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México D.F. Domingo 25 de enero de 2004

Mueren cinco soldados estadunidenses y nueve iraquíes en ataques de la resistencia

Posible, que Hussein no haya tenido armas letales, admite Colin Powell

Reitera la oposición británica petición de investigar a Tony Blair por llevar al país a la guerra

"Una solución alternativa", pide el ayatola Sistani a la ONU en caso de no realizarse comicios

REUTERS Y AFP

Bagdad, 24 de enero. Cinco soldados estadunidenses y nueve iraquíes murieron este sábado en ataques insurgentes en el norte y en el llamado triángulo sunita, en tanto que el secretario de Estado, Colin Powell, admitió la posibilidad de que Irak no tuviera armas de destrucción masiva antes de la invasión, en marzo del año anterior.

En declaraciones a la prensa es-tadunidense desde Tbilisi, donde asiste a la toma de posesión del presidente de Georgia, Mijail Saakashvili, Powell fue cuestionado sobre las afirmaciones del jefe de inspectores de armamento estadunidense en Irak, David Kay, quien acaba de renunciar a su cargo luego de asegurar que ese supuesto arsenal no existe.

"La respuesta a esa pregunta es que todavía no sabemos. Es una cuestión abierta", contestó el se-cretario de Estado.

El funcionario estadunidense sostuvo que los servicios secretos de su país estaban en lo cierto al apuntar la intención del régimen de Saddam Hussein de producir armas no convencionales.

Pero a continuación agregó: "Te-níamos preguntas que necesitábamos aclarar. ¿Qué había? ¿Cien toneladas, 500 toneladas, o cero toneladas? ¿Había tantos litros de ántrax, 10 veces esa cantidad o no había nada?"

Powell argumentó que la exposición de pruebas contra Irak que hizo en febrero del año pasado, ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), "se basó en la mejor información de los servicios de inteligencia que teníamos en aquel momento".

Esperanza que se diluye

En febrero de 2003, Powell ex-presó ante los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU su más firme convicción de que el régimen de Hussein recopiló ar-mas prohibidas durante años.

El gobierno estadunidense sigue creyendo en la presencia de ese armamento no convencional.

El viernes anterior, el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, reiteró que sólo es cuestión de tiempo para que los inspectores localicen esas armas letales, y prometió que "la verdad saldrá a la luz".

La principal excusa del gobierno del presidente George W. Bush para liderar el año pasado la guerra contra Irak fue la presunta existencia de armas de destrucción masiva en territorio de la nación árabe, las cuales ponían en peligro la seguridad de Estados Unidos y sus aliados.

Sin embargo, no se han hallado ni restos de dichas armas desde que Estados Unidos invadió ese país, derrocó a Hussein e impuso un gobierno títere.

A su vez, el sucesor de Kay, Charles Duelfer, ex inspector de Naciones Unidas, dijo que mantendrá la mente abierta acerca de la posibilidad de "poder encontrar" las supuestas armas. Esto, pese a que dos semanas antes de ser contratado Duelfer cuestionó esa opción en declaraciones como analista privado a la cadena NBC.

"Creo que Kay y su equipo han estado buscando intensamente. Estimo que la razón por la cual no las han encontrado es que probablemente no están ahí", afirmó.

En este sentido, la oposición británica reiteró este sábado su petición de una investigación pú-blica sobre las condiciones en que Gran Bretaña participó en guerra, tras la dimisión el viernes de Kay.

Esta renuncia "plantea interrogantes muy serios sobre el primer ministro (Tony Blair), y sobre to-do por qué nos dijo todas esas cosas, tanto antes como después de la guerra, sobre las armas de destrucción masiva" iraquíes, afirmó Michael Ancram, responsable de Relaciones Exteriores del Partido Conservador, principal fuerza de oposición en Gran Bretaña.

"Esta es la razón por la que des-de mayo pasado he estado pidiendo una investigación judicial pú-blica sobre el tema, porque creo que es absolutamente esencial sa-ber con base en qué hizo (Blair) estas declaraciones", insistió An-cram a la BBC radio.

Mientras, tres soldados de Estados Unidos murieron y seis resultaron heridos este sábado al estallar un coche bomba a la entrada de una instalación del ejército de Estados Unidos ubicada al oeste de Bagdad, informó un vocero de las fuerzas de ocupación.

El portavoz señaló que dos de los heridos fueron evacuados a un hospital de campaña ubicado en las cercanías y que los otros fueron tratados en el lugar del atentado, en la ciudad de Khaldiya. Además, explicó que varios ciudadanos iraquíes habían resultados heridos por la explosión.

Horas antes, dos soldados estadunidenses murieron en un ataque con bomba contra el convoy en el que viajaban cerca de la convulsionada ciudad iraquí de Fallujah, señaló el ejército de Estados Unidos, que agregó que se encuentra investigando lo ocurrido.

Fallujah se encuentra al oeste de Bagdad, en la zona conocida co-mo triángulo sunita".

Con estas cinco muertes, el nú-mero de soldados estadunidenses muertos en Irak a manos de la re-sistencia es de 241, después que el presidente Bush declarara el fin de los principales combates el primero de mayo de 2003.

En otro lugar del citado triángulo sunita, en la ciudad de Samarra, un coche bomba estalló este sábado causando la muerte de al me-nos cuatro iraquíes, acción que las autoridades de ocupación aseguraron que fue un intento para interrumpir una votación local.

Funcionarios militares estadunidenses dijeron que 40 personas resultaron heridas en la explosión, incluidos siete soldados.

Además, tres policías iraquíes fallecieron en Bagdad y en las ciudades norteñas de Mosul y Kirkuk, en tiroteos desde automóviles y en un atentado con bomba de grupos guerrilleros.

Los episodios de violencia más recientes ocurren después de que el Pentágono anunció el arresto en Irak de Hasan Ghul, importante miembro de la red Al Qaeda, del líder fundamentalista saudiárabe Osama Bin Laden.

En días recientes los mandos militares estadunidenses en Irak expresaron sus temores que la "red terrorista" del dirigente prófugo se intente unir a la resistencia contra la ocupación.

El comandante de las fuerzas terrestres de Estados Unidos en Irak, general Ricardo Sánchez, declaró a CNN que combatientes extranjeros financiados y entrenados por Al Qaeda siguen entrando en Irak desde Siria y participan en ataques contra sus fuerzas.

"Los combatientes extranjeros siguen llegando al país pero en número reducido", declaró Sánchez, quien señaló que "siguen utilizando la frontera siria", y son ellos quienes "dirigen la mayor parte de los ataques con explosivos contra objetivos políticos".

Al preguntarle por la implicación de la organización de Bin Laden en acciones que desde hace nueve meses sacuden el país, Sánchez dijo que ve "la táctica de Al Qaeda en la manera en que son financiados y entrenados esos elementos", pero negó que esté au-mentando el número de ataques muy elaborados en Irak.

Finalmente, el jefe espiritual chiíta iraquí, Ali al Sistani, pedirá a la ONU una solución alternativa en caso de que la organización no pueda convocar elecciones anticipadas, indicó este sábado un re-presentante del ayatola, jeque Ab-del Mehdi al Karbalai. 

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