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E S P E C T A C U L O S
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México D.F. Jueves 12 de febrero de 2004

Feliz, continúa la fiesta con Manuel Galbán por sus discos y Grammys

El son es lo más sublime para divertir el alma: Ibrahim Ferrer

Mi música cubana y Bolero sonámbulo se hicieron con mucho amor, coinciden los cubanos

Se preparan para la gira que realizarán en marzo por Europa del este: Rusia, Rumania...

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 11 de febrero. Si tuvieran que escoger tres números de los que han grabado para guardarlos como tesoros, ¿cuáles serían?

-Serían tres boleros -dice sin titubear Ibrahim Ferrer, tocado con su infaltable gorra de visera. Y el primero sería Perfume de gardenias.

-Coincidimos en ese número -apunta Manuel Galbán.

En el departamento de Galbán, en el barrio habanero del Vedado, estos dos veteranos del son se miran y sonríen al descubrir que la pieza inmortal de Rafael Hernández es su joya musical más íntimamente apreciada.

Ibrahim interiorDespués de festejar con la familia, de recibir a los primeros amigos, de atender llamadas del país y del extranjero, de acariciar a la distancia los Grammys que han ganado, Ferrer y Galbán siguen celebrando el triunfo.

En la pequeña mesa circular del comedor apenas caben una bandeja con pinchitos de jamón y queso, un par de botellas y la laptop en la que trabaja Magda, la esposa de Galbán. Se acaban de ir los muchachos de la agencia Antonio María Romeu y la sala queda despejada. Hay una pausa para conversar con La Jornada.

Buenos hermanos de Ferrer (Grammy en música tropical tradicional) y Mambo sinuendo de Galbán y Ry Cooder (en pop latino instrumental) son dos de los productos más recientes del conglomerado Buenavista Social Club, nombre de disco, nombre de grupo, pero quizá, sobre todo, nombre de un fenómeno de masas que enlaza al son cubano con toques de modernidad.

Raíces y armonía

-¿Qué conservan estas obras del son tradicional y qué le agregan de aire fresco? ¿Por qué ha tenido ese éxito mundial?

-Nuestras raíces son las que no dejamos -contesta Galbán, el ex guitarrista y director de Los Zafiros, aquel cuarteto cubano que surgió como la versión latina de Los Platters.

"Seguimos con Miguel Matamoros, con Sindo Garay, pero también tenemos temas de hace 10 años. Ya en concreto, lo que conservamos es la armonía. Aunque tengamos arreglos más modernos; por ejemplo Son de la loma siempre saldrá con sus acordes, siempre tendrá la sonoridad cubana. El éxito de esta música es que el son es muy entendible para todos. Recuerdo que tuve un grupo, el Batey, con el que fuimos tres veces a la India. Me quedé asombrado de cómo los hindúes esos bailaban nuestra música. Fue pasando lo mismo con la orquesta de Ibrahim Ferrer."

-¿Cómo fue posible que en sus dos discos haya números que surgieron espontáneamente en el estudio de grabación (Mi música cubana, en el de Ferrer, y Bolero sonámbulo, en el de Galbán)?

-Nosotros lo hicimos por la voluntad y el deseo -dice Ibrahim-. Hace rato que yo estaba con la inquietud de hacer algo nuevo. Se lo dije a Chucho (Valdés, pianista en el cidí) qué yo quisiera, que así, que asá... le dije a Demetrio Muñiz (el director). Y de inmediato Demetrio me dice: "Vamos a hacerlo". En cuestión de media hora salió.

-Como soy afinador de pianos -agrega Galbán- estaba en eso, con los ojos cerrados y muy concentrado. De pronto sentí las percusiones de Joaquín, el hijo de Ry, luego la guitarra de Ry y luego los demás. Salió muy bien, nos gustó mucho y se quedó. Ry dijo que era como un "bolero sonámbulo" y así le pusimos.

-Entonces la base del son...

-La base del son sigue siendo el bajo -adelanta Galbán-. O mejor dicho, el contrabajo. Es el que da los bajos profundos, que se oye tan rico. Musicalmente el contrabajo es la columna vertebral de la orquesta.

-¿Cómo le afectan los sonidos de los nuevos instrumentos, los electrónicos, las baterías modernas...?

-Para mi concepto, el son se ha hecho para recibir todo tipo de innovación -replica Ibrahim, este santiaguero que ha cantado a lo largo de casi todos sus 77 años.

"Empezó siendo un solo músico, luego fueron dúos y tríos, cuartetos y llegaron a los sextetos y septetos. Así fueron aumentando hasta una sinfónica..."

Cuenta Galbán: "Al principio el son se hacía con una botija. Era un recipiente de barro que se soplaba y emitía un sonido bajo. Después vino la marímbola, que era un cajón con cinco flejes que se pulsaban, pero daba pocas notas. De ahí vino el contrabajo.

-Y con el contrabajo ¿qué más hay como base?

-Hay un patrón que es la clave. Luego al son se le han adicionado otros instrumentos. Ya no está la marímbola, ya no está la botija, entonces es más armónico.

"Se ha ido modernizando en lo que es la instrumentación", dice Ibrahim.

"Pero siempre -irrumpe Galbán- con aquella línea de raíz, aquella letra que dio el son, aquellos pregones santiagueros como el del vendedor de frutas, como las Frutas del caney de Matamoros. El son no se ha perdido. Se le han agregado otras instrumentaciones, pero la esencia no se ha perdido..."

-¿Y se canta igual que antes?

-Se canta igual, igual -reacciona Ibrahim-. El día que se cante de otra forma, ya dejó de ser son. Por eso se dice que el son es lo más sublime para el alma divertir..., pero como decía, lo fundamental es tener sentimiento y voluntad. Si no tienes voluntad para la cosa, no la hagas; si no tienes sentimiento, no la hagas, vas a hacer una cosa cuadrada.

-¿En qué género se siente mejor?

-En el bolero. Parece que cantando más pausado me desenvuelvo mejor. Aunque yo canto otros géneros, pero al número lento lo encuentro mejor, le saco más partido.

-¿Cuál es el secreto de su guitarra en el son?

-En el son es la guitarra convencional de caja -dice Galbán-. Yo tengo mucho cuidado cuando toco mi guitarra eléctrica, porque hay veces que lo hago para imitar el tres. No sólo acompaño los acordes, sino hago el tres para no separarme del son.

Satisfechos con sus discos, felices por sus premios, Galbán dice que los dos discos se hicieron casi simultáneamente y él mismo hizo la base del trabajo de Ibrahim. "Todo se hizo con mucho amor."

Ambos tienen en la cabeza la primera gira que harán en marzo por Europa del este: República Checa, Rusia, Rumania, Estonia...

Nuestra música es muy entendible

-¿Cómo será ese público?...

-Ellos nos están esperando -dice Ibrahim-. Saben lo que queremos decir. Así es nuestra música, muy entendible. El público oye un poco y sabe quién es...

Y a todo esto, ¿cuáles eran los otros dos números favoritos?

Para Ibrahim, Mil congojas y Fuiste cruel. Para Galbán, María la O y Mambo sinuendo.

Magda quiere mostrar el rincón de los recuerdos, las fotos, los objetos. Los dos amigos vuelven a recordar la gloria que están viviendo. Se deshace el círculo de conversación en la sala y Galbán baña con whisky un cubo de hielo. Ibrahim repite su copita de ron añejo blanco. Se brinda y el dueño de casa cuenta la historia de cada foto. De pronto abre el piano y los dos amigos saludan al visitante mexicano con unos boleritos de Lara...

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