Usted está aquí: sábado 19 de febrero de 2005 Sociedad y Justicia Sólo 58% de jóvenes de 15 años van a la escuela, alerta el INEE

La cifra, muy inferior a la de otros países con desarrollo similar, destaca el organismo

Sólo 58% de jóvenes de 15 años van a la escuela, alerta el INEE

En naciones industrializadas como EU la cobertura alcanza hasta ciento por ciento de ese sector

CLAUDIA HERRERA BELTRAN

Ampliar la imagen El desempe�e los alumnos mexicanos en matem�cas, lectura y ciencias est�uy por debajo del promedio de la OCDE FOTO Jos�arlo Gonz�z

Los resultados que México obtuvo en la reciente prueba escolar de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) son peores de lo que reflejan los números, porque en los países más desarrollados la proporción de jóvenes de 15 años que asiste a la escuela y fue evaluada es de casi 100 por ciento, mientras en nuestro país es de apenas 58 por ciento.

El director general adjunto del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Rafael Vidal, refirió lo anterior y dijo que México y Turquía son las naciones que tienen las tasas más bajas de matriculación de población de 15 años del total de los países examinados por el Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) en 2003.

En la mesa de análisis organizada por el INEE sobre los resultados del PISA en México, insistió que el nivel de conocimientos y habilidades de los jóvenes mexicanos de 15 años de edad es ''significativamente inferior'' al de alumnos de esa edad en países más desarrollados.

Los resultados del PISA, que se dieron a conocer en diciembre del año pasado, indican que el desempeño de los alumnos mexicanos en matemáticas, lectura y ciencias bajó en la actual administración en relación con el obtenido en las pruebas de 2000.

La caída más grave se dio en lectura, en la que los alumnos mexicanos obtuvieron 400 puntos, 22 menos que en la primera edición del PISA; en ciencias lograron 405, una disminución de 17 puntos; en matemáticas bajó de 387 a 385 puntos, y en solución de problemas (una nueva prueba) alcanzaron 384. En todos los casos, la media de la OCDE es de 500 puntos.

De nueva cuenta, México ocupó el último lugar del grupo de la OCDE, pero en la lista ampliada de 40 países (que incluye a no miembros) el país quedó en el lugar 37, apenas arriba de Indonesia, Túnez y Brasil; en lectura, se ubicó en el número 38.

En contraste, Hong Kong, Finlandia y Corea obtuvieron los resultados más altos en matemáticas, lectura y ciencias, y solución de problemas, respectivamente.

Vidal señaló que los resultados son más graves en el caso de México, porque su tasa de matriculación de jóvenes de 15 años es de 58 por ciento, es decir, muy baja con respecto a Estados Unidos (100 por ciento), Alemania (96 por ciento) y España (92). Es inferior incluso que las de otros países latinoamericanos, como Uruguay (74 por ciento) y Brasil (65 por ciento).

Al referirse al estudio que elaboró el INEE por entidades, señaló que Colima, Distrito Federal y Aguascalientes se sitúan en el nivel de los países que están arriba de México en el conjunto de los que participaron en el PISA 2003, pero no alcanzaron la media de la OCDE.

Mientras las entidades de resultados más bajos, como Guerrero, Tabasco y Oaxaca, se ubicaron en un nivel inferior al de los países con peores resultados, como Brasil.

Instrumento útil, pero cuestionable

En la mesa redonda, realizada la noche del jueves, Vidal señaló que el PISA es importante porque busca medir qué tan bien preparados están los jóvenes de 15 años que están llegando al final de la escolaridad obligatoria para enfrentar los retos de la sociedad del conocimiento.

Las autoridades educativas de los países participantes utilizan estas pruebas para estimar las habilidades y conocimientos básicos en comparación con los estudiantes de otras naciones; para establecer estándares de mejoramiento educativos, y entender las fortalezas y debilidades de sus propios sistemas educativos.

Pero reconoció que también se señalan algunas desventajas del PISA, como el que mira sólo los rankings de los países y desconoce la abundante información sobre los factores sociales, escolares y personales asociados con el rendimiento.

También se cuestiona a menudo la validez de los estudios, ya sea por las enormes diferencias culturales entre estudiantes de distintos países, lo que hace que las condiciones no sean homogéneas, o porque las naciones menos desarrollados participan menos en la definición de las pruebas.

 
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