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México D.F. Domingo 16 de mayo de 2004

Entre manoteos y gritos pronunció ante Fox su discurso

Recibe Gordillo Morales reclamos, insultos y silbidos

ROBERTO GARDUÑO Y ANDREA BECERRIL ENVIADOS

Guadalajara, Jal., 15 de mayo. Elba Esther Gordillo se descompuso, manoteó y gritó ante el micrófono mientras escuchaba silbidos y abucheos de cientos de maestros. La celebración anual del magisterio le significó una señal de su real fuerza entre los profesores.

En su día, los mentores no recibieron la tradicional noticia de aumento a su salario y enojados rechazaron el larguísimo mensaje que, sin contener demandas económicas, había elaborado Gordillo Morales. La emprendieron contra ella sin reparar en la asistencia del presidente Vicente Fox, a quien se le desdibujó la sonrisa que mostraba desde la llegada al auditorio Benito Juárez, ubicado en la periferia de Zapopan.

La celebración, trasladada desde el Distrito Federal por el riesgo que implicaba la presencia de profesores de la CNTE, fue estratégicamente organizada en la periferia de Guadalajara con un notable despliegue de seguridad en el que participaron agentes del Estado Mayor Presidencial y de la policía estatal de Jalisco. Todos los detalles fueron coordinados por el gobierno panista de Francisco Ramírez y el SNTE.

Con un público de maestros a modo, Gordillo recibiría a las 10 de la mañana a Fox -que procedía de un viaje por Europa- y a su esposa, Marta Sahagún. Pero el acto se retrasó, porque el auditorio no se llenaba. Media hora más tarde, y ante los llamados del maestro de ceremonias para ''ocupar lo más rápido sus lugares'', la comitiva del Presidente y la lideresa del SNTE aparecieron ante la concentración de profesores en medio de una escalinata bordeada por mallas de contención, desde donde saludaban a los cientos de mujeres y hombres que les tendían la mano. Gordillo, ataviada con un vestido rojo intenso, levantaba el brazo triunfante.

Las piezas del engranaje funcionaban sin mayor contratiempo, salvo que la actitud de los profesores no tenía nada que ver con una ceremonia de festejo. Miembros de las secciones 16 (federal) y 47 (estatal) del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación habían recibido la consigna de no silbar ni abuchear a Vicente Fox.

Barruntos de tormenta

No tardó en descomponerse el día a la maestra Gordillo, sobre todo porque en el ambiente pesaba su antecedente más cercano: no haber funcionado como impulsora de las reformas llamadas estructurales por la administración foxista, al grado que sus compañeros priístas en la Cámara de Diputados la removieron de la coordinación de ese partido. También se mantenía con persistencia la imagen de amistad entre el Presidente, su esposa y Gordillo Morales. Tales facturas, entre otras, le fueron cobradas hoy, porque al anunciársele en el sonido del auditorio los maestros respondieron con silbidos y mentadas de madre.

Ese fue al aviso de una catarata de reclamos contra la maestra, quien contribuyó aún más a encender los ánimos de los profesores al leer un discurso rico en citas de personajes insignes como el filósofo Samuel Ramos, Edgar Morín y José Vasconcelos, pero ausente de demandas económicas y profesionales de los mentores. Su alocución fue un discurso en el desierto, no impactó a nadie y sí propició los abucheos que le fueron encendiendo el tono a sus palabras. En seis ocasiones le silbaron y gritaron. Y en ese mismo número de veces ella no flaqueó, al contrario, comenzó a manotear, agitar los brazos y mover con firmeza la cabeza provocando el movimiento brusco de algunos mechones de su cabello.

Los silbidos se iniciaron en las gradas, donde fueron ubicados los profesores sin privilegios, multiplicándose en segundos y generando un estado de notable preocupación entre los leales a la maestra, que fueron alineados en la explanada del auditorio. Estos se la pasaron más preocupados por contrarrestar los abucheos y silbidos con aplausos, que en asimilar el contenido del discurso.

Fox observaba al frente sin inmutarse ante los reclamos a la maestra. Marta Sahagún también fue sorprendida por aquellos sucesos inesperados. Con el paso de los minutos el escenario adverso se fue imponiendo a Elba Esther Gordillo. Al convocar a todos los actores sociales a recuperar y relanzar la agenda social en México, la silbatina se agudizó, tuvo que desgañitarse y gesticular con fuerza para confrontar el reclamo de los maestros.

Esa lectura, pausada por más de 25 minutos, se aceleró y terminó lánguida y en segundos, sin generar más que rechazo, porque en las gradas los profesores le gritaban: "No somos serviles; su actitud es servil''. ''¿Qué pasó, Elba Esther?, no ofrezcas nada que no puedas cumplir; te pagamos para que exijas"

Mirna Bocanegra, maestra de prescolar, dijo ante el jefe de prensa de la maestra, Ramón García: ''México tiene gente buena, pero no como estos vivales, como esa señora de rojo (Gordillo), que se sientan en la silla y luego no la quieren soltar".

La ceremonia tomó entonces la cara del reclamo. Desde la tribuna, el profesor Edgar Armando Morales exigió la renuncia de Gordillo antes de que Vicente Fox tomara la palabra. Los gritos del maestro fueron acallados por los aplausos de los leales a la dirigente del SNTE. Y es que el docente recurrió al reclamo porque un grupo de sus compañeros, que integran el grupo Bases Magisteriales, fue impedido de ingresar al auditorio y cuatro mentores fueron agredidos por granaderos.

Las cosas terminaron de decomponerse al culminar el acto. Cientos de maestras y maestros reclamaron a Fox, a su secretario de Educación, Reyes Tamez, y a Gordillo Morales incremento al salario.

Más rápido de como ingresó al auditorio, el Presidente abandonó aquel sitio seguido de Elba Esther Gordillo y Marta Sahagún, quienes dejaban atrás un coro: ''¡Aumento, aumento, aumento!''

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