Cerca de 300 amagaron con quemar camión y patrullas

Pobladores de Otumba exigen frenar inhumaciones en el atrio de la iglesia

JAVIER SALINAS CORRESPONSAL

Otumba, Mex., 24 de enero. Alrededor de 300 personas del poblado de San Marcos advirtieron que si continúan los permisos de las autoridades municipales para que los muertos sean sepultados en el atrio de la iglesia, procederán a quemar el camión recolector así como las patrullas municipales, debido a que las inhumaciones representan un foco de infección para los habitantes. Señalaron que desde hace más 10 años hay un panteón y el síndico procurador priísta autorizó hace unos días la inhumación de uno de sus familiares.

Los vecinos que pidieron omitir sus nombres por temor a represalias, explicaron que a cinco meses de gestión del alcalde priísta, Adolfo Rojas Zamora, han detectado varias anomalías, entre las que destacan nepotismo, incremento de la nómina de la burocracia local, y venta de una de las tres retroexcavadora para uso de la población.

Los inconformes comentaron que hace dos semanas el síndico procurador Agustín Ortiz Franco autorizó la inhumación en el atrio de la iglesia de uno sus familiares, por lo que advirtieron que tomarán medidas drásticas si vuelve a suceder otro caso igual.

"Quemaremos el camión recolector de basura y las patrullas municipales en la explanada municipal si las autoridades siguen dando su aval para sepultar a más personas en el atrio de la iglesia de nuestra población", advirtieron.

Pidieron a las autoridades estatales tomar cartas en el asunto, en especial hicieron un llamado al líder del PRI mexiquense, Isidro Pastor Medrano, "pues cuando pedimos una audiencia con el edil o las demás autoridades para tratar los problemas, nunca nos atienden. Pastor dijo que los priístas tendrían que entregar buenas cuentas a sus gobernantes, y en esta localidad no han hecho caso a ese llamado", comentaron.

Señalaron que el edil Adolfo Rojas incrementó la nómina municipal y hasta en el baño de la presidencia municipal creó una plaza, además de que vendió a sus familiares una de las tres retroexcavadoras que había, la cual daba servicio a la población. La Jornada buscó la versión del presidente municipal y del síndico, pero en sus oficinas informaron que no podían atender al reportero porque no tenían tiempo.