.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
La Jornada Michoacán
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones
Obituario

P O L I T I C A
..

México D.F. Sábado 18 de septiembre de 2004

Enrique Calderón Alzati

2006, un escenario de alto riesgo

Una de las consecuencias de la difícil situación económica y social que ha asolado al país desde tiempo atrás es la creciente necesidad que se observa en muy diferentes grupos sociales de organizarse con objeto de enfrentar el futuro y de mejorar sus condiciones actuales de mera sobrevivencia.

Este fenómeno está ocurriendo por igual entre campesinos, obreros, maestros y trabajadores asalariados, gremios profesionales, militares y empresarios, entre otros. En muchos de estos casos se trabaja inclusive en la formación de agrupaciones y partidos políticos, no con la idea y el propósito de acceder al poder, sino tan sólo de ser escuchados y de ejercer la defensa colectiva de sus intereses.

Denominador común en todos estos grupos, es el rechazo a los partidos políticos existentes como interlocutores válidos de sus demandas, la percepción generalizada de que el país está viviendo un grave retroceso en materia de seguridad pública, de educación, de salud y de oportunidades para mejorar las condiciones de vida actual, y finalmente la aceptación de que el modelo económico que nos ha sido impuesto ha fracasado. Sus promesas de mejores niveles de vida y condiciones de trabajo no sólo no se han cumplido, sino que han generado pobreza y desempleo.

El problema radica en que si bien todos estos grupos saben y están de acuerdo en lo que ya no quieren, resulta mucho más difícil que puedan incidir en una agenda común; para algunos el modelo es correcto, pero ha sido aplicado en forma equivocada, mientras que para otros, el esquema completo debe ser revisado y sustituido.

La crisis empieza en los mismos partidos políticos, aflorando ya en que sus luchas internas por candidaturas y puestos en sus aparatos de mando, como se ha observado en el PRI (Oaxaca y Veracruz) y en el PRD (Tlaxcala, Hidalgo y DF).

El menos afectado, aparentemente, es el PAN, gracias a su buena disciplina interna, pero fuertemente desacreditado por su liga con el actual gobierno, que ha sido incapaz de instrumentar los cambios que el Presidente ofreció. Con este lastre a cuestas, el PAN llegará a 2006 sin otra cosa que ofrecer que más de lo mismo, más de lo que han hecho hasta ahora, y sin liderazgo capaz de dar confianza a la sociedad mexicana.

Con un problema serio en la fractura de su dirigencia y un Presidente ampliamente identificado con las peores prácticas del sistema político mexicano, el PRI pareciera estar caminando hacia un rompimiento en al menos tres grupos, que nada poseen en común, el cual se hará inminente en el caso de la imposición de Madrazo o de alguien afín a él, como candidato para 2006.

El caso del PRD no es menos grave, entusiasmados con la popularidad de López Obrador, los líderes del partido parecen no reparar, ni en su nula presencia y escasa capacidad de organización en cerca de 20 estados, ni en el desdibujamiento de su imagen como partido de izquierda o de centro izquierda, ante la incongruencia de sus alianzas, de sus acciones políticas (como la permisividad ante la instrumentación de la candidatura de Tlaxcala) y de la selección de sus candidatos, amén de sus pugnas internas y de los casos de corrupción de funcionarios de gobierno estrechamente ligados al partido.

Si a este pobre escenario político agregamos la crítica situación económica de las mayorías y la escasa claridad de lo que es posible hacer para que las cosas mejoren, podemos prever que las elecciones de 2006 representarán un proceso difícil, de fuerte atomización y de alto riesgo.

Un riesgo muy serio y además muy real, podría ser la imposición de un candidato falsificado, mediante una campaña de medios bien instrumentada; es decir, que nos vendan nuevamente una falacia, como supuesta solución a nuestros problemas, y que resulte más de lo mismo, o incluso algo aún peor.

Otro posible riesgo es que ante la polarización y atomización previsibles, se elija un gobernante débil, que conforme un gobierno sumido en la parálisis como ha pasado con el actual.

El surgimiento de un gobernante de carácter mesiánico y autoritario, por medio de un proceso de contagio colectivo, como los que han surgido de diferentes escenarios de crisis a lo largo de la historia, constituye una posibilidad de incluso mayor riesgo.

Ninguno de estos riesgos resultan aceptables y debieran ser evitados, mediante la conformación de un amplio frente ciudadano, capaz de aglutinar a los distintos grupos que hoy rechazamos al neoliberalismo dogmático y que deseamos el establecimiento de un gobierno fuerte, incluyente, conciliador, de visión amplia, formado por hombres y mujeres capaces, de trayectoria recta y claramente comprometidos con México y su futuro. Afortunadamente los tenemos, de ello no me cabe la menor duda; el reto está en que ese grupo pueda aglutinarse alrededor de un proyecto de país, que sea al mismo tiempo viable y aceptable para todos.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm

Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Coordinación de Publicidad
Tels: (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00 Exts: 4900 y 4104

Email
Coordinación de Sistemas
Teléfonos (55) 91 83 03 11 y 91 83 03 77

Email

  © Derechos Reservados 2003 DEMOS, Desarrollo de Medios, S.A. de C.V.
Todos los Derechos Reservados. Derechos de Autor 04-2003-08131804000-203.
Prohibida la reproducción total o parcial del contenido sin autorización expresa del titular.
El título y contenido se encuentran protegidos por la legislación de la materia en la República Mexicana.