México D.F. Domingo 8 de agosto de 2004
El fantasma de Iron Maiden se paseó durante la tocada
Doro Pesh y Motorhead, lo mejor del festival metalero de Wacken
LUIS JASSO ESPECIAL
Wacken, Alemania, 7 de agsoto. El pasado viernes quedó demostrado el por qué se considera a Wacken el festival metalero más importante del mundo. Una veintena de grupos hicieron de la mañana y tarde un enorme pastel donde cada rebanada sabe a algo distinto.
Sin embargo, con la caída de la noche se despertaron los duendes de la magia metalera. Primero, Ronnie James Dio ofreció un concierto de hora y media de leyenda y poderío. Dos temas de Black Sabbath, dos de Rainbow y seis de su carrera como solista dejaron el escenario principal palpitante.
Cayó una cortina negra para esconder la futura sorpresa. Mientras tanto, el brutal ataque trash de Destruction convocaba a 30 mil enloquecidos fanáticos. Parecía que un cerrojazo con broche de oro sería difícil, pero faltaba Doro Pesh.
Antes de correr la cortina, una orquesta en vivo comenzaba las notas de Fear of the dark, tema clásico de Iron Maiden. Al aparecer por fin el escenario no sólo estaban en él Doro y Warlock, la banda que la hizo famosa y de la cual estaba separada, sino que, a todo pulmón, el invitado especial anunciado hizo su aparicion: Blaze Bailey, ex cantante de Iron Maiden puso su voz y presencia en lo que comenzaba a ser mucho más que un concierto.
Warlock tocó todo su set acústico, la orquesta nunca abandonó el escenario y las versiones sinfónicas de Maiden siguieron salpicando de frenesí la noche. The trooper y Man on the edge fueron las canciones elegidas para que el fantasma de Iron Maiden inundara Wacken.
Doro y su enorme presencia escénica se llevaron la noche, demostrando que en este festival todo puede pasar.
Arranque insípido
El jueves comenzó la fiesta metalera con el insípido metal ochentero de Zodiac Mindwrap, para dar paso a Lemmy Kilmister, Phil Campbell y el implacable Micky Dee, quienes tras el sonoro grito de "sí, niños y niñas, somos Motorhead", consolidaron su mito y dejaron constancia de la imborrable trascendencia de la banda.
Tocó cerrar el primer día a Bohnse Onkelz, banda que por sí misma no dice gran cosa, pero que en Alemania cuenta con su propio festival de tres días de duración. Tras poco más de hora y media de un punk más bien pasado de moda, la gente tomó rumbo hacia los innumerables sitios de acampar y la fiesta continuó. |