Ojarasca 84  abril de 2004


Carta de los Chimalapas a Ojarasca



En relación al artículo "Heridas abiertas en los Chimalapas", aparecido en el último número del suplemento Ojarasca, firmado por Emmanuel Gómez, nos gustaría --por lo delicado del asunto-- aclarar lo siguiente:

El conflicto que, desde los años cincuentas, padecen en su porción oriente las comunidades Chimalapas de Santa María y San Miguel --mismo que para 1991 abarcaba una superficie de 160 mil hectáreas, de las cuales 40 mil correspondientes al predio La Gringa fueron recuperadas y reintegradas al territorio comunal en 1994-- es en realidad, de origen y carácter eminentemente agrario. Confundirlo y mezclarlo --como de alguna manera ocurre en una parte del articulo citado-- con un conflicto de limites estatales Oaxaca-Chiapas, es, aunque no se tenga esa intención, hacerle el juego a los intereses políticos y caciquiles de ambas entidades que desde siempre han pretendido manipular el sentimiento chovinista en sus estados y en la región, para con ello enfrentar indios y campesinos "oaxaqueños" con indios y campesinos "chiapanecos", mientras madereros, ganaderos y narcos campean en toda la zona en conflicto. Estos mismos intereses políticos nunca, desde sus respectivos gobiernos estatales, se han atrevido, en cambio, a promover ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, una Controversia Constitucional que dirima de una vez por todas si esa porción del territorio Chimalapa está en Oaxaca o está en Chiapas.

Pero la resolución definitiva de este problema de límites estatales, que sólo es un asunto de ubicación ("está en...") no cambia en absoluto el hecho histórico y jurídico de que dicho territorio es propiedad ancestral de las Comunidades Zoque Chimalapas, reconocido por el virreinato español en 1687 --antes de que existieran los estados de Oaxaca y de Chiapas-- y por el gobierno federal postrevolucionario en 1967.

Lo que entonces las comunidades zoques están peleando aún (y desde 1950, año en que los intereses madereros se inventaron el conflicto de límites estatales) en la porción oriente de los Chimalapas, es el reconocimiento pleno de la propiedad comunal y por ende, la salida de supuestos e ilegales propietarios privados, y no la recuperación "patriótica" de territorio "oaxaqueño". Un territorio comunal indígena puede abarcar legalmente superficies en dos o más estados.
 
 

Comité Nacional para la Defensa y Conservación de los Chimalapas

Luis Bustamante Valencia, Coordinador Nacional,

Miguel Ángel García, Coordinador Regional
 

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