México D.F. Jueves 11 de noviembre de 2004
LA MUERTE DEL RAIS
Rawhi Fatuh, presidente del Parlamento palestino,
"sucesor transitorio"
Fallece Yasser Arafat en París
"Es bueno que la gente se lo haya quitado de encima",
dice el ministro de Justicia israelí, Yosef Lapid
Impone Tel Aviv cerco a Cisjordania; las Brigadas de
Mártires de Al Aqsa llaman a "golpear" a Israel
AFP, REUTERS Y DPA
Ramallah, jueves 11 de noviembre. Yasser Arafat,
símbolo del nacionalismo palestino y de la resistencia contra Israel,
murió la madrugada de hoy a los 75 años de edad, lejos de
la su tierra y sin alcanzar a ver realizado el sueño de un Estado
independiente. Su cuerpo será trasladado a El Cairo para una ceremonia
fúnebre el viernes, y ese mismo día enterrado en la ciudad
cisjordana de Ramallah, y no en Jerusalén, como era su deseo.
Jerusalén
es la ciudad donde "los reyes judíos son enterrados, no los terroristas
árabes", dijo la semana pasada el ministro israelí de Justicia,
Yosef Lapid, quien fue el primero del gabinete de Ariel Sharon en reaccionar
a la muerte del mandatario, al afirmar que "es bueno que la gente se lo
haya quitado de encima".
El ejército israelí, en tanto, po-nía
en marcha la operación Nueva Página, e imponía
un cerco total en Cisjordania ante el temer de atentados, anunció
la radio militar.
Esta medida implica que, hasta nueva orden, queda prohibido
el acceso a territorio israelí de los pa-lestinos de Cisjordania
que disponen de un permiso de trabajo.
El cerco total no fue decretado para la franja de Gaza,
pues de to-das maneras esta región está aislada permanentemente.
Las Brigadas de Mártires de Al Aqsa, grupo armado
vinculado a Fatah, el movimiento de Arafat, llamaron a golpear a Israel
"por to-das partes", y responsabilizaron al gobierno de Tel Aviv de la
muerte del presidente palestino.
El rápido deterioro de la salud del rais
(presidente) en los últimos días, sin que los médicos
pudieran establecer la causa, había colaborado a que circulara la
versión de en-venenamiento, versión que fue ne-gada el martes
y el miércoles por la dirigencia palestina.
"Nuestro presidente, nuestro lí-der, el portador
de nuestra bandera hacia un nuevo futuro, el hermano Yasser Arafat murió
a las 4:30 de la madrugada en París", dijo en Ra-mallah el secretario
de la presidencia, Tayeb Abdelrahim, sin poder contener las lágrimas,
al igual que los guardias de seguridad de la Au-toridad Nacional Palestina
(ANP) y varios periodistas árabes.
La ANP decretó un duelo en el conjunto de los territorios
palestinos, donde se escuchaban algunos disparos al aire en señal
de duelo.
Decenas de palestinos hicieron disparos al aire tras confirmarse
la muerte de Arafat, y el movimiento Hamas presentó públicamente
sus condolencias en comunicado leído en una mezquita de Gaza.
La noticia de la muerte de Arafat fue difundida primero
por la cadena de televisión árabe Al Jazeera, confirmada
luego por Rajim y finalmente comunicada en forma oficial por el general
Christian Es-tripeau. Pero el portavoz del hospital no dijo qué
enfermedad llevó a la muerte al mandatario.
La primera reacción internacional correspondió
al presidente francés, Jacques Chirac. "Desaparece el hombre de
valor y convicción que encarnó durante 40 años el
combate de los palestinos por el reconocimiento de sus derechos nacionales",
dijo en París.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, calificó
el fallecimiento del líder como un "momento significativo", y expresó
sus condolencias al pueblo pa-lestino, al igual que el mandatario ruso,
Vladimir Putin, y el primer ministro británico, Tony Blair.
Arafat se encontraba en estado de coma desde hace una
semana, y su estado empeoró en los últimos días, tras
un derrame cerebral, pero se había descartado la posibilidad de
desconectarlo de los aparatos que lo mantenían con vida.
La noticia del deceso fue anunciada en los últimos
días por fuentes diversas y desmentida posteriormente por responsables
palestinos, pero cuando el miércoles se apresuraron los preparativos
para la realización de un funeral en El Cairo, y los trabajos para
el entierro en Cisjordania, una confirmación oficial parecía
inminente.
