananza con sus ojos negros chiquitos. La acción de Reeves se extendió durante 10 pesados segundos aderezado con un silencio incómodo. Ya repuesto el actor de la trilogía Matrix zanjó su respuesta con una pregunta: "¿Soy el menos expresivo? ¿piensa que no hay mucha expresión en Constantine? ¡Qué pregunta tan rara!"

El catastrófico preludio de la cita con Reeves llegó desde el jueves, cuando la distribuidora Warner Bros. hizo llegar un comunicado pidiendo a los reporteros "no hacer preguntas personales". Ese mismo día, por la noche, se realizó la premier de la cinta donde el actor dio autógrafos y algunas declaraciones, para después abandonar la sala porque se "sentía indispuesto", muchos justificaron el desprecio de Reeves debido al jet lag.

El viernes, en un hotel de la ciudad de México donde se realizaría la cita del actor y el director de la cinta, Francis Lawrence, con la prensa: los reporteros, fotógrafos y camarógrafos los hicieron pasar por la cocina, para sostener el diálogo con la mediana celebridad que visitaba la ciudad.

Ya frente a Reeves, llegaron dos o tres preguntas insulsas a las cuales el actor respondió, es un decir: "La única relación entre Neo (personaje de Matrix) y John Constantine, es que los dos son héroes clásicos", "al morir me gustaría ir al cielo", "leí el guión y me gustó, luego el cómic y finalmente trabajé en el personaje".

Pero al preguntarle sobre qué opinaba de la política de inmigración del presidente George W. Bush (Reeves es de origen libanés), el representante de Warner Bros, Miguel Mallet, quiso censurar la pregunta: "Estamos aquí para hablar de Constantine, no para otra cosa". Se le precisó que, en la cinta, el portador de una daga era un mexicano que cruzando la frontera comienza a matar. Se escucharon silbidos y una voz femenina se pronunció: "No chiflen, respeten el trabajo del compañero". Igual, la reyerta se le resbaló a Keanu y curándose en salud le dijo a Francis Lawrence que respondiera. El director mencionó: "Realmente en el cómic, la espada la encuentran en una prisión de Turquía, nosotros lo situamos en México porque nos salía más barato; literalmente podría ser cualquiera, no tiene nada que ver si es mexicano, y no tiene que ver con nuestra visión de la migración a los Estados Unidos..."

Así, desgarbado, despreciando las preguntas de los reporteros y apoyándose en su director, la conferencia de prensa llegó a su ocaso. Cuando respondió la última, Reeves se quitó los audífonos del traductor y enfiló hacia la salida con el seño fruncido y esos ojos negros, chiquitos, obnubilados por la fama.

 
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