A cargo de la CDHDF, atenderá a adolescentes

Iztapalapa: inicia labores centro promotor de derechos humanos

AGUSTIN SALGADO

Para el ombudsman capitalino, Emilio Alvarez Icaza, realizar trabajos de prevención y aportar a la construcción de una "cultura de civilidad" que lleve a dirimir las diferencias a través del diálogo y no por medio de la violencia, es una de las principales tareas de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), que ayer inauguró un nuevo espacio "lúdico y educativo" para los jóvenes de la delegación Iztapalapa.

Similar a la Casa del Arbol, que funciona en el edificio de la CDHDF, ubicado en avenida Chapultepec, este nuevo espacio, el cual aún no tiene nombre, se encuentra en las instalaciones de la unidad oriente del organismo, con el objetivo de "proporcionar a los jóvenes un lugar que fomente la capacidad de responder de manera no violenta a la resolución de conflictos", y difunda elementos básicos sobre los derechos humanos.

Con juegos educativos, material didáctico y promotores juveniles el primer taller que se impartirá será: Por una adolescencia sin violencia. En esta actividad participarán 3 mil 297 personas, entre alumnos y personal docente. Según los funcionarios de la CDHDF, permitirá a los adolescentes "tener un enfoque integrador de los problemas a los que se enfrentan, realizar una vinculación con su vida real, tener un ámbito de libertad que les favorezca y reconocer algunas habilidades, actitudes y valores para poder participar de manera democrática".

En la inauguración estuvieron, además del titular de la CDHDF, la subsecretaria de Servicios Educativos para el Distrito Federal, Sylvia Ortega; la representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en México, Yuriko Yasukawa, y el jefe delegacional de Iztapalapa, Víctor Hugo Círigo.

En su intervención, Alvarez Icaza indicó que la situación de los adolescentes en Iztapalapa -delegación en la que se origina una de cada cuatro quejas ante la CDHDF- le preocupa al organismo que encabeza, por lo cual se pretende formar en los jóvenes la capacidad de no involucrarse en dinámicas violentas.

"No podemos aceptar que la violencia que se produce en casa sea algo normal. No podemos perder nuestra capacidad de indignación, tenemos que activar nuestra capacidad de propuestas", expresó.

El ombudsman agregó que en la construcción de una democracia es necesario el consenso y reconocer a la contraparte como un interlocutor válido, lo cual en la vida cotidiana muchas veces no ocurre. "Luego nos extrañamos de que las diferencias políticas y sociales no se resuelvan fundadas en el diálogo. Por eso es tan importante que le demos vigencia plena a los valores democráticos. Todos hablamos de democracia, pero a la hora de vivirla tenemos dificultades, nos cuesta trabajo sentarnos a hablar, nos cuesta trabajo reconocer a los otros". En el nuevo espacio se prevé atender al mes a mil 200 jóvenes, principalmente provenientes de las escuelas secundarias de la demarcación; se estima trabajar durante un ciclo escolar con alrededor de 12 mil alumnos.