Varias excavadoras comenzaron a trabajar la víspera
para remover escombros de la Mukata, complejo de edificios de Ramallah
donde estuvo confinado Arafat con sus hombres de confianza desde que Israel
lo aisló en diciembre de 2001.
Desde entonces, el líder palestino sólo
fue autorizado a abandonar una vez el lugar, semidestruido por las bombas
israelíes, para realizar una gira por Cisjordania.
El principal consejero del líder fallecido, Nabil
Abu Rudeina, lle-gó anoche a la capital egipcia para preparar la
ceremonia fúnebre, a la que asistirán dignatarios árabes
y extranjeros, entre ellos el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva.
Después d la confirmación de la muerte de
Arafat, se puso automáticamente en marcha el mecanismo de sucesión
contemplado en la ley fundamental de la ANP, que prevé un gobierno
transitorio hasta la ce-lebración de elecciones en un plazo de dos
meses.
La ley establece que, en caso de fallecimiento del presidente
de la ANP, debe asumir el titular del Con-sejo Legislativo Palestino (CLP,
Parlamento), Rawhi Fatuh.
Pero, en la práctica las riendas del poder quedarían
en manos del número dos de la Organización de Liberación
de Palestina, Mahmoud Abbas, quien sucedería a Arafat al frente
de la organización, y del ac-tual primer ministro, Ahmed Qu-reia,
pues Fatuh es líder de escaso peso en el escenario palestino.
En los últimos días, según fuentes
de la ANP, se trabajó en la preparación de una dirección
colegiada que reuniría a Abbas, a Qureia y al presidente del Consejo
Nacional Palestino, Salim Zaanoun.
Pero Arafat no tiene herederos visibles para continuar
la lucha que personifica desde hace 40 años, lo que permite presagiar
dura lucha por la sucesión.
El Viejo, como lo llamaban cariñosamente
sus compatriotas, presidía desde 1996 la ANP, nacida de los acuerdos
de Oslo con Israel.
Carismático y tenaz, Arafat su-peró fracasos
y derrotas para lograr que la causa palestina fuese reconocida como lucha
nacional por la independencia y no como simple problema de refugiados.
Líder máximo de Fatah desde 1960, y de la
Organización para la Liberación de Palestina desde 1969,
alcanzó fama mundial con su kefiá a cuadros, su uniforme
verde oliva y su barba mal afeitada.
"Traigo en una mano la rama de olivo y en la otra un fusil,
no permitan que deje caer el olivo", dijo en su primera intervención
ante la Asamblea General de Naciones Unidas, en 1974.
Sobreviviente de varias tentativas de asesinato, Arafat
nunca dejó que surgieran rivales en los territorios palestinos.
Su posible sucesor, el carismático jefe de Fatah en Cisjordania,
Marwan Barghuthi, fue condenado en junio a cinco cadenas perpetuas por
Israel.
Críticas por sus concesiones
Los detractores de Arafat, quien comenzó su militancia
por la liberación de Palestina en la adolescencia contrabandeando
armas pa-ra la resistencia a la ocupación británica, le reprochan
no haber permitido que surgiera una nueva ge-neración de dirigentes
palestinos, y haber centralizado el poder.
También critican lo que muchos consideraron "entrega"
a Israel, ya que las negociaciones de paz nunca incluyeron el tema del
regreso de los palestinos en la diáspora, o el de Jerusalén
este.
Para el desaparecido intelectual Edward Said, Arafat entregó
a su pueblo a la "esclavitud". Otros consideraron que los israelíes
permitieron una administración que controlara los territorios, ahorrándose
ellos esa tarea, pero conservando el control de movimiento de las fronteras,
terrestres, aduanas y medios de transporte.
Sin embargo, todo se olvidaba rápidamente cuando
Israel, que en repetidas ocasiones intentó asesinarlo, lo puso en
la mira, a partir de diciembre de 2001, cuando fue confinado a vivir en
un reducido espacio de la Mukata, que su esposa Suha abandonó
cuando arreciaron los bombardeos, para instalarse junto a la hija de ambos,
hoy de nueve años, en París.
"Si Dios quiere volveré", dijo Arafat -quien en
varias ocasiones había prometido morir luchando- el 29 de octubre
al partir para recibir atención médica en París.
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