Usted está aquí: viernes 11 de febrero de 2005 Política Se frustra la iniciativa panista sobre relección de legisladores

La reforma no obtuvo mayoría calificada: 51 en contra, 51 en favor y una abstención

Se frustra la iniciativa panista sobre relección de legisladores

ANDREA BECERRIL

Por segunda vez en su historia, el Senado de la República canceló ayer la posibilidad de relección inmediata de legisladores, al votar en contra la reforma constitucional de tinte blanquiazul que permitiría a senadores mantenerse 12 años en el cargo y nueve a los diputados.

Fue un debate intenso, en el que participaron 11 oradores y que dividió en dos al Senado, como la votación final, que fue de 51 legisladores en contra, 51 en favor y una abstención, esta última de Luisa María Calderón, la única panista que rompió el bloque de su bancada, al no avalar el proyecto de reforma a los artículos 59 y 116 constitucionales.

Después de más de tres horas de discusión no se logró la mayoría calificada necesaria, es decir, dos terceras partes de los votos, pese a los cabildeos de los últimos días y a las presiones que ejercieron algunos grupos, ya que a excepción de Genaro Borrego, todo el grupo parlamentario del PRI votó en contra de la iniciativa, apoyado por algunos perredistas como César Raúl Ojeda Zubieta.

La priísta Dulce María Sauri recalcó que hace 40 años, el 24 de septiembre de 1965, durante una sesión presidida por el último constituyente, Jesús Romero Flores, se rechazó la minuta proveniente de la Cámara de Diputados que reformaba la Carta Magna para que se estableciera en la misma la relección de legisladores.

Sauri habló luego de los viejos y nuevos argumentos en torno a ese tema: se señala, dijo, que los legisladores responderán únicamente a los intereses de sus electores, pues éstos tendrán la posibilidad de ratificarlos. pero en realidad, recalcó, "poco se ha debatido sobre el riesgo que representan los poderosos e influyentes grupos de poder y de interés, con recursos económicos importantes para asegurar la relección de los senadores que le son afines, y eliminar a los que les son incómodos".

Sauri precisó que esos grupos "intentarían y eventualmente lograrían cooptar a grupos de legisladores para representar y proteger sus intereses, muy posiblemente en demérito de los intereses colectivos de amplios grupos sociales".

Humberto Roque Villanueva preguntó por qué se insiste tanto en la relección legislativa como mecanismo de rendición de cuentas y no se plantea la revocación del cargo. Recordó que en un país donde existe la posibilidad de que diputados y senadores repitan en el cargo, Argentina, se acuñó hace poco "un lema terrible que debiera ser un mensaje para esta sesión: que se vayan todos". Borrego Estrada (quien en días anteriores criticó a 28 de sus compañeros del PRI, que firmaron la iniciativa hace dos años y se retractaron) fue uno de los más apasionados defensores del proyecto. Señaló que el sistema político que imperó "por décadas", basado en la centralización del poder en la figura presidencial y la alineación de ambas cámaras, ya no existe y, por tanto, tampoco es objetable la relección.

En respuesta a Roque Villanueva, Borrego Estrada sostuvo: "la relección continua de legisladores permitiría que se queden los que valen. Que se vayan los incompetentes, los indolentes, los deshonestos e irresponsables".

Por el lado del PAN, César Jáuregui, el propio coordinador Jorge Zermeño y Javier Corral defendieron la reforma. Este último recalcó que muchos de los legisladores presentes están en favor de la iniciativa, pero su valoración es con base en la coyuntura política de la sucesión presidencial. Todo el PVEM votó con ellos.

Ante el pleno, Luisa María Calderón argumentó que se trata de una reforma incompleta, toda vez que no se impulsaron otras cambios relevantes, como el régimen de incompatibilidad de legisladores para acabar con el tráfico de influencias y los conflictos de intereses. "¿Quién nos dice que en vez de lograr la profesionalización no estaremos incentivando las tareas de gestoría?", preguntó, mientras Diego Fernández de Cevallos sonreía desde la mesa directiva.

El PRD se dividió: tres de sus senadores votaron en contra: Rutilio Escandón, Leticia Burgos y Ojeda Zubieta. El tabasqueño planteó que se lleve a cabo un referéndum para que se la ciudadanía la que decida.

 
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