Moscú detiene a deportistas qataríes para forzar canje

Negocia Rusia con Qatar libertad de dos espías encarcelados por atentado

JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL

Moscu, 6 de marzo. Emisarios del Kremlin sostienen en Doha, capital de Qatar, intensas negociaciones durante ya más de medio mes y de modo paralelo a la labor de un grupo de abogados llevados desde Moscú, para liberar a dos agentes del servicio secreto ruso encarcelados en ese país árabe del golfo Pérsico.

Las autoridades qataríes imputan a los rusos haber participado en el atentado que segó la vida del ex presidente interino checheno Zelijman Yandarbiev, al estallar una bomba debajo de su vehículo, el pasado 13 de febrero, en Doha.

El Ministerio de Relaciones Exteriores rechaza toda implicación de Rusia en el asesinato de Yandarbiev, pero admite que los dos detenidos son "agentes de los servicios secretos que se encontraban de manera legal en Qatar y, sin violar la legislación de ese país, realizaban tareas de acopio de información y análisis para combatir el terrorismo internacional", según asienta en un comunicado.

Hasta el momento las gestiones y protestas oficiales han sido infructuosas, sin contar la liberación de un tercer agente ruso, pero éste era portador de pasaporte diplomático y gozaba de inmunidad.

Los otros dos enfrentan graves acusaciones y podrían ser sometidos a juicio, en un país que contempla la pena de muerte para quienes cometen "actos terroristas", como tipifican en Qatar el atentado.

Ante esa perspectiva, el servicio secreto ruso pretende resolver el contencioso aplicando el manual de operaciones de la guerra fría: detuvo en un aeropuerto de Moscú a dos ciudadanos de Qatar, que mantiene en prisión durante ya 10 días, en espera de poder realizar un canje.

Según las primeras filtraciones, los qataríes sospechosos de mantener vínculos con "bandas armadas ilegales en territorio de Rusia", eufemismo que aquí emplean los portavoces del gobierno en relación con los separatistas chechenos, resultaron deportistas que llegaron a esta capital procedentes de Bielorrusia para, sin abandonar la zona de tránsito del aeropuerto, hacer un transbordo y proseguir su viaje.

"Son dos miembros de la selección nacional de lucha grecorromana (de Qatar), que se dirigían a Belgrado, Serbia, con el propósito de participar en un torneo calificatorio para los Juegos Olímpicos de Atenas de este año", confió un diplomático árabe.

Rusia trata de minimizar el incidente con nuevas filtraciones a periódicos locales, se-gún las cuales los detenidos son presentados como ciudadanos bielorrusos que no declararon una fuerte suma de divisas, además de que se les encontraron "publicaciones de contenido extremista".

En contraste, la cancillería qatarí, me-diante su agencia noticiosa oficial, confirmó que sigue sin recibir una explicación oficial de Rusia sobre los motivos por los que mantiene en prisión a dos ciudadanos de ese emirato, Naser Ibrahim al Mudaihaqi, directivo de la federación de lucha, y el deportista Ibrahim Ahmad Naser Ahmad.

Este último, nacido en Azerbaiyán, donde se llamaba Ibat Ahmedov, recibió una oferta para naturalizarse qatarí y, desde entonces, representa a ese país en la categoría de hasta 60 kilos en lucha grecorromana.

Con ellos también viajaba el entrenador Aleksandr Dubrovsky, este sí ciudadano bielorruso que emigró hace 12 años. Tras retenerlo varias horas, las autoridades rusas lo dejaron en libertad y Dubrovsky optó por viajar a Doha, ya que no tenía sentido ir a Belgrado sin el luchador.

Si bien parece que el Kremlin no llegará al extremo de "usar la fuerza militar" para rescatar a sus agentes caídos en desgracia, como sugirió públicamente un vicepresidente de la Duma (Cámara baja), la idea de encarcelar a los deportistas qataríes puede desatar una espiral de confrontación entre Rusia y los países árabes del golfo Pérsico.

Los ministros de Relaciones Exteriores de los países que, junto con Qatar, integran el Consejo de Cooperación del Golfo (Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos Arabes Unidos, Kuwait y Omán) expresaron "su solidaridad con Qatar, y apoyan todas las medidas que toma para esclarecer las circunstancias" del asesinato de Yandarbiev.

Por ahora, ni Moscú ni Doha quieren ce-der. Cada uno exige al otro liberar sin condiciones a sus ciudadanos detenidos. Por todo lo que implica, el canje de los agentes por los deportistas se ve como algo difícil, aunque no imposible.