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México D.F. Miércoles 15 de octubre de 2003

TUMBANDO CAÑA

Ernesto Márquez

Cincuenta años de cha cha chá con la Orquesta América

MOTIVADA POR LA leyenda del cha cha chá e impactada por la frescura y vigencia del género, la fotógrafa y videoasta estadunidense Jill Hartley viajó a Cuba para adentrarse en su historia y el ambiente que le rodea; el resultado de esta inquietud es un video de 25 minutos, recientemente galardonado con The Best Documentary Film, en la Muestra Internacional de Cortos de Los Angeles.

APOYADA SOLO POR una cámara y su enorme voluntad y pericia de fotógrafa, Jill acudió a los lugares habituales de la Orquesta América, los registró en los ensayos y actuaciones, se entrevistó con los protagonistas de la historia y convivió con ellos, recogiendo de paso imágenes de la cotidianidad habanera.

EL TRABAJO DE Hartley, que ya ha sido solicitado por la empresa televisora Spresso para su transmisión en Londres, nos da la pauta para recuperar la historia del último fenómeno musical bailable desarrollado en la isla y que, como el mambo, tuvo gran auge en México.

CREADA EN 1942 por el músico y panadero Ninón Mondejar, la América fue la orquesta con la que se dio a conocer el ritmo del cha cha chá. "La casa matriz", como asevera su director en el video; una agrupación del tipo "charanga francesa", constituida por violines, flauta y percusiones que seguía los pasos de Arcaño y sus Maravillas tratando de innovar en las estructuras del danzón, género bailable al que dice Ninón haber adaptado textos para explotar sus recursos.

Entusiasta narración


ORIGINARIO DE PALMILLAS, minúsculo pueblo de Matanzas, Ninón tiene 89 años y vive, en compañía de su esposa Felina, en un edificio conocido como Hotel Gran América, del que dicen haber tomado el nombre para la orquesta. Casi sordo y con problemas motrices se dejó entrevistar para el proyecto de Jill. Sentado en su mecedora y con un cuadro de Fidel Castro a un costado revivió con entusiasmo parte de la historia del cha cha chá.

MONDEJAR NARRA QUE todo empezó cuando invitó a Enrique Jorrín a ser parte de su agrupación como orquestador y director musical. "Sabía de su pericia y quería que me compusiera danzones a mi estilo. Por esos años, recién salido del conservatorio, se lo disputaban muchos directores de orquesta, pero yo tuve la ocurrencia de hablar con su madre y convencerla de que el muchacho se fuera con nosotros."

EL JOVEN VIOLINISTA supo interpretar el deseo de su jefe y a poco la orquesta estrenaba danzones como Doña Olga o Liceo del Pilar, que en la parte rápida incluía un texto cantado. Más adelante, al inquieto Jorrín se le ocurrió que en la parte lenta la orquesta podía cantar a coro algunas frases sencillas, entonces se inventó un texto, a partir de un hecho real, y surgió La engañadora, que al no ser propiamente un danzón lo denominó "mambo-rumba".

Ya le tenían adecuado baile


JORRIN SIGUIO COMPONIENDO danzones con esa idea, sin darse cuenta que lo que gestaba era un nuevo ritmo al que la gente ya le tenía adecuado el baile.

"EL CHA CHA CHA surgió solo -apunta Mondejar. Fueron los bailadores los que le pusieron nombre. Además de que hacían los pasillos, lo cantaban en coro: 'un-dos, cha-cha- chá', repitiendo el sonido de las pisadas a ritmo de la música. Eso fue así... nada de que lo inventó (el nombre) alguien en especifico"

EN PLENO ARREBATO del cha cha chá, la Orquesta América viajó a México contratada para el cine y para realizar presentaciones en el teatro Margo. Ninón recuerda: "Cuando debutamos en el teatro Margo fue un escándalo. El lugar se llenaba hasta el tope. Me dicen que ni Pérez Prado llenaba el teatro como yo".

CONFIESA QUE FUE su tocaya Ninón Sevilla quien le llevó, en 1953, a actuar en la capital azteca.

EN EL VIDEO se proyectan imágenes de la película Las viudas del cha cha chá, de Miguel M. Delgado en las que se ve a un jovencísimo Jorrín al fondo, mientras Mondejar intenta unos pasillos con Amalia Aguilar.

ENTRE 1953 Y 1954 el cha cha chá fue el arrebato en Cuba y México y la América arrasó con números como La engañadora, Las clases del cha cha chá, Poco pelo y Me lo dijo Adela. Todo mundo era feliz menos Mondejar que sentía que el cha cha chá era una creación conjunta de la orquesta y no de Jorrín, lo cual generó discusiones que terminaron cuando el violinista se fue para formar su agrupación.

MUCHOS DICEN QUE con la salida de Jorrín vino el declive de la América. Lo cierto es que tras el contundente éxito del nuevo ritmo empezaron a surgir muchas agrupaciones del tipo charanga que le significaron a Mondejar una franca competencia. Hay que recordar que en el momento de mayor apogeo del cha cha chá estaban, entre otras agrupaciones: Fajardo y sus Estrellas, Melodías del 40, la Sensación, la Sublime, Riverside y, sobre todo, la Orquesta Aragón, que desde la provincia de Cienfuegos llegó a La Habana para elevarse en el favor popular.

PASADO EL TIEMPO y contraviniendo a las modas, la música de la Orquesta América y la agrupación en sí se han mantenido. Ahora, bajo la dirección del flautista Manuel Francisco Sánchez Wanbrug y con renovados integrantes esta legendaria agrupación se coloca de nuevo en el lugar que merece su tradición musical. Viaja por el mundo, graba y ostenta un sello musical inconfundible.

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